El artículo sostiene que el liderazgo global en inteligencia artificial (IA) no se definirá únicamente por la capacidad de crear modelos sofisticados, sino por la eficacia en convertirlos en herramientas de uso cotidiano. China ha demostrado un ritmo acelerado en la integración de la IA en sus sistemas de salud, servicios públicos, plataformas de consumo y procesos industriales, gracias a una sinergia entre gobierno, industria y sociedad digitalmente avanzada. Estados Unidos, aunque más avanzado en términos de poder computacional e inversión en infraestructura, enfrenta mayores restricciones legales, mayor fragmentación en la adopción, y una menor penetración de IA en sectores tradicionales. En este sentido, el artículo redefine la noción de liderazgo tecnológico como una cuestión de adopción efectiva, y no solo de superioridad tecnológica.

Se señala que hay una idea de que China es un buen creador de tecnologías pero falla en su adopción. Cifras de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) la sitúan como el 14avo país innovador, y el 47avo en el rubro de adopción de tecnologías. Entre otros factores limitantes, se señalan un enfoque de difusión centralizada, dificultades para ligar la academia y la industria, inestabilidad política, rechazo a los riesgos y pocos estímulos de mercado. En cambio, se percibe a Estados Unidos como un actor de excelencia en la creación y adopción de tecnologías. Esta imagen es similar en el campo de la IA dado que en China hay menos actividades que se beneficien de la adopción de esta tecnología, el uso de la nube es menor que en Estados Unidos. Diferentes estimaciones sitúan a China atrás de Estados Unidos en adopción de IA.

The Economist matiza esta visión general mediante indicadores como el avance en la clasificación de la OMPI sobre difusión tecnológica, en la que subió 15 lugares en solo cuatro años, la existencia de tecnologías más avanzadas como autos eléctricos y robots, y la magnitud de su mercado interno (dato crucial 1). La adopción de la IA en China está estimulada por los menores costos de los productos y programas que la incorporan, respecto del mercado estadounidense, y por el hecho de que muchos productos son de código abierto (gratuitos o casi gratuitos), factores que reducen los costos de adoptar IA en China (dato crucial 2).

Cima de los bots

China ha logrado integrar la inteligencia artificial en múltiples niveles de su estructura económica y administrativa, concentrándose en tres sectores: el sector público, la tecnología para el consumo y el hardware para las empresas. El estado impulsa activamente el uso de IA por los diferentes niveles de la administración, así como la digitalización de archivos médicos y la automatización de servicios ciudadanos mediante chatbots basados en IA. La población china, habituada a la vigilancia digital y con mayor disposición a compartir datos personales, muestra una adopción temprana de estas tecnologías, consolidando una cultura de uso cotidiano de la IA (dato crucial 3). Otro elemento importante para este sector es el carácter gratuito de tecnologías como DeepSeek y una mayor confianza sobre su funcionamiento. Empresas como ByteDance lideran la comercialización masiva de productos de IA con interfaces accesibles y bajos costos, como el chatbot Doubao (dato crucial 4). Este entorno ha permitido que la IA en China no sea una herramienta de élite, sino una infraestructura funcional de la vida diaria. Finalmente, es en el sector de la manufactura en el que China tiene la mayor ventaja con grandes inversiones dedicadas a la adopción de IA, mucho mayores que las realizadas en Estados Unidos (dato crucial 5). Esa ventaja se refleja en el número de robots incorporados, los avances en conducción autónoma, y la capitalización bursátil de las empresas dedicadas a la robótica.

Software y poder duro

Se considera que la adopción de IA es un buen sustituto de equipos que antes se importaban desde Estados Unidos.
Aunque Estados Unidos conserva el liderazgo en términos de inversión en centros de datos, supercomputación y creación de modelos base, enfrenta obstáculos para convertir ese poder técnico en uso extendido (dato crucial 6). La IA sigue concentrada en el sector tecnológico y en aplicaciones especializadas, mientras que en China la adopción se ha expandido al sector manufacturero y al consumo doméstico. Además, las empresas chinas están apostando por eficiencia algorítmica y reutilización de código abierto, lo cual permite resultados comparables con menos recursos. (datos cruciales 7 y 8).

En resumen, las mayores inversiones pueden no resultar una ventaja definitiva dado que China cuenta con métodos de producción menos costosos y mayores mercados consumidores para la IA.