Análisis bioético de la controversia entre México y Estados Unidos sobre la importación de maíz amarillo transgénico
- 1. El MAT fue desarrollado por Monsanto, empresa que ha pagado millones de dólares por daños a la salud en varias partes del mundo. Monsanto es conocida como una de las multinacionales que genera más daños a la salud y el ambiente, aunque en su publicidad se muestra como una empresa comprometida con el medio ambiente (Doncel, 2016; Libre Mercado, 2018). En el sitio electrónico del Atlas de justicia medioambiental, Monsanto está señalada en el cuarto lugar como responsable de conflictos ambientales en el planeta (EJAtlas, 2021). Esto significa que posee una de las peores reputaciones corporativas del mundo (Barbieri, 2016; Vargas-Hernández y Ortiz Sánchez, 2014).
- 2. La modificación del MAT consistió en hacerlo resistente al pesticida glifosato, comercializado con el nombre “Roundup” por Monsanto. Los efectos cancerígenos de esta sustancia en humanos están demostrados y sus daños al ambiente también (INEC, 2018). Los granos de maíz amarillo transgénico se exponen al glifosato y por lo tanto se contaminan con esta sustancia nociva, además de esparcirse en el ambiente.
- 3. El glifosato previene el crecimiento de otras plantas que puedan competir con el crecimiento del maíz. En ese sentido, se trata de un herbicida, una tecnología que asume que el resto de las plantas y organismos no son valiosos o, más bien, son plagas que deben ser combatidas, incluso con tóxicos. Esto tiene efectos muy graves, si se asume una perspectiva ecosistémica crítica, que señala la importancia de todos los seres vivos en la configuración de los diversos sistemas biológicos y los efectos de los pesticidas sobre la salud.
- 4. El maíz amarillo y el glifosato promueven el paradigma de los monocultivos, que son una de las fuentes de destrucción de la biodiversidad. Es una tecnología que considera que el único objetivo de la producción agrícola es el alto rendimiento. Para ello, genera cultivos de plantas aisladas de su ecosistema, combatiendo y destruyendo al resto de organismos y modificando las condiciones ambientales.
- 5. Por su efecto centrado en la destrucción de otras especies, pero, sobre todo, por la contaminación de los ecosistemas, el glifosato es una tecnología que contribuye con la sexta extinción masiva de especies.
- 6. El objetivo de empresas como Monsanto no es acabar con el hambre en el mundo, ni producir tecnologías que reduzcan el trabajo de los campesinos. Su objetivo es crear patentes que le permitan monopolizar el mercado de semillas e insumos agrícolas. Monsanto comercializa el glifosato y patenta el maíz que lo resiste, a partir de lo cual creó un enorme negocio con los países que deben pagar por las semillas cada vez que tienen que volver a cultivar. Su verdadero objetivo es crear dependencia y compradores cautivos. Todo esto implica una forma de neocolonialismo que justifica la degradación ambiental.
- 7. La defensa del maíz amarillo transgénico se basa en razones económicas o políticas que no toman en cuenta la salud humana y ambiental (Navdanya, 2023).
- 8. La importación de MAT puede suplirse incentivando la producción local de maíz blanco con métodos agroecológicos para garantizar la soberanía alimentaria de México, un derecho contra el que atentan las tendencias de imponer el uso de OGM (Jaime-Vargas, 2024).
- 9. Es falso que la agricultura con OGM sea ecológica, dado que se concentra en el rendimiento, un enfoque negligente con las consecuencias de los métodos que incrementan la producción, tales como: uso intensivo de pesticidas, uso intensivo de herbicidas, uso intensivo de fertilizantes, deforestación sistemática, uso intensivo de agua, etc. Es una forma de producción de alimentos contradictoria con el cuidado del medio ambiente.
- 10. La producción de MAT a gran escala pone en peligro el patrimonio biocultural de México. El enfoque en que lo más importante en la agricultura es el rendimiento es una postura negligente frente a la complejidad de los procesos agrícolas y culturales. La agricultura no solo es una actividad productiva de alimentos, es una de las actividades humanas más antiguas que está asociada con la cosmovisión de cada pueblo, con sus tradiciones culinarias, textiles, de construcción, etc. El maíz surgió en Mesoamérica gracias a los pueblos prehispánicos. Gracias a ellos tenemos más de 600 alimentos a base de maíz, que la mayoría de la población del país consume diariamente. Gracias a ellos contamos con alrededor de 60 variedades de maíz nativo, que son el producto de la selección humana a lo largo del tiempo. Esta selección dio como resultado especies adaptadas a las diferentes condiciones del país.
- 11. No se necesita que las corporaciones vendan variedades de semillas "mejoradas" porque ya existen semillas adaptadas a las diversas condiciones disponibles gratuitamente en las comunidades agrícolas gracias a que los pueblos originarios las desarrollaron a través de la selección y cruza. Estas variedades no son promovidas porque no pueden ser patentables. Prohibir el MAT es proteger esta diversidad biocultural (Báez, 2017).
- 12. Ninguna tecnología o biotecnología es buena por sí misma (Olivé, 2009). Algunas biotecnologías como las semillas transgénicas son desarrolladas con objetivos negativos concretos como la búsqueda de generar monopolios. Además, es necesario evaluar sus consecuencias ambientales que ponen en peligro la subsistencia de la vida en el planeta debido a que están diseñadas para rivalizar con otras especies.
- 13. El argumento de que empresas como Monsanto contribuyen a erradicar el hambre es una falacia e incluso una hipocresía. La producción mundial de alimentos ha crecido más rápido que la población, y según la FAO, el mundo produce una vez y media los alimentos necesarios para alimentar a toda la población (Holt-Giménez, 2012). El hambre no se debe a la escasez, sino a la distribución desigual (World Economic Forum, 2016). La agricultura actual prioriza las ganancias económicas obtenidas en los mercados, no la alimentación de quienes más lo necesitan.
- 14. Se afirma que las semillas transgénicas y la ingeniería genética son herramientas clave para enfrentar el cambio climático mediante cultivos adaptables a olas de calor, escasez de agua o pla-gas. Sin embargo, este argumento es falaz por tres razones: primero, ignora que los cultivos transgénicos contribuyen a agravar las crisis socioambientales; segundo, se utiliza como excusa para evitar acciones efectivas de remediación, como limitar la agroindustria dependiente de agroquímicos, una de las principales causas del deterioro ambiental; tercero, contradice las evidencias científicas sobre el cambio climático, que predicen un futuro incierto e inestable, donde las soluciones genéticas a largo plazo son inviables (Rockström, et al., 2009).
2. Explicar quiénes están involucrados en esta decisión y sus deseos
Debido a que este es un debate a escala binacional resulta complicado identificar a todos los actores relevantes. En general podemos señalar a:
El actual gobierno mexicano De acuerdo con su discurso y con las obligaciones del gobierno mexicano, su motivación es detener la importación de MAT y al mismo tiempo proteger la diversidad biocultural de maíz, proteger la salud de los habitantes e incentivar la soberanía alimentaria a través de la autoproducción de más maíz blanco que pueda suplir el MAT. El gobierno estadounidense De acuerdo con su discurso, y lo que podemos considerar como sus motivaciones, el gobierno estadounidense busca mantener sus exportaciones de MAT hacia México ya que no consideran que existan riesgos para la salud ni el medio ambiente. Además, se beneficia económicamente de este comercio. Las empresas Se trataría de los entes exportadores e importadores de maíz, con dueños en ambos lados de la frontera, que se benefician de este comercio. Los investigadores Instituciones y personas que realizan las investigaciones sobre los beneficios y los riesgos del MAT Otros Todos los individuos e instituciones, como pueden ser los medios de comunicación mexicanos que se benefician, por ejemplo de defender o de criticar al gobierno actual por motivos políticos y motivos de rating. 3. Explicar las posibilidades de elección y sus posibles consecuencias
Posibles elecciones Posibles consecuencias Continuar importando MAT y no aplicar ninguna prohibición o restricción, tal como piden los productores estadunidenses, los importadores mexicanos y los opositores al gobierno actual. Se evita el conflicto comercial entre México y Estados Unidos.
Se mantiene la tendencia creciente de importación de MAT y, debido a su menor precio frente al maíz blanco, se aumenta su uso en alimentos para humanos.
Las empresas mexicanas dedicadas a la importación de MAT y los productores estadunidenses aumentan sus ingresos.
El consumo de glifosato entre animales y humanos aumenta, generando daños a la salud pública.Continuar importando MAT y mantener la prohibición de consumo humano, mientras se incrementa la producción de maíz blanco para suplir el MAT en el futuro, como desea el gobierno mexicano. El conflicto entre ambos países crece, lo que podría conducir a presiones y futuras sanciones comerciales contra México.
La producción de maíz blanco podría aumentar.
La intoxicación debido al consumo de glifosato se reduce en el caso de alimentos para humanos, pero se mantiene por la vía de alimentos industriales.
Los productores estadunidenses e importadores mexicanos disminuyen su actividad comercial.Prohibir inmediatamente toda importación de MAT. El conflicto entre ambos países crece, lo que podría conducir a presiones y futuras sanciones comerciales contra México.
México establece un precedente que servirá para evaluar otros cultivos transgénicos dependientes del glifosato y para que otros países de América Latina, que celebran tratados con Estados Unidos, evalúen la introducción del MAT.
Habrá un déficit de alimento para animales.
El precio del maíz blanco podría aumentar, debido a que la demanda de consumo animal podría competir con la demanda de consumo humano.
La producción de maíz blanco podría aumentar para satisfacer la demanda, esto prevendría daños a la salud por consumo de glifosato en el maíz.4. Explicar cuál sería la solución ideal para cada responsable de la toma de decisiones
Gobierno mexicano Impedir la importación de MAT para proteger la salud pública y la biodiversidad de maíz. Lograr aumentar la producción local de maíz blanco para satisfacer la demanda de consumo humano y animal, para así cumplir con su obligación de asegurar la soberanía alimentaria. Gobierno estadunidense Mantener o incrementar las exportaciones de MAT a México y así no perder a su principal consumidor. Agricultores estadunidenses e importadores mexicanos Mantener o incrementar su actividad económica. Investigadores Que las políticas públicas se alineen con los resultados de su investigación o influir en su diseño. 5. Identificar el marco de valores en el cual las decisiones serán tomadas
A diferencia de la ética clínica, que cuenta con muchas propuestas de normas y principios que regulan la práctica médica incluso a nivel internacional, en el caso de la ética ambiental no sucede lo mismo. Aun así, existen algunas propuestas y esfuerzos para proteger el medio ambiente a diferentes escalas.
5.1 Acuerdos internacionales
El Protocolo de Kioto (1997) buscaba comprometer a los países desarrollados miembros de Naciones Unidas a reducir emisiones de gases de efecto invernadero con plazos y sanciones. Fue rechazado por países como Estados Unidos y Canadá, que exigieron incluir también a países en desarrollo. El Acuerdo de París (2016), que reemplazó al Protocolo de Kioto, y que permite que cada país fije sus propios objetivos de mitigación sin sanciones ni fecha de finalización, se centra solo en el calentamiento global, sin abordar problemas como extinción de especies, cambio de uso de suelo o contaminación hídrica.
La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible (2015), se basa en 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), que incluyen pobreza, desigualdad, cambio climático y justicia. Sus principios clave son: no dejar a nadie atrás, reconocer responsabilidades diferenciadas, integrar dimensiones económicas, sociales y ambientales, y promover la participación de múltiples sectores. Sin embargo, reproduce un enfoque antropocéntrico centrado en el crecimiento económico. Por ejemplo, no resuelve contradicciones como las del ODS 4 sobre clima y el ODS 8 sobre crecimiento económico, ni aborda estructuralmente la desigualdad global, ignorando factores como el intervencionismo bélico o tratados comerciales priorizan competitividad económica sobre impactos socioambientales.
5.2 Otros marcos de regulación sobre el cuidado de la naturaleza
Fuera de los acuerdos internacionales, existen diversas normas y principios que reconocen a las entidades naturales como sujetos con valor intrínseco independiente de los intereses humanos. Anette Putzer y sus colaboradores (2022) han registrado, hasta 2021, ejemplos a nivel local y nacional en 39 países, que toman la forma de disposiciones constitucionales, acuerdos de tratados, estatutos, ordenanzas locales y decisiones judiciales . Además, Elisa de Wit, Sonali Seneviratne y Huw Calford elaboraron un documento llamado “Climate Change Litigation Update” (2020), que reúne registros de 1 444 demandas por motivos medioambientales contra corporaciones y gobiernos en todo el mundo hasta el 2024. La imagen a continuación ilustra esta conflictividad.
Fuente: tomado de De Wit, Seneviratne y Calford (2020)
El análisis de los dos documentos muestra la evidente tensión entre los esfuerzos por limitar la degradación del ambiente y la tendencia de priorizar el crecimiento económico. Esto se ve en el aumento de los casos de litigio, que cada vez más recurren al recurso de las leyes constitucionales sobre medio ambiente y de derechos humanos para responsabilizar a los gobiernos y a los agentes privados del deterioro ambiental.
5.3 Las valoraciones implícitas en los argumentos del panel de controversia
Las valoraciones expresadas en el panel de controversia a favor de la importación son:
• Cumplir los compromisos del T-MEC.
• Mantener buenas relaciones comerciales.
• El impacto económico negativo en el sector agrícola.
• Los beneficios y seguridad de los OGM respaldados por la ciencia.
• Evitar que el rechazo al MAT establezca un precedente.
• Satisfacer la demanda de maíz amarillo de México.La valoración principal detrás de estos argumentos es la preservación del comercio a través del respeto del T-MEC.
Las valoraciones expresadas por el gobierno mexicano son:
• Preservar la biodiversidad mexicana.
• Proteger la salud pública.
• Defender la soberanía alimentaria del país.
• Mantener la herencia cultural asociada al cultivo del maíz.El conflicto expone dos posturas con valores distintos. Para decidir cuál debe prevalecer en la recomendación final, es crucial cuestionar si “la mejor vía de acción” debe limitarse a cumplir los lineamientos del T-MEC o también responder a criterios extracomerciales, como los planteados por México. Considerando las contradicciones de los acuerdos internacionales, los marcos alternativos de cuidado ambiental y la evidencia científica presentada por el gobierno de México, que se expresó en los argumentos del contexto en el paso 1, este análisis propone un marco de principios que evita reproducir las siguientes perspectivas:
- 1. Antropocentrismo: asume que el valor de la naturaleza y otros seres vivos depende exclusivamente de los intereses humanos, contradiciendo la sostenibilidad de la vida en el planeta.
- 2. Capitalismo: prioriza el valor del capital sobre la riqueza ecológica y sobre el valor cultural, amenazando dinámicas sociales esenciales para las formas de vida colectiva al poner en riesgo la subsistencia.
- 3. Fragmentación de la naturaleza: percibe la naturaleza como partes independientes, propiedad de estados nación, lo que dificulta abordar las crisis socioambientales desde una escala global.
- 4. Tecnocracia: confía en la innovación tecnológica como solución principal a las crisis ecosociales, ignorando su rol en la degradación ambiental, fomentando monopolios basados en patentes y negando los límites planetarios.
6. Con toda esta información, elegir cuál es la mejor decisión
Dado el impacto negativo del glifosato en la salud humana, animal y ambiental, es necesario prohibir la importación de MAT para consumo humano y animal, así como su uso, comercialización e importación en otros cultivos en México. Esto garantizaría coherencia en la protección ambiental.
El maíz es la principal fuente de alimento en México y constituye un patrimonio biocultural, con alrededor de 60 variedades nativas adaptadas a condiciones locales. Proteger estas variedades exige prevenir la contaminación genética y química, así como rechazar el modelo económico de semillas transgénicas, que prioriza beneficios comerciales y rendimiento sobre la biodiversidad y la cultura.
La modificación genética de semillas refuerza un paradigma de monocultivos dependientes de herbicidas, lo que contradice principios ambientales y culturales. Su uso debería prohibirse debido a los daños ecológicos asociados y su incompatibilidad con la sostenibilidad.
La importación de MAT beneficia a una minoría a costa de la salud pública, la biodiversidad, el patrimonio cultural y la soberanía alimentaria de la mayoría. Por ello, prohibir su importación y cultivo es la mejor decisión.
Ante la falta de un marco ético ambiental internacional que priorice la biodiversidad y la soberanía alimentaria, es crucial adoptar principios que preserven la salud pública, la herencia biocultural y la diversidad biológica.
Conclusiones
Esta propuesta de análisis demuestra que las herramientas de la ética clínica también son útiles para la ética ambiental, permitiendo identificar y organizar información clave para la toma de decisiones. Sus principales ventajas son: definir un estándar sobre la información mínima necesaria para un análisis bioético fundamentado; hacer explícitos a los actores involucrados y sus intereses para aclarar las dimensiones subjetivas en tensión; y destacar los límites entre lo posible y lo ideal como un elemento que amplía críticamente el horizonte moral.
Este análisis también es ejemplo de que seguir una metodología y explicitar el marco de valoraciones que sostiene nuestra perspectiva no es garantía de que ninguna decisión sea la más acertada. La pretensión más rigurosa que se puede tener, y al mismo tiempo la más mesurada, es hacer explícito que la fundamentación de la decisión final depende de una elección de valoraciones morales preestablecidas que, en el mejor de los casos, está abierta a cambiar con el proceso análisis. Por ejemplo, en este análisis se eligió dar más importancia a consideraciones sobre la salud pública, el cuidado del medio ambiente y el patrimonio biocultural que a los criterios priorizados por el panel de controversia de tipo comercial, diplomático o tecnológico.
Esta propuesta de análisis presenta diversas limitaciones. En primer lugar, los pasos no pueden aplicarse de manera uniforme debido a la diversidad de casos. Por ejemplo, en el paso 2, que aborda a los involucrados y sus deseos, no está claro cómo considerar a personas o comunidades incapaces de expresar sus deseos, por ejemplo, en casos clínicos no es evidente cómo considerar a quienes han perdido la consciencia, niños pequeños o personas con demencia. En casos ambientales, como este, ¿sería posible considerar a las personas afectadas por la contaminación química con Glifosato? Además, la selección de lo “relevante” no se reduce a completar los seis pasos de la metodología como un ejercicio académico, ya que siempre implicará criterios subjetivos propios de quien realiza el análisis.
Asimismo, el proceso de recopilación de información está condicionado por la disponibilidad técnica de datos, así como por las capacidades y conocimientos previos de las personas implicadas. Reconocer estas restricciones es fundamental para evaluar cualquier proceso de deliberación, incluso los paneles de controversia internacionales realizados por especialistas. Aceptar estas limitaciones sensibiliza nuestra capacidad para identificar los criterios, deseos e intereses específicos que subyacen en una decisión, incluso en casos donde los organismos involucrados se presentan como neutrales.
Otra limitación significativa es el tiempo requerido para llevar a cabo cada paso del método. Se asume que una persona con experiencia en análisis previos podría omitir escribir cada etapa o seguir estrictamente la secuencia propuesta. En última instancia, el objetivo de cualquier método es, eventualmente, prescindir de él.
Sería importante explorar alternativas de la secuencia de pasos propuesta para ajustarse mejor al análisis ambiental. Por ejemplo, se podría agregar la consideración de la incertidumbre, un elemento difícil de aprehender en un análisis, pero inevitable en el panorama de los cambios ambientales. Sobre esto la ciencia de la complejidad aplicada a los sistemas planetarios establece la imposibilidad de predecir el comportamiento futuro de los ciclos de retroalimentación de contaminación, calentamiento, acidificación, derretimiento de los hielos, ni las consecuencias de otras modificaciones antropogénicas como la liberación de OGM. Este reconocimiento debería funcionar también en el sentido de considerar la posibilidad de que nuestras decisiones a favor de la protección del ambiente tengan efectos inesperados o adversos. En otras palabras, es necesario reconocer que no podemos evitar equivocarnos ni siquiera aplicando la racionalidad de una metodología.
Finalmente, en relación con la propuesta final, es necesario resaltar que apoyar la prohibición de la importación de maíz amarillo únicamente parecerá como aceptable o racional si se comparten los mismos criterios y valoraciones. En otras palabras, el resultado del análisis no depende únicamente de datos objetivos. Esta misma metodología aplicada por personas diferentes podría ser usada para justificar una conclusión contraria. Como ya se dijo más arriba, la metodología no es lo más importante, sino el proceso de análisis que pueden ayudar a cada persona a dar cuenta de sus propias valoraciones y de aquellas de los demás, valoraciones implicadas en nuestros conocimientos, deseos y proyectos. Así, esta herramienta puede facilitar el diálogo intercultural para construir vías de acción con sentido colectivo.
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* Doctorando en el programa de Bioética de la Facultad de Medicina en la UNAM. Docente en el Instituto de investigaciones sobre el comportamiento alimentario y nutricional (IICAN) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y en el Instituto Tecnológico de Estudios de Occidente (Iteso). Correo de contacto: jesus.corona@academicos.udg.
1 Los investigadores analizaron casi todos los productos de maíz disponibles en los supermercados y las tortillas de las tortillerías. Compararon estos productos con tortillas artesanales, elaboradas con maíz nativo por personas del campo. Estas tortillas artesanales también mostraron presencia de transgenes, aunque mucho menor y no contenían glifosato, lo que indica contaminación de los cultivos mexicanos con secuencias transgénicas.
Introducción
La bioética ha consolidado tres áreas principales: ética clínica, ética de la investigación y ética ambiental. La ética clínica destaca por sus metodologías y principios reconocidos para la toma de decisiones en salud; mientras que la ética ambiental carece de un marco equivalente, aunque la creciente preocupación por las crisis socioambientales impulsa propuestas de análisis en este ámbito.
En respuesta a esa necesidad, este texto aplica metodologías de toma de decisiones propias de la ética clínica a casos de ética ambiental, para analizar la controversia alrededor del maíz amarillo transgénico entre México y Estados Unidos. La disputa comenzó en 2020, cuando México prohibió la producción e importación de este tipo de maíz para consumo humano, lo que generó tensiones con Estados Unidos, que argumentó falta de evidencia científica y violaciones al Tratado comercial, mejor conocido como T-MEC.
Reflexiones bioéticas como esta son cruciales, ya que los estudios técnicos existentes sobre el maíz amarillo en México, aunque abordan impactos económicos, ecológicos y conflictos en sistemas agroalimentarios, rara vez exploran las tensiones morales subyacentes. Desde una perspectiva multidisciplinar y multicultural, la bioética permite cuestionar narrativas dominantes, como la supuesta neutralidad ética de la tecnificación o la priorización de la eficiencia y maximización de beneficios sobre la protección ambiental.
Siguiendo el enfoque de los comités de ética clínica, en este texto se propone un análisis ambiental basado en dos elementos clave: una metodología que identifique datos relevantes y un marco de principios éticos compartidos. A continuación, se describe una metodología de análisis propia, su aplicación al caso del maíz transgénico y una recomendación que responde a la pregunta: ¿debería México importar este producto biotecnológico?
La metodología de análisis
Establecer una metodología de análisis es fundamental por tres razones principales.
Primero, porque permite reconocer que no existe una fórmula universal para la toma de decisiones; cada proceso se fundamenta en información relevante que varía según las perspectivas teóricas y las apreciaciones culturales de los analistas. En bioética, por ejemplo, coexisten enfoques como el principialismo, la casuística, la ética de las virtudes, el consecuencialismo, los enfoques deontológicos, la bioética de la intervención, la bioética de la protección, la ética narrativa y las éticas del cuidado (Pfeiffer y Manchola-Castillo, 2022; Salamanca González, 2023).
Segundo, la metodología fomenta el desarrollo de la sensibilidad para identificar datos relevantes, una capacidad que se adquiere con la experiencia en la toma de decisiones, que no se limita a tener el conocimiento técnico del ámbito en cuestión. Por ejemplo, en medicina, los fundamentos teóricos son indispensables para el diagnóstico clínico, pero no suficientes; es esencial saber aplicarlos en los casos concretos de los pacientes. En la controversia sobre el maíz amarillo transgénico, la metodología resalta un punto: no basta con evaluar rendimientos de cosecha, indicadores comerciales o el uso de pesticidas; es crucial contextualizar estos datos en el entorno sociocultural de las poblaciones afectadas. Por ejemplo, el riesgo sanitario no puede evaluarse igual en Estados Unidos, donde el consumo per cápita anual de maíz es de 16.1 kg, que en México, donde el consumo es de 128.4 kg. Además, el riesgo a la soberanía alimentaria y los ecosistemas tiene una dimensión particular en Mesoamérica, centro de origen del maíz, donde este grano no solo es alimento, sino también patrimonio cultural que abarca recetas, técnicas de cultivo, rituales cosmológicos y prácticas gastronómicas (Carrillo Trueba, 2008).
Tercero, el método establece estándares mínimos de información necesaria para el ámbito en cuestión, facilitando el diálogo entre profesionales de diferentes áreas. Por ejemplo, en bioética clínica, permite la interacción entre médicos de diversas especialidades y eticistas; en el caso del maíz transgénico, podría propiciar el diálogo entre legisladores, jueces, lobistas y activistas.
Finalmente, es importante reconocer la ambivalencia de las metodologías de análisis. Por un lado, la diversidad de metodologías enriquece la formación en análisis y toma de decisiones; por otro, todas tienen ventajas y limitaciones, lo que significa que ninguna es superior de forma general. Conocer las particularidades de diferentes metodologías permite seleccionar la más adecuada para cada caso (Park, 2012).
En esa dirección, se proponen seis procesos generales de análisis, a saber:
1. Explicar el contexto. Este paso busca establecer la información que puede servir de punto de partida. En ética clínica, este primer paso incluye los datos médicos del paciente: profilaxis, diagnóstico, terapéutica, pronóstico, etc. En este análisis se eligió el término “contexto”, porque da espacio a una consideración más amplia sobre las circunstancias, así se reconoce que los pacientes son personas que exceden su condición de enfermos. De la misma manera los países, las poblaciones y las regiones ecológicas se caracterizan por una complejidad que trasciende los indicadores cuantitativos. Obviamente, el criterio sobre qué debe ser considerado relevante y qué debe ser excluido implica presupuestos y compromisos éticos que deben ser explicitados. Así, para ser coherente con este señalamiento, este análisis se posiciona como una alternativa a las propuestas basadas en contextos reducidos centrados únicamente en datos de interés comercial, diplomático, tecnológico o económico.
2. Explicar quiénes están involucrados en esta decisión y sus deseos. Al contrario de las propuestas de ética clínica, que en general no explicitan los deseos de los médicos como un elemento a considerar, porque son confundidos con los datos objetivos del análisis, este segundo paso busca señalar a las personas o entidades que encarnan las posturas en tensión, así como sus motivaciones y deseos particulares. Este paso implica las siguientes acciones:
a) Hacer una lista de los actores involucrados en el caso y sus deseos.
b) Identificar y explicar la naturaleza de la relación entre los responsables de la toma de decisiones.
c) Identificar y explicar los derechos y obligaciones de las personas responsables de la toma de decisiones.
3. Explicar los posibles cursos de acción y sus posibles consecuencias de acuerdo con los diferentes intereses. Este es un paso fundamental que se incluye en la mayoría de las metodologías (Jonsen, Siegler y Winslade, 2006), porque permite la exploración esquemática de las alternativas vislumbradas por las personas e instituciones involucradas, exigiendo que se haga el esfuerzo por prever las consecuencias de cada alternativa.
4. Explicar, con la información disponible, cuál sería la solución ideal para cada decisor. Este es un paso que no se encuentra en ninguna de las metodologías que fueron consultadas. Se inspira en las metodologías del Teatro del oprimido de Augusto Boal (2002). El objetivo es enfatizar la dimensión subjetiva de las valoraciones de las personas involucradas, no solo para balancear la tendencia objetivista en el análisis, sino, sobre todo, para recuperar la dimensión imaginaria de la tensión entre lo real y lo ideal que establece los límites de lo posible y lo imposible en la toma de decisión.
5. Expresar el problema ético, señalando si se trata de un dilema e identificar el marco moral en el que se tomará la decisión. Este paso sirve para identificar la problemática central en un enunciado conciso, verificando si es posible jerarquizar los elementos relevantes en una frase clara. Luego, se deben explicitar las valoraciones, principios o normas éticas que enmarcarán la decisión. En ética clínica, por ejemplo, se suele usar el principialismo (autonomía, beneficencia, justicia y no maleficencia), aunque existen otras opciones (Beauchamp y Childress, 2013).
El análisis aquí presentado incluye elementos como el patrimonio cultural gastronómico y las dinámicas sociales mesoamericanas desarrolladas durante siete mil años (Secretaría de agricultura y desarrollo rural, 2021), excluidos en el panel de controversia centrado en criterios comerciales. Este enfoque busca integrar aspectos culturales y sociales frecuentemente ignorados en debates sobre controversias comerciales.
6. Con toda esta información en mente, elegir la mejor opción. Este es el paso final en el que se asume la necesidad de tomar una decisión, considerando toda la información relevante. El objetivo es establecer una ruta de acción concreta que puede establecerse como la mejor entre las opciones enumeradas en el paso 3, definiendo de forma concisa cómo fueron considerados cada uno de los pasos anteriores en la elaboración de la recomendación final.
Ejemplo del análisis aplicando los pasos anteriores
1. Explicar el contexto
México firmó el Tratado de libre comercio de América del Norte en diciembre de 1992, vigente desde el 1 de enero de 1994, y fue reformulado como T-MEC el 1 de julio de 2020. Su objetivo era incrementar el comercio entre México, Estados Unidos y Canadá eliminando tarifas y barreras comerciales. Tras tres décadas, persiste el debate sobre si cumplió sus metas o generó efectos negativos, fragilizando sectores clave de la economía mexicana (Esquivel, 2014).
Gerardo Esquivel señala que, a 20 años de su implementación, los datos macroeconómicos muestran resultados desfavorables respecto al crecimiento económico, la reducción de la pobreza, el cierre de la brecha entre socios comerciales y la mejora de niveles salariales o la migración. Además, la pérdida de soberanía alimentaria, reflejada en la dependencia de importaciones de alimentos (Ayala et al., 2020), y la degradación ambiental intensificada por el extractivismo minero, que contamina suelo y ríos con metales pesados (Azamar, 2020), son ejemplos claros de sus impactos negativos.
Algunos autores califican al T-MEC como una forma de sometimiento neocolonial que facilita la privatización de sectores primarios, la exportación de materias primas, la dependencia del maíz amarillo transgénico (MAT), el soporte de la hegemonía comercial estadounidense y la negligencia ambiental (Nadal, 2014; González Merino y Ávila Castañeda, 2014; Jiménez Hernández et al., 2020).
México es el cuarto mayor productor de maíz a nivel mundial y el principal consumidor per cápita de este grano, con un promedio de 128 kg anuales por persona. El maíz es fundamental para la alimentación y la economía del país, ya que representa 85% del volumen nacional de cereales, lo que cubre más de la mitad de la superficie cultivada. Aunque México produce un superávit de maíz blanco, importa aproximadamente 10 millones de toneladas anuales de maíz amarillo transgénico, destinado al forraje y a la producción de alimentos industriales como aceite o jarabes de alta fructosa. El maíz blanco tiene un profundo significado histórico y cultural, ya que México es su centro de origen y diversificación, con más de 60 especies nativas cultivadas por pequeños agricultores en sistemas tradicionales.
En 2021, el gobierno mexicano intentó prohibir la producción de MAT en su territorio, reducir las importaciones e impedir su uso para consumo humano. Este decreto fue promovido por la administración del partido Movimiento de regeneración nacional (Morena), como una política que refleja sus compromisos con sectores agrícolas tradicionales y movimientos sociales, reunidos en la “Campaña sin maíz no hay país” (2003), que defiende la preservación del maíz nativo como un componente cultural, económico y ambiental fundamental en México. Sus principales argumentos son: la reducción o la prohibición de la producción local y de las importaciones de MAT son una expresión de la soberanía nacional que intenta proteger la salud pública, preservar la integridad de la biodiversidad y promover la autosuficiencia alimentaria reduciendo la dependencia externa. Estos argumentos toman en consideración resultados de estudios científicos realizados en nuestro país, en los que se establece la presencia de transgénicos y glifosato en muchos alimentos para consumo humano hechos a base de maíz, así como la contaminación de maíces nativos, incluso en zonas remotas, debido a las etapas de prueba del maíz transgénico que fueron autorizadas en México 2009 durante el gobierno del Partido acción nacional (González-Ortega et al., 2017).1
Estados Unidos, el mayor productor y exportador de maíz en el mundo, produce alrededor de 291 millones de toneladas anuales en promedio, de las cuales, 20% está destinada a la exportación. Este cultivo es fundamental para su economía agrícola y se utiliza principalmente para forraje en la cría de ganado, así como en alimentos, productos industriales y biocombustibles, como el etanol. El enfoque estadunidense de producción industrial contrasta con el modelo de producción para consumo humano de México. Estados Unidos lidera la producción de cultivos transgénicos en el mundo promoviendo a grandes empresas como DuPont-Pioneer y Monsanto, cuyas semillas transgénicas representan más de 56% de las semillas vendidas mundialmente (González Merino y Ávila Castañeda, 2014). Se señala que Monsanto posee un cuasi monopolio global dado que sus semillas representan alrededor de 90% de la superficie sembrada (Ervin, Leland y Jussaume, 2010). Así, la hegemonía agrícola exportadora del país y la hegemonía comercial de los agroquímicos y biotecnología son mutuamente dependientes. Además, la producción de MAT disfruta de subsidios agrícolas gubernamentales y el desarrollo de modificaciones genéticas se beneficia de un sistema de propiedad intelectual promovido en tratados internacionales, como el T-MEC.
Las restricciones impuestas por México a la importación de maíz genéticamente modificado han generado tensiones significativas. Los principales argumentos de Estados Unidos son que estas medidas violan las reglas de libre comercio establecidas en el T-MEC. Además, afirma que, al ser México uno de sus principales mercados, estas barreras comerciales podrían traducirse en pérdidas económicas importantes. Por otro lado, el gobierno estadunidense defiende la seguridad de los cultivos transgénicos y su respaldo por organismos internacionales y la propia Food and Drug Administration (FDA), asegurando que no existe evidencia científica que justifique las restricciones mexicanas. Desde Washington se advierte que permitir estas limitaciones podría sentar un precedente negativo para futuras relaciones comerciales, afectando otros sectores agrícolas y no agrícolas.
Este desacuerdo condujo a que Estados Unidos promoviera un panel de controversia en el marco del T-MEC. Parte de la defensa estadunidense ha sido enfocar el análisis exclusivamente en las evidencias científicas sobre los riesgos de los organismos genéticamente modificados (OGM), excluyendo del análisis los peligros del glifosato. México argumenta que ambos aspectos están intrínsecamente relacionados, ya que el MAT es dependiente del uso de glifosato, y su presencia residual en los alimentos representa una amenaza para la salud pública en un país donde el maíz es un alimento central. Organizaciones como el Center for food safety, una de las principales voces de interés público sobre los cultivos y alimentos genéticamente modificados en Estados Unidos respalda esta postura, señalando que los estudios citados por el gobierno estadounidense suelen estar financiados por la industria biotecnológica y carecen de evaluaciones a largo plazo. Además, el uso de maíz transgénico plantea un riesgo de contaminación genética para las variedades nativas, esenciales para la biodiversidad y la soberanía alimentaria de México.
La controversia se ha extendido hacia los medios de comunicación mexicanos, que reproducen los argumentos de ambos bandos con claros intereses políticos. Uno de los titulares más recurrente a favor de la postura de Washington es el que hace eco de la ausencia de evidencia científica que respalde las restricciones mexicanas. Por ello la organización civil Campaña sin maíz no hay país y el Consejo nacional de humanidades ciencia y tecnología (CONAHCYT) participaron en el panel de controversia impulsado por Estados Unidos, exhibiendo la abundancia de investigaciones científicas a favor de la prohibición (CONAHCYT, 2023).
Esta controversia muestra un enfrentamiento entre dos enfoques: uno que da prioridad al comercio libre y a la competitividad económica, y otro que pone énfasis en la soberanía alimentaria, la salud colectiva y la preservación del medio ambiente. Además, estas posturas representan tensiones internas entre productores de ambos países. Por el lado de los Estados Unidos participan las presiones de los lobbies de Monsanto y Dupont, además de las demandas de sus agricultores. En México participan las preocupaciones de grupos ambientalistas, de importadores y de productores locales, así como la actuación de los partidos políticos y los medios de comunicación.
Como parte del contexto de la controversia se optó por agregar una lista de otros argumentos en contra del cultivo y de la importación de MAT que, aunque son muy relevantes porque consideran elementos urgentes como el de las crisis socioambientales, son omitidos en el panel de controversia, en la prensa y en los análisis de corte económico. Entre los más relevantes destacan: