Delivery drones and flying cars!
The Economist [2025], "Delivery drones and flying cars!", The Economist, London, 14 de junio, https://www.economist.com/briefing/2025/06/12/chinas-low-altitude-econom...
La empresa china EHang desarrolló un vehículo eléctrico de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) que funciona como un auto volador autónomo. En marzo de 2025, se convirtió en la primera compañía del mundo en obtener una licencia para transportar pasajeros comercialmente y planea iniciar vuelos en Guangzhou y Hefei.
Mientras los autos voladores comienzan a implementarse, los drones de reparto ya son comunes en China. En ciudades como Shenzhen, la empresa Meituan utiliza drones para entregar comidas directamente a quioscos automatizados, mostrando cómo la tecnología se ha integrado en la vida cotidiana y mejorado la eficiencia de las entregas.
El gobierno chino impulsa una “economía de baja altitud”, basada en el uso de aeronaves que operan a menos de 1.000 metros para ofrecer distintos servicios. Con esta estrategia, busca liderar el desarrollo global de la movilidad aérea, siguiendo el modelo de éxito que ya aplicó con los vehículos eléctricos.
Velocidad de la luz
La economía de baja altitud en China aún es pequeña, pero crece rápidamente. Según la autoridad de aviación civil, se espera que alcance un valor de 1.5 billones de yuanes (208 000 millones de dólares) a finales de este año y 3.5 billones de yuanes para 2035.
La expansión se refleja en empresas como Meituan, que en 2024 realizó más de 200 000 entregas con drones, casi el doble que en 2023, y en EHang, cuyo valor en bolsa aumentó alrededor de 50% en los últimos dos años. Además, se espera que para 2030 China cuente con al menos 100 empresas de eVTOL, según Luo Jun, líder de la Alianza Económica de Baja Altitud.
El uso de drones civiles también ha crecido de forma explosiva, alcanzando 2,2 millones en operación a finales de 2024, lo que representa un **aumento del 455% en cinco años**. Estos datos reflejan el rápido avance de China hacia una industria aérea de baja altitud cada vez más consolidada y competitiva.
Antigravedad
Los drones se han convertido en parte esencial de la vida cotidiana en China, con unos 2.7 millones de paquetes entregados en 2024, sin contar los alimentos. Se utilizan en múltiples sectores: desde el envío de correo y suministros médicos hasta la fumigación agrícola, la lucha contra incendios y la vigilancia fronteriza. Este auge responde a una estrategia estatal que impulsa la creación de una “economía de baja altitud”, un nuevo motor de crecimiento tecnológico.
El impulso político ha sido decisivo. En 2024, el primer ministro Li Qiang incluyó esta economía en la agenda nacional junto con la inteligencia artificial y la computación cuántica, señalando el respaldo total del Partido Comunista. Poco después, la principal agencia de planificación creó un departamento dedicado exclusivamente a fomentar este sector, coordinando ministerios en temas de seguridad, infraestructura y desarrollo empresarial.
Aunque gran parte del espacio aéreo chino está restringido por motivos militares, el gobierno ha comenzado a abrir el espacio por debajo de los 600 metros en ciudades como Shenzhen y Hefei, permitiendo actividades comerciales. Además, universidades y gobiernos locales se suman al entusiasmo: al menos seis instituciones han creado carreras en tecnología y ingeniería de baja altitud, y varias ciudades compiten por atraer inversiones mediante incentivos, subsidios y trámites simplificados.
Sin embargo, la búsqueda de beneficios económicos también ha generado controversias. En el condado de Pingyin, en Shandong, las autoridades subastaron derechos de franquicia para la economía de baja altitud por 924 millones de yuanes, lo que desató críticas y burlas sobre la “venta del aire”. Más tarde, se aclaró que solo se trataba de concesiones para operar terminales locales. Aun así, el caso refleja los intentos de algunos gobiernos por obtener ingresos tras la caída del sector inmobiliario.
La ciudad de Shenzhen es el ejemplo más avanzado de esta transformación. Con una red de 500 terminales y 250 rutas aprobadas, ha realizado más de 776 000 entregas por dron en un año, gracias también a la expansión de la red 5G que garantiza la conexión estable de los dispositivos. Empresas como Meituan lideran el sector, habiendo completado más de 520 000 pedidos desde 2021, y aspiran a que los drones representen 10% de sus entregas totales en los próximos años.
El sistema de Meituan combina supervisión humana y automatización. En su centro de control, decenas de drones son monitoreados en tiempo real, con rutas exclusivas y sensores de evasión. Aunque los procesos de carga y pesaje aún requieren intervención humana, la empresa planea automatizar estas etapas, lo que multiplicaría la eficiencia frente a los repartidores tradicionales. Según sus directivos, un solo operador puede supervisar cientos de entregas diarias.
El entusiasmo también alcanza a los autos voladores. Empresas como Xpeng y Hongqi desarrollan vehículos híbridos capaces de circular por tierra y volar mediante sistemas eVTOL. Xpeng planea iniciar la producción masiva de su modelo en 2026, a un precio inferior a 2 millones de yuanes, y ya acumula más de 4 000 pedidos. Este auge refleja cómo China, combinando innovación tecnológica y respaldo estatal, se posiciona para liderar la movilidad aérea del futuro.
Hiperimpulso
El CEO de EHang, Hu Huazhi, considera que el futuro del transporte está en el aire y que los vuelos urbanos cortos serán el mayor mercado para los autos voladores. Aunque las restricciones aéreas aún limitan su operación, la empresa ya realiza vuelos turísticos y vendió 216 aeronaves en 2024, principalmente a gobiernos locales y empresas estatales interesadas en el turismo.
La economía de baja altitud destaca entre las nuevas iniciativas impulsadas por el gobierno chino, gracias a las fortalezas industriales del país en baterías y vehículos eléctricos, tecnologías clave para los drones y eVTOL. Ciudades como Shenzhen concentran empresas líderes como DJI y BYD, junto con una amplia red de proveedores, lo que impulsa la innovación.
La flexibilidad regulatoria y la rápida adopción por parte de los consumidores han permitido a las empresas chinas avanzar más rápido que sus competidoras occidentales. Los funcionarios locales colaboran activamente con compañías como Meituan, y el 86% de los chinos apoya el uso de drones, frente al 53% en Estados Unidos.
Firmas como EHang pueden desarrollar y comercializar productos con mayor velocidad, acumulando más experiencia práctica que las occidentales. Mientras tanto, Estados Unidos ha emitido medidas para acelerar su desarrollo de drones y eVTOL y evitar quedarse atrás.
El gobierno chino, sin embargo, advierte sobre los riesgos de un crecimiento desordenado. La industria debe coordinarse bajo el principio de “una nación, un tablero de ajedrez”, evitando duplicar infraestructuras y generar competencia innecesaria.
Aunque la rentabilidad de los eVTOL aún es incierta, gran parte de la inversión proviene de fondos estatales que priorizan objetivos estratégicos sobre beneficios inmediatos.
Con este respaldo político y tecnológico, China avanza con fuerza hacia una nueva era de movilidad aérea, buscando liderar la industria global de drones y autos voladores.
1. La gráfica 1 muestra la evolución de la cantidad de drones utilizados en China desde 2018.

La articulación entre empresas privadas, gobiernos locales y respaldo estatal ejemplifica la capacidad del país para orientar recursos hacia industrias emergentes, replicando estrategias que aplicó en sectores como los vehículos eléctricos. Al mismo tiempo, revela tensiones inherentes a este modelo: la posibilidad de sobreinversión, la dependencia de subsidios y la incertidumbre sobre la rentabilidad real de los autos voladores. Desde una perspectiva global, el artículo ilustra cómo China busca aprovechar la flexibilidad institucional y la aceptación social para ganar ventaja competitiva frente a Occidente, convirtiendo el cielo urbano en un nuevo laboratorio de innovación y disputa geopolítica.

