Elon Musk Dominates Space Launch. Rivals Are Calling Foul

Cita: 

Lipton, Eric [2024], "Elon Musk Dominates Space Launch. Rivals Are Calling Foul", The New York Times, New York, 28 de mayo, https://www.nytimes.com/2024/05/28/us/politics/elon-musk-space-launch-co...

Fecha de publicación: 
Jueves, Marzo 28, 2024
Tema: 
La dependencia de un solo proveedor en misiones espaciales gubernamentales ha generado preocupaciones anticompetitivas en demás empresas.
Idea principal: 
    Eric S. Lipton, es un reportero de The New York Times con sede en Washington. Ha sido periodista activo durante tres décadas, con temporadas en The Washington Post y Hartford Courant y también es coautor de una historia del World Trade Center.

    Elon Musk, un empresario dueño de varias empresas mundialmente conocidas por su innovación tecnológica, ha revolucionado los lanzamientos espaciales en las últimas dos décadas a través de su empresa SpaceX, empresa dedicada a la fabricación aeroespacial, la cual se ha convertido en el principal proveedor de servicios de lanzamiento para la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por su sigla en inglés).

    Musk combinó las innovaciones de ingeniería con nuevos estándares relativamente accesibles, para el promedio de la industria, y la confiabilidad de la calidad de los productos, sin embargo, a medida que SpaceX creció en poder e influencia, también ha adoptado tácticas que algunos competidores consideran anticompetitivas, lo que ha generado preocupaciones sobre la dependencia del gobierno de Estados Unidos en un solo proveedor.

    Empresas estadounidenses que se dedican a la fabricación de productos aeroespaciales como Relativity Space, Phantom Space y Rocket Lab han denunciado que SpaceX utiliza su influencia para obstaculizar sus esfuerzos, como el bloqueo de financiamientos o la estipulación de cláusulas en contratos que desincentivan la competencia. Adicionalmente, se han percatado de que SpaceX ha comenzado a ofrecer servicios de transporte de cargas pequeñas a precios reducidos, considerándola como una estrategia para limitar la competitividad.

    Aunque Musk y SpaceX han sido reconocidos por hacer más accesibles los vuelos espaciales, sus tácticas han generado críticas en la industria y preocupaciones en el gobierno, especialmente por el comportamiento controvertido de Musk, como su apoyo a teorías de conspiración y opiniones políticas contradictorias. Esto ha llevado a algunos funcionarios estadounidenses a cuestionar la confiabilidad de SpaceX como socio gubernamental en tiempos de crisis, generando dudas sobre la fiabilidad de su dominio en el sector y el impacto en la competencia futura.

    Diversos legisladores estadounidenses bipartidistas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos enviaron una carta al secretario de la Fuerza Aérea del país, Frank Kendall, solicitando la fomentación de una competencia justa entre los proveedores de lanzamientos, ya que muchos representantes están preocupados por el dominio de SpaceX y el riesgo de que una sola empresa desplace a competidores más pequeños. SpaceX no respondió oficialmente a estas preocupaciones, aunque su ejecutivo Gary Henry desestimó las acusaciones de prácticas anticompetitivas, afirmando que estas percepciones no reflejan la realidad de la compañía.

    En una presentación interna, Musk mencionó que SpaceX ha lanzado cargas para competidores, incluyendo a Amazon, lo que generó risas entre los empleados. Los defensores de SpaceX argumentan que el mercado de lanzamientos se ha vuelto más competitivo con la entrada de empresas como Blue Origin, Rocket Lab y Relativity Space, no obstante, la dependencia de Estados Unidos en el cohete Falcon 9 de SpaceX para el lanzamiento de satélites militares y de espionaje es motivo de preocupación.

    El coronel Richard Kniseley de la Fuerza Espacial de EE. UU. ha señalado el riesgo que representaría un percance con estos lanzamientos, dada la cantidad de contratos federales que SpaceX ha recibido en la última década, que ascienden a 14,700 millones de dólares, consolidando su papel clave en la industria espacial estadounidense (dato crucial 1).

    El año pasado, SpaceX recibió 3 100 millones de dólares en contratos federales, una cifra casi equivalente a la suma total de contratos para el transporte espacial y servicios de sus nueve competidores, que incluyen tanto empresas gigantes de la industria aeroespacial como Boeing y Northrop Grumman, como empresas emergentes como Blue Origin. Aunque SpaceX es una empresa privada y no publica sus ingresos, se estima que cerca del 60% de sus ganancias por lanzamientos provino del gobierno federal.

    Además, SpaceX ha adoptado tácticas comerciales que antes criticaba, como aumentar su influencia en Washington y contratar a exfuncionarios del Pentágono, la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, ubicado cerca de Washington D. C. y la NASA que jugaron papeles cruciales en la adjudicación de contratos a la empresa. Entre sus nuevas contrataciones se encuentran William H. Gerstenmaier, quien supervisó el programa de carga comercial de la NASA, y Terrence J. O'Shaughnessy, un exgeneral de la Fuerza Aérea que contrató a SpaceX para brindar servicios satelitales a los militares.

    El gasto de SpaceX en cabildeo, el proceso de influenciar en la política pública y de gobierno a nivel federal, estatal y local, ha aumentado un 30% desde 2020, alcanzando 2.9 millones de dólares el año pasado, aunque esta cifra sigue siendo inferior a la de grandes contratistas como Lockheed y Boeing.

    No más forasteros

    En febrero, SpaceX demostró su dominio en los lanzamientos espaciales al realizar múltiples despegues en solo unos días, incluyendo uno que llevó 23 satélites Starlink y otro con cuatro astronautas a la Estación Espacial Internacional. Durante 2023, SpaceX logró 96 lanzamientos orbitales, superando a todos sus competidores en Estados Unidos y el resto del mundo.

    Este éxito contrasta con hace una década, cuando SpaceX demandó a la Fuerza Aérea por favorecer a United Launch Alliance (ULA), una empresa conjunta de Boeing y Lockheed empresas dedicadas a la industria aeroespacial, que en ese entonces monopolizaba el mercado de lanzamientos espaciales en Estados Unidos y aunque SpaceX criticó inicialmente los subsidios para la ULA, ahora se beneficia de un flujo constante de contratos federales gracias a su fiabilidad y costos competitivos.

    Boeing, por su parte, enfrenta retrasos y mayores costos en su proyecto Starliner, encargado de la fabricación de naves que transporten a tripulaciones espaciales, para la NASA, que resultará en un precio significativamente más alto en comparación con SpaceX. Además de que la ULA está siendo presionada para eliminar el uso de motores rusos y obligada a abandonar licitaciones, por lo que SpaceX ha captado más contratos del gobierno, consolidando aún más su posición dominante en la industria espacial.

    Apretando a las empresas emergentes

    Beck observó que SpaceX está dispuesta a competir agresivamente contra sus rivales, por lo que ejecutivos de la industria creen que la empresa fijó el precio de su servicio Transporter, que permite a pequeñas empresas reservar espacio en el Falcon 9, para debilitar a los competidores emergentes. El costo de 5 000 dólares por kilogramo estaba por debajo del costo estimado, es decir, SpaceX financiaba esos vuelos con ingresos de contratos gubernamentales.

    Recientemente, SpaceX lanzó el programa Bandwagon, el cual ofrecía lanzamientos a precios muy bajos, pero esta “estrategia” fue vista como un intento para dañar a la competencia. Mientras tanto, Henry de SpaceX negó cualquier uso de su dominio del mercado, afirmando que los lanzamientos múltiples benefician a la industria al hacer que los costos sean más accesibles para las pequeñas empresas.

    Sin embargo, Relativity Space afirmó que SpaceX ha hecho esfuerzos para limitar su crecimiento, señalando que cada ronda de financiación y acuerdo con un cliente ha sido seguida de llamadas de SpaceX para reprender a esas entidades. Además, de que por el lado de Phantom Space, esta empresa reveló que SpaceX impuso cláusulas contractuales que limitan la capacidad de empresas como Sidus Space para contratar a otros proveedores de lanzamiento.

    Sidus Space, confirmó que su acuerdo con SpaceX incluía una cláusula de "derecho de preferencia", lo que les permite contrarrestar ofertas de competidores, aunque no está convencida de que esto sea un intento de monopolizar. Cantrell, en cambio, considera que estas tácticas son anticompetitivas y perjudiciales para la industria y a pesar de estas dificultades, ha asegurado contratos por 80 millones de dólares para futuros lanzamientos, aunque su nuevo cohete ha enfrentado retrasos en su desarrollo.

    Multimillonarios volubles

    Las preocupaciones sobre la posición dominante de SpaceX se intensificaron tras la negativa de Musk en 2022 a activar la cobertura de Starlink sobre Crimea, península del Mar Negro, solicitada por Ucrania para atacar activos militares rusos. Esto llevó al secretario de la Fuerza Aérea, Kendall, a reevaluar la dependencia del Pentágono a SpaceX, considerando la inconstancia de los multimillonarios para servicios militares. Posteriormente, se anunció un nuevo acuerdo entre el Pentágono y SpaceX para el sistema de comunicaciones Starshield, propiedad del gobierno, en respuesta a estos temores.

    Aunque SpaceX ha cumplido con sus compromisos, el Departamento de Defensa busca diversificar sus proveedores de lanzamiento para misiones tanto de carga pequeña como de seguridad nacional, aunque SpaceX argumentó que no era necesaria una mayor competencia. Muchos analistas prevén que su cohete Starship, actualmente en pruebas, tendrá tarifas de lanzamiento mucho más bajas que sus competidores, lo que podría consolidar su dominio, nuevamente, en esta industria.

Datos cruciales: 

    1) La gráfica 1 muestra el valor de los contratos federales adjudicados a grandes corporaciones espaciales en Estados Unidos.

Nexo con el tema que estudiamos: 

    Este artículo es interesante porque exhibe que detrás de lo vigorosa y aparentemente innovadora que puede ser la industria de la alta tecnología, también se esconden las viejas prácticas anticompetitivas y de monopolio que son propias de las grandes empresas transnacionales. Esto además exhibe que la carrera espacial también está repleta de agujeros de incongruencia y corrupción, que lo único que hacen es favorecer a los grandes magnates como Musk.