Michael Forsythe es reportero del equipo de investigaciones. Anteriormente fue corresponsal en Hong Kong, donde cubrió la intersección del dinero y la política en China. También trabajó en Bloomberg News y es un veterano de la Marina de Estados Unidos.

Gabriel J.X. Dance es el editor adjunto de investigaciones. Sus reportajes se centran en el nexo entre la privacidad y la seguridad en línea y han dado lugar a indagatorias en el Congreso e investigaciones penales.

El tema de las criptomonedas ha sido objeto de gran debate en materia regulatoria porque ofrecen anonimato, ya que tradicionalmente un banco recibe fondos con información de su origen y si existen sospechas, la ley obliga a informar al Departamento de Tesoro de Estados Unidos. Esto ha hecho que el tradicionalismo bancario este cambiando mientras existen tensiones entre Estados Unidos y China, que se incrementan por el secretismo de los inversionistas chinos y la evasión del sistema bancario estadounidense y la supervisión de reguladores federales.

Dichos debates se pueden ver reflejados en el joven estudiante chino pero residente en Estados Unidos Jerry Yu, quien se ha convertido en el dueño mayoritario de una mina de bitcoin en Texas llamada BitesRush (adquirida por más de 6 millones de dólares en 2022). Esto ha hecho que surjan diversas demandas que han brindado información -hasta entonces desconocida- sobre transacciones en torno a la mina BitesRush. Es decir, el medio para que los inversionistas chinos generen criptomonedas, principalmente bitcoins, para cambiarlas después por dólares estadounidenses en la bolsa.

Las demandas en torno a la mina tienen tres vertientes:

1) La carga eléctrica y la seguridad nacional.

2) La empresa Crypton Mining Solutions, afirma que los inversionistas en la mina de Channing son ciudadanos chinos y personalidades con grandes cargos políticos y empresariales. Sin embargo, la demanda de la empresa no demuestra evidencia de los inversionistas y el origen del dinero conduce a una bolsa de criptomonedas llamada Binance, pero sigue siendo imposible conocer el origen de los fondos. Posteriormente, en noviembre de 2023 Binance aceptó que no cumplía con las normas bancarias estadounidenses por no verificar la identidad de los clientes y señalar transferencias sospechosas, además de lavado de dinero (dato crucial 1).

3) Con respecto al tema laboral, los contratistas de Channing aseguraron que no se les pagó el total del trabajo realizado y la solución fueron los paros de labores

Ante las demandas, Gavin Clarkson -el abogado de BitRush- señaló que la empresa cumple con el marco legal, afirmando que la víctima más bien es BitRush tras acusaciones negligentes y sin fundamento. Sin embargo, la empresa Crypton brindó evidencia a The New York Times que revela los planes de la empresa de Yu sobre la compra de la mina ubicada en Texas a través del tether, una criptomoneda cuyo valor está fijado en 1 dólar y ofrece un proceso anónimo para la evasión de impuestos y nula volatilidad. El acuerdo de compra contenía una dirección de cartera en una empresa de corretaje de criptomonedas llamada FalconX, pero no se hizo registro del origen de los fondos por falta de especificaciones. La información sólo es conocida por Binance, además BitRush responde que nunca recibió el dinero de la última empresa mencionada (datos cruciales 2 y 3).

La dinámica anterior, donde FalconX nunca tuvo certeza sobre el origen de los fondos demuestra la fragilidad y la importancia de la regulación en la industria de las criptomonedas, hecho reconocido por quienes analizan la cadena de bloques llamada Blockchain, el cual es un libro de contabilidad digital que registra las transferencias de las criptomonedas. Los analistas afirman que una vez que los fondos se envían a un servicio centralizado en el Blockchain, es imposible dar seguimiento y llegar al individuo que los envió sin un proceso legal, situación que refuerza la portavoz de Binance, Jessica Jung quien afirma que tres pagos hechos en su empresa pertenecían a ciudadanos extranjeros.

Finalmente, se han dado a conocer algunos nombres de accionistas en BitRush al momento de la compra de Channing y están relacionados de alguna forma con la vida de Yu, además de tener participaciones en empresas valoradas en más de 100 millones de dólares, reflejando con claridad la necesidad de una legislación sobre monedas digitales y sus origenes.