Pablo Mozur es corresponsal de tecnología en The New York Times (sede Taipei). Mozur ha escrito sobre tecnología y política en Asia desde Hong Kong, Shanghai y Seúl.

Cade Metz escribe sobre inteligencia artificial, automóviles autónomos, robótica, realidad virtual y otras áreas emergentes de la tecnología.

La nota se basa en un estudio realizado por MacroPolo, un grupo de expertos dirigido por el Instituto Paulson, que promueve vínculos constructivos entre Estados Unidos y China. Su estudio pretende demostrar los flujos de capital humano entre ambas naciones en el tema de la Inteligencia Artificial (IA) generativa, una tecnología prometedora por su potencial para incrementar la productividad del trabajo. En ese sentido, la principal premisa indica que los estadounidenses lideran en el desarrollo de la IA generativa y los famosos chatbots, en tanto los chinos se posicionan en primer lugar en la generación del conocimiento sobre esta área (datos cruciales 1 y 2).

No obstante, el estudio también señala que la dependencia entre creación de conocimiento y desarrollo de software hace que Estados Unidos pierda capacidad de innovación debido a la fuga de personal calificado de origen chino, producto de las tensiones geopolíticas entre los gobiernos de ambos países. En la práctica esto se traduce en una mayor reticencia de los ciudadanos chinos a permanecer en Estados Unidos al completar sus estudios, un hecho que anteriormente no sucedía; la nota indica que ya estaba muy normalizado que entre los equipos de IA se incluyeran a profesionales del país asiático (sobre todo durante la década de 2010) (datos cruciales 3 y 4).

El estudio resalta la necesidad de crear políticas que no obstaculicen esta área, porque afecta a Estados Unidos (como la política de la era Trump destinada a frenar el espionaje industrial y el robo de propiedad intelectual). En ese sentido, el principal obstáculo es la desconfianza del gobierno estadounidense por la filtración de datos nacionales para ser compartidos con el gobierno chino (de hecho, en abril de 2024 un estudiante chino en Google fue acusado de espionaje por tener nexos con una empresa con sede en Beijing) (datos cruciales 5 y 6).

Por el momento, Estados Unidos sigue siendo el centro global del mundo de la IA y una parte importante de los chinos continúan permaneciendo en el país luego de la finalización de sus estudios.