¿Cómo fue que China se convirtió en líder mundial de la fabricación de coches y paneles solares?
Bradsher, Keith [2024], "¿Cómo fue que China se convirtió en líder mundial de la fabricación de coches y paneles solares?", The New York Times, New York, 15 de mayo, https://www.nytimes.com/es/2024/05/15/espanol/china-autos-electricos.html
Keith Brasher es el jefe de la corresponsalía de Pekín del Times. Antes fue jefe de la oficina en Shanghái, Hong Kong y Detroit, y corresponsal en Washington. Ha vivido e informado en China continental durante la pandemia.
El artículo explora las razones por las cuales China comienza a liderar varias industrias de gran peso económico. Ese país ha experimentado un notable progreso industrial en varias áreas a lo largo de décadas, desde la fabricación de juguetes y ropa hasta la producción de semiconductores y energías renovables. Este avance lo ha posicionado como un importante productor mundial y ha generado un aumento importante de su comercio internacional (dato crucial 1). Sin embargo, esta expansión ha suscitado preocupaciones entre sus principales socios comerciales sobre la "excesiva capacidad" manufacturera del país.
Ante esto, Estados Unidos y Europa están presionando a China para reducir sus exportaciones y aumentar sus importaciones. Esta presión se reflejó recientemente en el aumento de los aranceles estadounidenses a las importaciones chinas de coches eléctricos y paneles solares.
Las políticas industriales de China han tenido un enfoque consistente
En 2015, China lanzó el programa Made in China 2025 con el objetivo de sustituir importaciones clave en 10 industrias avanzadas fabricando sus propios productos, apoyado por el sistema bancario estatal. A pesar de la caída del mercado inmobiliario, Pekín ha ordenado aumentar los préstamos a estos sectores para contrarrestar la ralentización del consumo y potenciar las exportaciones.
La estrategia económica china consiste en limitar las opciones de inversión de los hogares, obligándolos a depositar dinero en los bancos a bajas tasas de interés, que luego se utilizan para préstamos a empresas. De 2019 a 2022, los préstamos netos a la industria crecieron significativamente (dato crucial 2). Además, el gobierno ofrece apoyo local mediante terrenos baratos, infraestructura y otras ayudas.
Según el Instituto Kiel para la Economía Mundial, en 2022, más de 99% de las empresas chinas que cotizan en bolsa recibieron subvenciones directas del gobierno. China mantiene bajos salarios en fábricas y restringe la movilidad rural-urbana para mantener competitividad, mientras que los sindicatos independientes están prohibidos.
Estas políticas han permitido el crecimiento de muchos sectores en China, lo que ha generado preocupación en Estados Unidos y otros países por la pérdida de empleos en sus industrias, resultando en aranceles estadounidenses enfocados en las exportaciones chinas.
El rápido aumento de las exportaciones de automóviles
El sector automotriz es un claro ejemplo de cuánto y qué tan rápido ha crecido la industria China. En 2020, era un exportador débil de automóviles, en la actualidad ha superado a Japón y Alemania, convirtiéndose en el mayor exportador de automóviles del mundo, con un ritmo anual de casi seis millones de vehículos exportados.
Tres cuartas partes de estas exportaciones son automóviles con motor de gasolina, principalmente dirigidos a Rusia y países en vías de desarrollo. En China, los coches eléctricos de batería son más baratos y las tarifas eléctricas para cargarlos son más bajas que el precio de la gasolina.
Desde hace 15 años, los líderes chinos han subvencionado la investigación y producción de coches eléctricos de batería. Las empresas están aumentando la fabricación de estos vehículos y construyen barcos para exportarlos a mercados lejanos, especialmente en Europa. Este año, los fabricantes introducirán 71 modelos de coches eléctricos en China, muchos con características avanzadas y a precios más bajos que los coches comparables de Occidente.
China es ahora líder en la producción de baterías para coches eléctricos
China comenzó rezagada en la producción de baterías para coches eléctricos. En 2011, Pekín exigió a las empresas occidentales que transfirieran tecnologías clave a sus operaciones en China para que los consumidores pudieran recibir las mismas subvenciones que para los coches fabricados localmente. Sin estas subvenciones, fabricantes como General Motors y Ford no podían competir con los coches eléctricos chinos.
Las multinacionales automovilísticas presionaron a sus proveedores surcoreanos, que llevaron a la industria de baterías a construir fábricas en China. En 2016, Pekín fue más allá y decretó que sólo los coches eléctricos fabricados en China con baterías de empresas chinas recibirían subvenciones. Esto llevó a fabricantes como Hyundai a cambiar sus contratos a empresas chinas como CATL.
Hoy, las empresas chinas producen la mayoría de las baterías para coches eléctricos del mundo. Los avances tecnológicos han mejorado la autonomía de los coches. Según el Atlantic Council, las exportaciones chinas de baterías de iones de litio crecieron de 13 miles de millones de dólares en 2019 a 65 miles de millones en 2022, con casi dos tercios de estas exportaciones dirigidas a Europa y Norteamérica. El resto fue a Asia oriental, donde las baterías se ensamblan en productos que se venden en Europa y Norteamérica.
China recurrió a la energía solar para reducir su dependendencia de las importaciones de petróleo
China ha priorizado la producción de paneles solares para reducir su dependencia de las importaciones de petróleo y combustibles fósiles, cuyas rutas marítimas están controladas por Estados Unidos e India. Entre 2008 y 2012, China multiplicó por diez su capacidad de fabricación de paneles solares, lo que provocó una caída de 75% en el precio mundial de estos paneles y el cierre de muchas fábricas en Estados Unidos y Europa.
Tres de los mayores productores chinos de paneles solares colapsaron financieramente debido a la caída de precios, causando pérdidas a los bancos. Los rivales más pequeños compraron estas fábricas a precios muy bajos y pudieron fabricar paneles más baratos e invertir en investigación avanzada.
Actualmente, las empresas chinas producen casi todos los paneles solares del mundo. Las exportaciones de células solares chinas se han duplicado en los últimos cuatro años, alcanzando los 44 miles de millones de dólares en 2022, a pesar de los aranceles impuestos por el gobierno de Biden. Además, China está duplicando sus exportaciones de obleas solares, un componente clave en la producción de paneles solares.
Los límites impuestos por Estados Unidos a los chips favorecieron el cambio de China
Los controles de exportación de Estados Unidos han limitado la venta a China de los semiconductores más avanzados, que representan alrededor de 5% del mercado, y de las tecnologías para fabricarlos. Sin embargo, las empresas chinas, respaldadas por enormes subvenciones públicas, se han vuelto más competitivas en 95% restante del mercado.
Los chips fabricados en China se utilizan en una amplia variedad de equipos en Occidente, incluidos muchos automóviles. Incluso los motores de gasolina de los coches están controlados por semiconductores que a menudo son fabricados en China.
¿Por qué Occidente actúa ahora?
Las elecciones de noviembre de 2022 en Estados Unidos han aumentado la presión política sobre el presidente Biden para que adopte una postura firme frente a China.
Los temas comerciales se han mezclado con los de seguridad, ya que la guerra de Rusia en Ucrania muestra que los conflictos bélicos pueden decidirse por la capacidad de fabricar drones, proyectiles de artillería y vehículos.
El debate internacional se centra en las raíces de la competitividad de China: ¿subsidios o mejoras de la productividad?
1. Se estima que China produce un tercio de los productos manufacturados del mundo, "más que Estados Unidos, Alemania, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido juntos".
2. Los préstamos netos para la industria aumentaron de 83 mil millones de dólares en 2019 a 670 mil millones en 2023.
El artículo exponer una lección de economía heterodoxa: el avance de China se funda en la intervención estatal: subsidios, ahorro forzoso, políticas industriales y defensa de las empresas locales, así como limitaciones a los competidores extranjeros para que transfieran tecnologías. China ha desplazado a las potencias globales en las actividades de tecnologías bajas y medias, pero queda por ver si logra recuperar la distancia que la separa de Estados Unidos en alta tecnología.
La principal tendencia que se desprende de esta descripción es que los mercados globales seguirán recibiendo grandes cantidades de productos hechos en China. Esta es una coordenada histórica con la que tienen que jugar los gobiernos en todo el mundo.