China Bans Rare Mineral Exports to the U.S.
Pierson, David, Keith Bradsher y Ana Swanson [2024], "China Bans Rare Mineral Exports to the U.S.", The New York Times, New York, 3 de diciembre, https://www.nytimes.com/2024/12/03/world/asia/china-minerals-semiconduct...
David Pierson es corresponsal extranjero de The New York Times el cual cubre China.
Keith Bradsher es el jefe de la oficina de Beijing de The New York Times y forma parte de un equipo de periodistas del Times que cubren una amplia gama de noticias en China.
Ana Swanson cubre temas de comercio y economía internacional para The New York Times. Vive en Washington, DC.
China anunció el martes 3 de diciembre de 2024, la prohibición de exportar varios minerales raros (galio, germanio, antimonio y materiales superduros) a Estados Unidos, una medida que representa una escalada significativa en la guerra tecnológica y comercial entre las dos mayores potencias mundiales. Esta decisión se produce un día después de que la administración Biden restringiera el acceso de China a tecnología avanzada estadounidense, lo que subraya el creciente enfrentamiento entre ambos países en el ámbito tecnológico y económico.
La prohibición, justificada por el uso dual (civil y militar) de estos minerales, afecta componentes esenciales para la fabricación de productos de alta tecnología, como semiconductores y armamento. China, que domina la producción global de estos materiales, ha estado fortaleciendo su control sobre las cadenas de suministro como una herramienta estratégica en respuesta a las restricciones estadounidenses (dato crucial 1).
Además, China produce casi la totalidad de algunos minerales críticos, como las tierras raras, que son esenciales para la fabricación de productos que van desde semiconductores avanzados hasta bombas inteligentes.
Esta no es la primera vez que China utiliza su control sobre los minerales raros como arma geopolítica. En 2010, durante una disputa territorial con Japón, Beijing impuso un embargo no anunciado sobre las exportaciones de metales de tierras raras durante dos meses, lo que causó una grave preocupación entre los fabricantes japoneses, ya que China suministra a nivel global cerca de 99% de algunos de estos materiales. Ya que muchas fábricas químicas estadounidenses han cerrado en las últimas décadas, el país ya depende en gran medida de materiales semi-procesados provenientes de otros países, como Japón, que a su vez los obtiene de China.
La prohibición también podría tener un impacto significativo en la seguridad nacional de Estados Unidos, particularmente en lo que respecta al tungsteno, un material vital para la fabricación de balas y proyectiles perforantes de blindaje. Oliver Friesen, director ejecutivo de Guardian Metal Resources, una empresa que planea extraer tungsteno en Nevada, señaló que establecer una nueva mina de tungsteno en ese estado tomará cerca de tres años (dato crucial 2).
Además, China ha estado limitando sus exportaciones de antimonio, lo que ha provocado que los precios globales de este material se dupliquen en los últimos tres meses. Este mineral, utilizado en explosivos militares, fue agregado a la lista de exportaciones controladas por China en septiembre pasado, junto con el galio y el germanio, que ya estaban sujetos a restricciones desde 2023.
Aunque la prohibición de exportaciones de minerales críticos puede ser una herramienta poderosa, también puede resultar contraproducente. Después del embargo de 2010 a Japón, el gobierno japonés ayudó a la empresa australiana Lynas a desarrollar una gran mina de metales de tierras raras como proveedor alternativo. De manera similar, Estados Unidos y otros países podrían verse incentivados a diversificar sus fuentes de suministro o a reactivar la producción nacional de estos materiales (dato crucial 3).
El lunes, la administración Biden intensificó sus restricciones tecnológicas hacia China al prohibir la venta de ciertos tipos de chips y maquinaria (dato crucial 4). Funcionarios estadounidenses describieron estas medidas como una actualización de las restricciones existentes para cerrar vacíos legales que permitían eludir las prohibiciones. Esta es la tercera acción significativa en tres años para impedir que China alcance a Estados Unidos en tecnologías de vanguardia. Además, la administración Biden ha limitado la inversión estadounidense en industrias chinas y bloqueado vehículos eléctricos chinos por preocupaciones sobre el intercambio de datos con Beijing.
Por su parte, Donald Trump ha prometido tomar medidas más agresivas si regresa a la presidencia, como imponer aranceles a productos chinos y eliminar las relaciones comerciales normales permanentes con China, lo que aumentaría aún más los aranceles (dato crucial 5).
China calificó las restricciones estadounidenses como "ilegales", afirmando que socavan el orden económico internacional y perjudican la estabilidad de la cadena de suministro global. En respuesta, grupos industriales chinos, como la Asociación de la Industria de Semiconductores, instaron a las empresas chinas a comprar más chips a nivel nacional o de países distintos a Estados Unidos, argumentando que los chips estadounidenses "ya no son seguros ni confiables". Estas asociaciones, que incluyen a algunos de los mayores consumidores mundiales de semiconductores, podrían afectar financieramente a fabricantes estadounidenses como Micron e Intel, que ya han enfrentado investigaciones de seguridad en China.
Además, funcionarios chinos han sido desalentados de usar dispositivos extranjeros, lo que amenaza la participación de mercado de Apple. John Neuffer, presidente de la Asociación de la Industria de Semiconductores con sede en Washington, rechazó las afirmaciones chinas, subrayando que los controles de exportación deben ser específicos y enfocados en objetivos de seguridad nacional, y pidió a ambos gobiernos evitar una mayor escalada.
1.- Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, China suministra 54% del germanio utilizado por Estados Unidos, un material clave para la tecnología infrarroja y la fibra óptica.
2.- La administración Biden ha intentado reducir la dependencia de China imponiendo un arancel de 25% a las importaciones de tungsteno chino en septiembre, como parte de un esfuerzo por incentivar a los usuarios estadounidenses a buscar proveedores más confiables.
3.- Estados Unidos no ha extraído su propio galio, utilizado en semiconductores, desde 1987, y actualmente depende de importaciones de Japón (26%), China (21%) y Alemania (19%), entre otros proveedores menores.
4.- Al agregar más de 100 empresas chinas a una lista de comercio restringido.
5.- Aranceles de 60% o más.
El caso de la prohibición china ejemplifica cómo las dinámicas globales de poder, los intereses corporativos y los desarrollos tecnológicos se entrelazan, generando tensiones que van más allá del comercio, impactando sectores clave como la defensa, la tecnología y la transición energética.
Las medidas de las dos grandes potencias anunciaron el agravamiento de la disputa hegemónica, que tomó la forma de una guerra comercial abierta en marzo de 2025, cuyos resultados serán nefastos para la acumulación de capital en escala global.