Vulnerabilidad y riesgo climático. Los retos de la Ciudad de México hacia el primer tercio del siglo XXI
Graizbord, Boris, José Luis González y Omar López [2024], "Vulnerabilidad y riesgo climático. Los retos de la Ciudad de México hacia el primer tercio del siglo XXI", Investigaciones Geográficas, (114): e60844, Instituto de Geografía, https://doi.org/10.14350/rig.60844
Boris Graizbord es investigador nacional (SNI III) y Coordinador del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente (LEAD-México) desde 1995. Es Profesor Investigador del Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano de El Colegio de México y de 1977 a 2011 profesor de asignatura en la maestría y el doctorado de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, y en la maestría de estudios regionales del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora desde 1992. Ha sido invitado regularmente a dar cursos completos o cortos en otras instituciones académicas tanto del país como del extranjero. Fue investigador del Instituto de Geografía en la UNAM (1977-1979), y director del Centro de Estudios de Desarrollo Social y coordinador del Programa de Maestría de Desarrollo Municipal en El Colegio Mexiquense (1986-1988). Ha realizado investigación en población y medio ambiente, contaminación industrial, desarrollo de ciudades medias, transporte metropolitano y desarrollo regional en México.
José Luis González Granillo es Licenciado en Geografía por la Facultad de Filosofía y Letras e investigador de proyecto en el Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente LEAD-México.
Omar López Ibarra realiza estudios sobre sociología, política económica, historia, economía y relaciones internacionales.
INTRODUCCIÓN
Aunque en México existe la Ley General de Cambio Climático y la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC), para los autores, la situación con respecto al cambio climático en Ciudad de México no es alentadora. De ahí que destacan que a pesar del esfuerzo de las instituciones locales, este fenómeno no es exclusivo de la Ciudad sino que se presenta en todas las megapólis, en todo el mundo. Es decir, el cambio climático y los aumentos de temperaturas son de escala global. En el caso de las ciudad, los eventos de islas de calor (es la elevación localizada de la temperatura en entornos urbanos respecto al área rural circundante) se muestran cada vez con mayor frecuencia.
En un contexto general, los autores indican que el crecimiento de las ciudades también es consecuencia del aumento de temperatura; es por eso que existen mayores probabilidades de tener olas de calor. A su vez, las olas de calor ponen en peligro a la población. Cabe destacar que los parámetros con los que se define una ola de calor varían según de un lugar a otro (dato crucial 1). Además, como resultado del análisis de datos meteorológicos del estudio, se obtuvo que las olas de calor han aumentado su frecuencia (dato crucial 2). Con relación a esta problemática existen grupos en la población más vulnerable que otros. Tal es el caso de las personas mayor de 65 años, los hogares en los con jefatura femenina, o bien, aquellos hogares que no cuentan con refrigerador. En adición, las afectaciones serán mayores en zonas de clima tropical, o en sitios en donde la población está en extrema pobreza (dato crucial 3).
EL RIESGO CLIMÁTICO URBANO EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL
El cambio climático genera gran preocupación a nivel mundial (dato crucial 4) y una gran cantidad de población urbana se encuentra sujeta a las afectaciones por riesgos ambientales (dato crucial 5), como el deterioro en la calidad del aire, las lluvias intensas, los huracanes y la disponibilidad de agua. Además, algunas otras ciudades se encuentran con afectaciones de altas a extremas por factores en los que se consideran la contaminación atmosférica, escasez de agua, estrés por calor extremo, los ciclones tropicales y la sequía.
El calentamiento del aire urbano cuenta con diversos estudios (dato crucial 6). Con ello ha sido posible detectar las ciudades que podrían sufrir algún riesgo ambiental (dato crucial 7) o bien, aquellas que se encuentran amenazadas por riesgos de cambio climático (dato crucial 8).A raíz de esta problemática, México inició acciones para enfrentar el cambio climático (dato crucial 9).
Un dato crudo proporcionado por los autores indica que en Ciudad de México, el nivel de riesgo al cambio climático es considerado alto, mientras que ciudades como Puerto Príncipe y Caracas se encuentran en el nivel de riesgo extremo debido a su condición costera.
EL PROGRAMA ESPECIAL DE CAMBIO CLIMÁTICO Y SUS PROPÓSITOS
El Programa Especial de Cambio Climático 2009-2012 marco a Ciudad de México como la entidad con el mayor potencial de sufrir los efectos de cambio climático y ambiental, considerando la concentración demográfica y urbana que esta tiene. Es así como en 2021, el cambio climático se consideró un tema de suma relevancia y debido se propusó una clasificación de los municipios con mayor vulnerabilidad. En ese sentido, la vulnerabilidad se debe tomar desde una perspectiva integral, interdisciplinaria e interinstitucional y que priorice la prevención ante los eventos climáticos extremos.
VULNERABILIDAD CLIMÁTICA URBANA
El aumento de temperatura dentro de las megaciudades provocará estrés por calor extremo (dato crucial 10). A su vez, la productividad laboral será afectada por el ascenso de ausentismo laboral derivado de enfermedades o lesiones a causa del calor (dato crucial 11). Dentro de las afectaciones en Ciudad de México por olas de calor, se tiene presente al comercio informal, ya que este se concentra en zonas como el Centro Histórico, además del norte y poniente de la ciudad. Los autores también indican que la zona Centro y Sur oriente son las que tienen la mayor concentración de aire caliento, lo cual se relaciona con la alta urbanización (dato crucial 12) que impera en ellas, así también por falta de zonas arboladas o con cuerpos de agua.
IMPLICACIONES DEL RIESGO CLIMÁTICO PARA LOS HABITANTES Y LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS DE LA CIUDAD DE MÉXICO
Si bien la temperatura en Ciudad de México se encuentra relacionada a sus condiciones geográficas, se debe considerar a la urbanización como un factor para modificarla (dato crucial 13). Del mismo modo, la densidad de la vegetación tiene influencia sobre la temperatura (datos cruciales 14 y 15).
POBLACIÓN VULNERABLE
Conforme a La Ley General de Desarrollo Social, se define como grupos sociales vulnerables a “aquellos núcleos de población y personas que, por diferentes factores o la combinación de ellos, enfrentan situaciones de riesgo o discriminación que les impiden alcanzar mejores niveles de vida y, por lo tanto, requieren de la atención e inversión del Gobierno para lograr su bienestar”. En el estudio sólo se incluyó n a la población infantil de 0 a 14 años y las personas adultas mayores de 65 años (dato crucial 16), como los individuos más susceptibles a los estragos por las altas temperaturas debido a sus condición física sin considerar el factor socioeconómico.
Dentro de Ciudad de México, al menos la tercera parte de la población está considerada como vulnerable ante las altas temperaturas (dato crucial 17). Una situación que aumenta la vulnerabilidad es el hecho de que no toda la población cuenta con alguna afiliación a los servicios de salud (dato crucial 18), en especial por los costos que esto representa.
CIUDAD, VULNERABILIDAD Y CAPACIDAD ADAPTATIVA
Existen dos vertientes que se deben diferenciar para enfrentar la vulnerabilidad. Por una parte la adaptación como respuesta a un hecho. Por otra, la adaptación al futuro para prevenir los daños por eventos catastróficos. El resultado de esta distinción debe ser la inclusión de factores ambientales, económicos y sociales para establecer la vulnerabilidad (dato crucial 19) así como la capacidad de adaptación. Para lograrlo es necesario considerar elementos como los atributos de individuos y unidades familiares que habitan las diversas áreas de la ciudad, las características de las viviendas que habitan y las condiciones del entorno físico en el que vive la población en el ámbito urbano.
Para establecer la capacidad adaptativa, se requiere del trabajo conjunto de un sistema, los habitantes y las viviendas habitadas a fin de responder a eventos para evitar pérdidas y dar respuestas a los impactos causados por contingencias. Por lo tanto, mientras que por alguna característica del medio en donde se desarrolla una población puede considerarse vulnerable, factores como el socioeconómico los quitan de este rango. Entonces es pertinente que para enfrentar una adversidad se cuente con los medios económicos necesarios.
FACTORES DETERMINANTES A CONSIDERAR EN LA POLÍTICA AMBIENTAL URBANA
A fin de garantizar el bienestar de la población se debe incluir dentro de las planeaciones urbanas las condiciones ambientales, tales como las islas de calor. Está situación va en aumento en las zonas urbanas debido al calor generado por el ser humano debido a su estilo de vida (vehículos de motor, plantas de energía, sistemas de aire acondicionado y otras fuentes generadoras de calor), lo que se añade a la radiación solar.
Efectos sociales
Aunque el cambio climático genera problemas para la población en general, los grupos con menores posibilidades económicas son los más perjudicados (dato crucial 20). Por un lado por los gastos que implican las afectaciones a la salud, por otro, por los daños materiales causados por los fenómenos meteorológicos. Considerando lo anterior, los esfuerzos deben concentrarse en reducir la vulnerabilidad.
Restricciones financieras y tecnológicas
El principal punto a seguir para conseguir una “Ciudad Segura” es enfrentar los riesgos ambientales a través de la adaptación y la prevención. De ahí surge la necesidad de identificar la temporalidad y el espacio en donde sucederán eventos relacionados al cambio climático. De acuerdo con los autores "La Ciudad de México tendrá que enfrentar en los próximos años crisis sanitarias que incluirán principalmente a población vulnerable, así como riesgos laborales, en la medida en que las olas de calor aumenten en los meses más cálidos". En tal sentido, la legislación correcta y las políticas públicas son pieza esencial.
CONCLUSIONES
Los autores cierran indicando que en el caso de Ciudad de México, las acciones para mitigar los daños por el cambio climático se deben dirigir hacia políticas y leyes que atienda la capacidad de adaptación y la reducción de la vulnerabilidad ocasionadas por los eventos climáticos extremos, pues enfatizan que se debe: "incorporar normas técnicas y métodos para propiciar principios o procedimientos, equipamiento y materiales de construcción que contribuyan a disminuir las altas temperaturas, no solo en espacios privados sino en espacios públicos y megaproyectos en las grandes ciudades".
1) Los valores límite para definir una onda de calor varían geográficamente. En el caso de Ciudad de México ubicada a 2 250 msnm en los trópicos, se ha adoptado 30°C como valor límite cuando se presente durante tres días consecutivos o más; y una temperatura mínima de 25°C como promedio. Estos eventos ocurren al final de la estación seca durante los meses de marzo a mayo, cuando la humedad relativa alcanza un mínimo (∼20%), lo cual favorece el estrés por calor.
2) Durante la segunda mitad del siglo XX la frecuencia de los eventos de ondas de calor se incrementó de 6 a 16 en los años noventa, con un marcado crecimiento de la población de la capital de 8.5 a 16.5 millones de habitantes. Durante este tiempo el contraste promedio urbano/rural se consideraba de 6 a 10° C. La aplicación de índices de calor basados en el balance energético (PET, PMV) señalan que el impacto a la población puede ser de ligero a moderado durante estos eventos. Además el cambio climático global va a significar un aumento en las temperaturas nocturnas, lo que aumenta las probabilidades de que estos fenómenos ocurran.
3) En Ciudad de México, al menos la mitad de sus habitantes registró ingresos por debajo de la línea de pobreza, de acuerdo con datos de Coneval para 2020, con un muy bajo nivel de resiliencia, aunque potencialmente con una importante capacidad adaptativa. En la figura 1 se muestran las variables seleccionadas de vulnerabilidad para la Zona Metropolitana de la ciudad de México (ZMCM) en 2020.
4) Según el reporte Edelman Trust Barometer de 2023, 76% de las personas consultadas refirió estar muy preocupada por el cambio climático, incluso por encima de padecer una guerra nuclear, enfrentar escasez de alimentos o de energía, siendo que estos dos últimos mantienen vínculos directos con el cambio climático.
5) Según el reporte de 2021 Environmental Risk Outlook, alrededor de 1 400 millones de habitantes urbanos enfrentan diversos riesgos ambientales. Por otra parte, son casi 600 ciudades las que registran niveles de afectación que van de altos a extremos.
6) El calentamiento del aire urbano se ha documentado en cuanto a su intensidad y extensión del fenómeno desde los años 1980.
7) El mayor número de ciudades amenazadas por algún tipo de riesgo ambiental como contaminación atmosférica, inundaciones, sequías, estrés hídrico, terremotos, altas temperaturas, etc., se encuentran en Asia, siendo Jakarta y Delhi las ciudades con riesgos extremos, ambas con una población por encima de 5 millones de habitantes. India cuenta con 13 de las 20 localidades urbanas millonarias en mayor peligro. También la ciudad de Lima, en Perú, es una de las megaciudades del continente americano con un nivel alto de riesgo ambiental, al igual que Ciudad de México. En la figura 2 se muestran las ciudades amenazadas por riesgos ambientales.
8) Según el Índice de vulnerabilidad al cambio climático, las ciudades africanas serán las más afectadas y a la vez las menos capaces de mitigar sus efectos debido a las condiciones en las que se encuentran. Lo anterior se muestra en la figura 3.
9) En 1992, México se incorporó a la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), con el compromiso de reducir los efectos de los gases de efecto invernadero. Sin embargo, fue hasta inicios del siglo XXI cuando este aspecto se consideró como un objetivo importante de la política nacional al incluirse en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012.
10) Algunas proyecciones señalan que para 2050 el estrés por calor extremo impactará a cerca de 350 millones de personas de las principales megaciudades.
11) En Estados Unidos los trabajadores de la construcción y del sector manufacturero se vieron perjudicados por las altas temperaturas y el aumento de humedad en el verano de 2020. Los sectores económicos afectados por las altas temperaturas fueron el sector de la construcción, el manufacturero y, en particular, el turístico, el agrícola y la agricultura periurbana.
12) Para Ciudad de México, la temperatura en la zona urbana aumenta con respecto a la zona rural hasta 5 °C en la temporada seca. En la figura 4 se muestra la isla de calor dentro de Ciudad de México.
13) Las temperaturas más altas se concentran en los niveles más bajos del Valle de México, mientras que las más frescas en áreas de mayor elevación, aunque esta situación se modifica con los niveles de urbanización. Los valores más altos se observan en el noreste, en donde el promedio máximo alcanza 30 °C. Las temperaturas han aumentado desde el año 2000 entre 2° C y 3 °C en la zona norte y noreste del Valle. En adición, la frecuencia y duración de las altas temperaturas (islas de calor, es decir, tres o más días de 30 °C) se han incrementado de 2 ( a finales del siglo XIX), a 16 (en el último decenio del siglo XX).
14) En la figura 6 se presenta el promedio de la temperatura superficial registrado entre 2000 y 2009. En ella, los colores más cálidos permiten identificar las zonas con altas temperaturas, apreciándose una mayor presencia hacia el noreste y oriente de la Zona Metropolitana y Ciudad de México. Es así como las partes desprovistas de vegetación tienden a registrar temperaturas más altas.
15) En la figura 7 se muestra el promedio de temperatura superficial de 2010 a 2019. Pese a su parecido a la figura anterior, se encuentran diferencias como un ligero aumento tanto en el gradiente como en la extensión de algunas zonas, en especial en aquellas del oriente y norte de los municipios metropolitanos pertenecientes a Estado de México. En el caso de las alcaldías de Ciudad de México, Azcapotzalco, Venustiano Carranza e Iztapalapa, registran una mayor temperatura.
16) En la figura 8 se muestra la vulnerabilidad que tiene la población de ciertos rangos de edad ante las altas temperaturas.
17) Para obtener a la población vulnerable de la Zona Metropolitana y Ciudad de México se consideró la información del Censo de Población y Vivienda de 2020, a partir de las áreas geo-estadísticas básicas (AGEB) urbanas; en este caso no están contemplados las AGEB rurales, lo cual se representa en la figura 8. En 2020, el área urbana de la principal metrópoli del país contaba con 21 millones de habitantes, siendo al menos una tercera parte considerada dentro de los grupos vulnerables ante las altas temperaturas.
18) En la figura 9 se muestra la población que no cuenta con servicios de salud, lo cual aumenta su vulnerabilidad.
19) En la figura 10 se establecen las condiciones que aumentan la vulnerabilidad en la población ante las altas temperaturas.
20) Según los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022, que publica el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), 3.5% del gasto de los hogares de la Ciudad de México se destina a salud.
Jáuregui, Ernesto (2000). El clima de la ciudad de México, México: Plaza y Valdes.
Jáuregui, Ernesto (2009). “The heat spells of Mexico City”, Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía, UNAM, Núm. 70; 71-76.
Jáuregui, Ernesto (1995). “Algunas alteraciones de largo periodo del clima de la ciudad de México debidas a la urbanización. Revisión y perspectivas”, Boletín del Instituto de Geografía, núm. 31: 9-44.
Aunque el cambio climático afecta a todo el planeta por igual, existen grupos poblacionales con un mayor nivel de vulnerabilidad. Por esta razón, las medidas para erradicar las problemáticas relacionadas al aumento de las islas de calor deben enfocarse en la reducción de la vulnerabilidad sumado a que se debe lograr una capacidad adaptativa considerando los aspectos económico, político, social y ambiental.