A.I. May Be Just Kind of Ordinary
Wallace-Wells, David [2025], "A.I. May Be Just Kind of Ordinary", The New York Times, New York, 20 de agosto, https://www.nytimes.com/2025/08/20/opinion/ai-technology-chatgpt.html
David Wallace-Wells es un destacado periodista y autor estadounidense, reconocido principalmente por su trabajo sobre el cambio climático. Actualmente, es columnista en The New York Times, donde continúa escribiendo sobre el cambio climático, la tecnología y el futuro del planeta.
La percepción sobre la inteligencia artificial (IA) ha transitado de un temor por riesgos existenciales a una visión más sobria que la define como una tecnología ordinaria, aunque de profundo impacto. En 2023, la rápida adopción de herramientas como ChatGPT generó alarmas significativas en la comunidad científica. Sin embargo, dos años después, el debate se ha desplazado hacia la idea de la IA como una herramienta controlable, comparable a innovaciones previas, que no requiere soluciones políticas o técnicas radicales para su gestión (dato crucial 1).
Este cambio de enfoque se sustenta en la evidencia de que el progreso en la IA es incrementtal y no exponencial. Expertos como Toby Ord (Universidad de Oxford) señalan la “paradoja de la escala” donde cada avance exige una inversión de recursos desproporcionada. Esta visión es compartida por líderes de la industria como Satya Nadella (CEO de Microsoft) y Sam Altman (CEO de OpenAI), quienes han restado importancia al concepto de una inteligencia artificial general (AGI, por su sigla en inglés), argumentando que el verdadero progreso se mide en su impacto económico práctico y no en la búsqueda de una superinteligencia.
Un punto de inflexión en esta percepción fue el lanzamiento de GPT-5, el esperado modelo de lenguaje de siguiente generación de OpenAI. Su debut generó decepción entre los especialistas al no representar el salto cualitativo que se anticipaba. Este hecho funcionó como un correctivo a las expectativas desmedidas y llevó a Sam Altman a admitir que la IA atraviesa una fase de "burbuja", similar a las que experimentaron los ferrocarriles o internet, las cuales, a pesar de la especulación, terminaron generando beneficios duraderos.
La normalización de la IA no implica que su impacto sea menor. Por el contrario, su expansión presenta rasgos extraordinarios en la economía y la sociedad. La inversión en infraestructura para IA es masiva y el crecimiento del mercado bursátil está fuertemente vinculado a empresas del sector.
Figuras que antes promovían la alerta, como Leopold Aschenbrenner, ahora capitalizan esta tendencia dirigiendo fondos de inversión especializados, lo que demuestra un cambio de un enfoque de riesgo a uno de oportunidad económica (dato crucial 2, dato crucial 3, dato crucial 4).
La historia de internet sirve como una advertencia sobre cómo juzgar el potencial de la IA. Tras su auge inicial, el internet atravesó una fase de decepción durante la cual muchos analistas subestimaron su impacto. En 2025 es evidente que transformó radicalmente la sociedad.
Así, aunque la IA no cumpla las profecías apocalípticas, su capacidad para redefinir la economía y la vida cotidiana sigue siendo inmensa.
Un pronóstico positivo sugiere que su integración puede acelerar descubrimientos científicos, optimizar la gestión energética y democratizar la creación artística, consolidándose como una herramienta transformadora, pero de naturaleza ordinaria.
1) Una encuesta realizada a una proporción considerable de investigadores creía que existiera al menos 10% de probabilidad de que la tecnología produjera la extinción humana
2) Leopold Aschenbrenner, un exinvestigador de OpenAI que en 2023 advertía sobre riesgos catastróficos, ahora dirige un fondo de cobertura en inteligencia artificial (IA) de 1.5 miles de millones de dólares, el cual obtuvo 47% de beneficios en la primera mitad de 2025.
3) El impacto económico de la IA es notable, pues hasta un 60% del crecimiento del mercado bursátil en los últimos años se ha atribuido a empresas vinculadas a este sector.
4) Hoy más de 50% de los estadounidenses han usado IA y 33% la emplea a diario.
El artículo funciona como un estudio de caso del sector de la IA, nombrando explícitamente a los actores dominantes: OpenAI, Google/Alphabet, Amazon.
La afirmación de que se está invirtiendo más en la construcción de centros de datos que en oficinas es una prueba contundente de cómo las CTN modelan el mundo material en función de sus prioridades de acumulación, un pilar de la hipótesis del proyecto. La "normalización" de la IA es, desde esta perspectiva, la fase en la que las corporaciones consolidan su control sobre la infraestructura física y digital de la nueva economía, asegurando su posición dominante.
Se detalla la intensa competencia que define al sector. No se trata solo de una carrera por la innovación, sino de una lucha por el control hegemónico de una tecnología fundamental. La investigación puede analizar estas dinámicas como una manifestación de la lógica autodestructiva del capitalismo

