Desenvolviendo futuros posibles de cambio climático
de León, Teresa, Alma Mendoza y Francisco Estrada (2022), "Desenvolviendo futuros posibles de cambio climático", Nexos, 15 de agosto, https://medioambiente.nexos.com.mx/desenvolviendo-futuros-posibles-de-ca...
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Teresa Guadalupe de León Escobedo tiene un doctorado en Geografía por la UNAM. Colabora con el Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM, donde participa en proyectos y podcast institucionales sobre temas ambientales.
Alma Virgen Mendoza Ponce obtuvo el título de PhD (Doctor of Philosophy) en 2016 y es profesora de asignatura en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Imparte cursos sobre Recursos Naturales y Filosofía e Historia de la Biología.
Francisco Estrada Porrúa es economista ambiental con doctorado por la Universidad Libre de Ámsterdam. Es Investigador Titular en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM y coordina el Programa de Investigación en Cambio Climático. Se ha especializado en economía del cambio climático y modelación estadística del riesgo climático.
El texto analiza el origen, evolución y utilidad de los escenarios como herramienta para comprender y anticipar futuros posibles, desde su uso lúdico en el teatro hasta su consolidación como instrumentos de planeación estratégica en ámbitos militares, económicos y ambientales. Los autores explican que, en un contexto marcado por crisis bélicas, sanitarias y climáticas, estos modelos permiten reflexionar sobre las rutas que podría tomar el desarrollo humano y sus consecuencias.
El origen de los escenarios, del espacio lúdico al bélico
El concepto de escenario surgió en el teatro del siglo XVI, pero adquirió relevancia en la Guerra Fría, cuando se utilizó para visualizar posibles ataques nucleares. Herman Kahn, miembro de la corporación RAND, desarrolló narrativas estratégicas que combinaban teoría de juegos, sistemas y literatura de ciencia ficción, lo que dio origen al Instituto Hudson. Más adelante, Pierre Wack aplicó los escenarios en la empresa Shell para prever cambios en el mercado petrolero, expandiendo su uso en la planificación empresarial. El Club de Roma también adoptó esta herramienta en su estudio Límites del crecimiento (1972), que advirtió sobre los riesgos de superar la capacidad del planeta frente al crecimiento poblacional, la industrialización y el consumo de recursos.
¿Cuáles son los escenarios del cambio climático y qué nos dicen para este siglo?
El uso del concepto en la ciencia climática inició en 1977, cuando Hermann Flohn describió futuros posibles del clima. A diferencia de los pronósticos, los escenarios no predicen con certeza, sino que construyen representaciones plausibles de distintos futuros basados en supuestos sobre población, economía, política y tecnología. Estos modelos generan narrativas cualitativas junto con proyecciones cuantitativas que permiten evaluar impactos del cambio climático, diseñar estrategias de mitigación y adaptación, y estimar riesgos ecológicos y sociales.
Los escenarios climáticos han demostrado que, bajo trayectorias de inacción, el planeta podría superar aumentos de temperatura críticos, con efectos graves en biodiversidad, ecosistemas y economías. Para ilustrar estos riesgos, se han desarrollado mapas probabilísticos como los generados con el modelo ARCC-Clim, que muestran las fechas estimadas en que distintas regiones rebasarán umbrales de calentamiento. En este sentido, los escenarios se presentan como instrumentos que combinan ciencia y narrativa para guiar decisiones colectivas frente a futuros inciertos.
1) El informe Los límites del crecimiento (Club de Roma, 1972) proyectó que, de continuar las tendencias de crecimiento poblacional, industrialización y consumo de recursos, el planeta alcanzaría sus límites biofísicos en un plazo de 100 años.
2) El modelo ARCC-Clim genera mapas probabilísticos que estiman la fecha en que distintas regiones del mundo superarán 1.5 °C de calentamiento en relación con los niveles preindustriales.
3) Los escenarios climáticos utilizados por el IPCC muestran que las trayectorias de altas emisiones podrían llevar a un aumento de más de 4 °C hacia finales del siglo XXI, con impactos irreversibles en biodiversidad y economías.
4) Las narrativas de escenarios combinan proyecciones cualitativas y cuantitativas que permiten diseñar estrategias de mitigación y adaptación en horizontes de 50 a 100 años, lo que las convierte en herramientas fundamentales de planeación de largo plazo.
5) En la figura 1 a y b se muestra la probabilidad temporal de que diferentes regiones del mundo sobrepasen el límite de 1.5 °C de calentamiento. Se observa que ciertas zonas del trópico podrían rebasar este umbral en las próximas décadas, mientras que regiones de latitudes altas lo harían más tarde.

El artículo resalta el papel de los escenarios climáticos como herramientas para anticipar y planificar frente a la crisis ambiental. Estos modelos muestran la magnitud de la destrucción del ambiente y, al mismo tiempo, ofrecen rutas de combate y adaptación a través de estrategias de mitigación y políticas públicas. Sin embargo, el texto se concentra en la dimensión técnica y narrativa de los escenarios, sin profundizar en la influencia de los actores corporativos y estatales que determinan cómo se diseñan, financian y aplican estos modelos. Este vacío resulta crucial para el LET, pues los escenarios no son solo construcciones científicas, sino también instrumentos políticos atravesados por intereses económicos y relaciones de poder.
La mención a experiencias como el Club de Roma o las trayectorias del IPCC permite vincular los escenarios con la gobernanza mundial, en tanto definen límites planetarios y orientan políticas globales. No obstante, el artículo no problematiza cómo las empresas transnacionales intervienen en esa gobernanza, ya sea financiando investigaciones, promoviendo tecnologías específicas o moldeando agendas climáticas de los estados. Este ángulo es fundamental para comprender cómo se articulan las relaciones entre empresas, estados y sociedad frente a un futuro incierto, donde las soluciones tecnológicas pueden reproducir lógicas de concentración de poder y exclusión.
Finalmente, los escenarios climáticos expuestos en el artículo permiten pensar en los riesgos existenciales que enfrenta la humanidad. El texto muestra que, bajo trayectorias de altas emisiones, se pondrían en riesgo la estabilidad ecológica y las condiciones mismas de la vida. Sin embargo, se omite analizar de qué forma la dependencia de la economía global respecto de ciertos sectores —energía, alimentos, transporte— incrementa esas amenazas y acerca al sistema a posibles puntos de colapso. Esta ausencia abre un campo fértil de investigación para el LET en torno al papel de las CTN en la configuración de escenarios de futuro, no solo como víctimas de la crisis climática, sino como actores que definen los límites de la adaptación y el rumbo de las transiciones socioambientales.

