Militarización y cambio climático. La geografía mundial de ocupación militar estadounidense y la huella ecológica del Pentágono
Herrera, David [2022], "Militarización y cambio climático. La geografía mundial de ocupación militar estadounidense y la huella ecológica del Pentágono", Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, (7), julio, https://revistafyl.filos.unam.mx/militarizacion-y-cambio-climatico-la-ge...
David Herrera Santana es licenciado en Relaciones Internacionales, UNAM; Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales, UNAM y Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.
Aborda las siguientes temáticas: geografía política, geopolítica y geoestrategia (teoría y metodología), estudios sobre hegemonía y producción del espacio, geopolítica y hegemonía de Estados Unidos, relaciones México-Estados Unidos, conflictividad mundial y geopolítica del capital, recursos geoestratégicos y competencia intercapitalista.
Como resultado de la revolución industrial y el establecimiento de una sociedad industrial, el uso de los combustibles fósiles aumentó de manera considerable. Esto a la vez propició el calentamiento global, que ha repercutido en los sistemas climáticos del planeta. Aunque se tiene conciencia de que son varios factores los que producen la crisis climática, se tienen escasos datos de los estragos que produce la militarización dentro del calentamiento global. De tal modo surge el interés de relacionar la militarización con el calentamiento global, además de analizar la huella ecológica del Pentágono, así como lo paradoja que existe entre que Estados Unidos se preocupe por el calentamiento global cuando es uno de los principales contaminadores.
La geografía de ocupación militar mundial y los combustibles fósiles: una aproximación histórica
A partir del siglo XVIII, el expansionismo estadounidense produjo un territorio en extremo militarizado cuando recién comenzaba a ser potencia, con lo cual pudo establecer bases y tropas fuera de su territorio. Tal militarización tuvo su origen con la Splendid Little War (dato crucial 1). Además, eventos como el periodo entreguerras, la Segunda Guerra Mundial (dato crucial 2), la Guerra Fría (dato crucial 3) sirvieron para reafirmar la hegemonía estadounidense. Por otra parte, los intereses estratégicos estadounidenses propiciaron incrementos en cuanto a militares, aunque en la actualidad, disminuyó el número de tropas (dato crucial 4).
La ocupación militar estadounidense refleja su hegemonía, su presencia y su superioridad militar. Lo anterior influye en que Estados Unidos de respuesta rápida ante peligros (dato crucial 5), aunque también prioriza el objetivo del aseguramiento de flujos estratégicos y de las cadenas globales de suministro. De tal manera se tiene la relación entre la militarización y el abastecimiento de recursos como petróleo y minerales, en dónde la mayoría se obtuvieron de regiones en las que los conflictos geopolíticos son frecuentes, como Medio Oriente y África o bien por competidores como la Unión Soviética.
Por otra parte, el uso de combustibles fósiles mantuvo una estrecha relación en cuanto a la militarización. En primer lugar, por el uso que se le daba en las guerras, por ejemplo en unidades propulsadas por motores de combustión interna. Asimismo, el petróleo se mantuvo como un elemento clave dentro de la geopolítica, esto por ser un potenciador de la capacidad bélica, así como la dependencia que se tenía del suministro del petróleo.
Entonces, el petróleo pasó a ser una de las principales preocupaciones en la agenda de seguridad nacional estadounidense. Sin embargo, esta situación se torna compleja al presentarse contrariedades. El petróleo fue de gran importancia tanto para Estados Unidos como para el resto del mundo ya que permitía la continuidad el capitalismo industrial, con lo surgieron diversas formas para salvaguardar los intereses estadounidenses sobre este elemento (dato crucial 6). Al mismo tiempo, el Departamento de la Defensa se posicionó como el mayor consumidor de hidrocarburos en Estados Unidos y a nivel mundial. Estas cuestiones trajeron como consecuencia una profunda huella ecológica del Pentágono, impactando de forma directa en el cambio climático. Paradójicamente, el cambio climático es visto como una amenaza para la seguridad nacional estadounidense.
Riesgos e impactos climáticos de la militarización estadounidense
La huella ecológica es la encargada de determinar el impacto que la actividad del servicio humano ejerce sobre su ambiente. En este caso, el Pentágono ha causado un impacto grave no solo dentro de su territorio, sino que también a nivel global, lo que lo convierte en uno de los mayores contaminadores del planeta, muy por encima de las huellas ecológicas de otros países (dato crucial 7).
En consecuencia, la militarización, así como sus operaciones tienen gran repetición sobre la crisis climática mundial y una de las instituciones que contribuyen de mayor manera a este problema es el Pentágono tanto por el alto consumo energético (dato crucial 8) como por los recursos utilizados (dato crucial 9) que en su mayoría son contaminantes. Si bien se ha realizado inversión para lograr el uso de energías limpias, el uso de combustibles fósiles sigue siendo alto ( dato crucial 10). Además, las consecuencias no solo se concentran en el cambio climático, sino que también se debe prestar atenciones a otras problemáticas que son producto de la militarización, A manera de ejemplo, las detonaciones nucleares (dato crucial 11) que produjeron efectos hacia la población y al ambiente.
Por su parte, el cambio climático repercute en las operaciones militares, siendo este un elemento considerado como amenaza para la seguridad nacional estadounidense. Los eventos meteorológicos extremos podrían entorpecer la capacidad de respuesta ante contingencias, poniendo en riesgo las operaciones militares. En particular, las afectaciones se concentrarían en sitios en donde se mantienen tropas e instalaciones militares susceptibles al hundimiento de zonas costeras, islas y tierras bajas. Dentro de los probables conflictos que también traería el cambio climático para la militarización por parte de Estados Unidos se contemplan los conflictos sociopolíticos, económicos y de desabasto a nivel mundial.
Si bien el Pentágono presenta una dualidad, es decir, por una parte se interesa por llevar a cabo la militarización que es causante de muchos daños al planeta y por otra considera el calentamiento global como amenaza para su seguridad nacional, se deben plantear soluciones a tales problemas. Por lo tanto, la tendencia debe ser hacia la antimilitarización como respuesta para combatir el cambio climático.
Reflexiones finales
La militarización llevada a cabo por Estados Unidos ha traído graves consecuencias a nivel global, tanto sociales, políticas, económicas y sobre todo ambientales. Sin embargo, este último punto no cuenta con estudios suficientes que reflejen los daños que ha producido el Pentágono hacia el medio ambiente y que además refleje su contrariedad, ya que su proceso militar continua mientras que esta institución se muestra como la que mayor contaminación produce a nivel mundial.
Es por lo que surge la necesidad de combatir la militarización, ya que a menudo las soluciones al cambio climático se concentran en acciones que deben ser realizadas por el individuo, pero no considera estas situaciones a mayor escala que produce daños aún más graves.
1) La Splendid Little War de 1898, un enfrentamiento entre Estados Unidos y España, derivó en la presencia ultramarina estadounidense, con lo que anexó a su territorio a Puerto Rico, Cuba y las Filipinas, además de Hawái y Guam. Este proceso permitió permitió el establecimiento de bases y tropas más allá de las fronteras continentales que el Buró de Censos reconoció en 1890, y que fueran selladas en Wounded Knee [1]. La base naval de Guantánamo, en Cuba, inaugura la serie de destacamentos militares ultramarinos que caracterizan a la geografía mundial de ocupación militar estadounidense, hasta llegar a las casi 800 bases que en la actualidad se encuentran repartidas por todo el mundo.
2) El periodo entreguerras (1919-1939) y el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) permitió el aumento de la presencia militar ultramarina de Estados Unidos, y también el “imperio de bases” (llamado así por el politólogo Chalmers Johnson). La estrategia consistía en llevar la guerra a territorio enemigo para que ésta no llegara al propio; establecer las fronteras de la guerra lo más alejado posible del Hemisferio occidental para evitar la desestabilización y la destrucción que ello traería en suelo estadounidense y en aquel perímetro circundante que, desde entonces, es concebido como su zona de seguridad.
3) La Guerra Fría desencadenó el despliegue de tropas y diverso tipo de personal civil, diplomático y militar por todo el mundo quienes aprovecharon la ocupación efectiva de diversos territorios ultramarinos utilizados durante la guerra, además de ocuparon otros destacamentos que se abrieron en Europa (Alemania e Italia) y Asia (Japón y Corea del Sur), siendo estos los nodos estratégicos de la red de militarización mundial de Estados Unidos. El periodo 1950-1963, registra un promedio de 700 000 militares estadounidenses desplegados en Europa occidental y Asia oriental, reflejando las tensiones y preocupaciones estratégicas de la época.
4) En el periodo de 1964 a 1973, hubo un incremento de casi 100 000 militares, principalmente en Asia, lo que profundizó la huella militar de Estados Unidos en el mundo. A partir de entonces, se registró una disminución en el número de tropas desplegadas en el exterior, hasta tener un promedio de 200 000 de 2015 a 2021, lo cuales un reajuste profundo en los despliegues militares adecuados al nuevo contexto estratégico.
5) Desde 1946 Estados Unidos cuenta con una respuesta rapsodia ante a eventualidades y riesgos que se han suscitado en diversas regiones. No obstante, es a partir de 1970 en donde el aseguramiento de flujos estratégicos y de las vitales cadenas globales de aprovisionamiento es una de las funciones centrales de esta gran militarización mundial.
6) La Doctrina Carter en 1980, la creación de las Fuerzas de reacción rápida en Medio Oriente en 1981, y la conversión de esta última en 1883 hacia el Comando Central (CENTCOM).
7) De acuerdo con estimaciones hechas por Neta Crawford de la Universidad de Brown, las emisiones de gases de efecto invernadero de las operaciones militares de Estados Unidos, realizadas por el Pentágono, superaron a las hechas por países como Portugal, Dinamarca o Suecia en 2017. En el periodo 2010-2018, 593 millones de toneladas métricas de CO2 fueron liberadas a la atmósfera como consecuencia de las operaciones dirigidas por el Pentágono, dando un promedio de 66 millones de toneladas métricas anuales, que se equiparan a 15% del total de emisiones de gases de efecto invernadero emitidas por el sector residencial en Estados Unidos. Además dentro del periodo de 1975 a 2018, las emisiones totales fueron de 3 685 millones de toneladas métricas de CO2.
En la figura 1 se muestran las emisiones de CO2 hechas por el Pentágono de 1975 a 2018.
8) En el periodo 1975-1990, más de 85% del consumo energético del gobierno de Estados Unidos corresponde al Departamento de Defensa. Los años 1991-2000 registraron un ligero descenso en esa proporción, siendo entre 80% y 84%, a partir de entonces, el consumo energético del Pentágono ha oscilado entre 76% (en 2020) y 80% del total.
El consumo medido en billones de BTU (British Thermal Unit), registra una disminución general para todo el gobierno estadounidense, y para el Departamento de Defensa en particular, durante todo el periodo 1975-2020.
Lo anterior se muestra en la figura 2.
9) Del total de energía consumido, 30% se utiliza para el funcionamiento de las instalaciones militares, incluyendo las casi 800 bases repartidas por todo el mundo. El restante 70% se dirige a la movilización de casi 200 000 militares desplegados por el globo y el material e instrumental bélico que les sirve de soporte, consumen la gran mayoría de la energía que demanda el Departamento de Defensa.
En 2014, la mayor parte de la energía fue combustible para las aeronaves utilizadas en las distintas ramas de las fuerzas armadas (Fuerza Aérea, Ejército, Marina Armada, Cuerpo de Marines), seguida de diésel, las gasolinas, el combustible para buques y gas propano. A pesar de que el Pentágono ha hecho una importante inversión en la reconversión tecnológica y el tránsito hacia energías limpias, el uso de hidrocarburos continúa siendo bastante extendido.
10) En 1975 las instalaciones militares obtenían 40% de sus requerimientos de energía del petróleo, 27% del gas natural , 20% de la electricidad y 12% del carbón. En 2018 ese panorama se había alterado drásticamente, siendo la electricidad la principal fuente de energía con 50%, 35% de gas natural, 7% del petróleo (7%) y solo 1% provino de energías renovables (especialmente paneles solares en distintas instalaciones militares).
11) Entre las detonaciones nucleares se encuentran las realizadas en Japón al finalizar la Segunda Guerra en 1945, así como las pruebas llevadas a cabo en territorio estadounidense y en diversas locaciones en el Pacífico, específicamente en el Atolón Bikini en Islas Marshall, entre 1946 y 1958, que trajo consigo procesos de desplazamiento forzado y reubicación de población, desposesión de tierras, contaminación radiactiva y desaparición de flora y fauna nativa, además de un proceso de colonización silenciosa que continúa hasta la actualidad.
Notas
[1] Fue una masacre en 1890, en la cual soldados estadounidenses asesinaron. A cientos de hombres, mujeres y niños lakota para reprimir un movimiento religioso. Posterior a esto, los soldados fueron condecorados con medallas.
Blakemore, Daniel [2023], "¿Qué pasó realmente en la masacre de Wounded Knee?", Nacional Geographic, España, 3 de enero, https://www.nationalgeographic.es/historia/que-paso-realmente-en-la-masa...
Pese a que los efectos del proceso de militarización estadounidense se han reflejado de mayor forma en cuestiones sociales y políticas, los estragos de estás decisiones se pueden vislumbrar en otros aspectos, es decir, en el calentamiento global. De tal modo el autor plantea una dualidad por parte de Estados Unidos ya que su militarización refleja su lugar como potencia, pero que a su vez, esta situación lo ha posicionado como uno de los países más contaminantes.