Darkness before dawn? Why nuclear is now a booming industry
The Economist [2025], "Darkness before dawn? Why nuclear is now a booming industry", The Economist, 6 de septiembre, https://www.economist.com/the-americas/2025/09/04/mexico-fears-the-unite...
Rick Perry, exgobernador de Texas y exsecretario de Energía de Estados Unidos, busca revitalizar la energía nuclear en su país con el proyecto Fermi America, una iniciativa que pretende construir el mayor complejo de energía y centros de datos del mundo en Amarillo, Texas. La instalación combinará gas natural y energía solar en una primera etapa, para luego incorporar reactores nucleares convencionales y pequeños reactores modulares (SMRs) con una capacidad total proyectada de 11 gigavatios. Este ambicioso plan surge tras dos décadas difíciles para la energía nuclear, marcadas por retrasos, sobrecostes y la competencia de las energías renovables más baratas.
Sin embargo, recientemente ha resurgido un optimismo nuclear impulsado por tres factores clave: el deseo de los gobiernos occidentales de asegurar fuentes de energía estables e independientes; la creciente demanda de electricidad limpia por parte de las grandes empresas tecnológicas; y nuevos modelos operativos y financieros que podrían mejorar la viabilidad económica del sector. En Estados Unidos, este cambio de perspectiva se refleja en la administración de Donald Trump, que propone cuadruplicar la capacidad nuclear nacional para 2050. Aunque ese objetivo es poco realista, ha activado un movimiento político favorable a la industria, reforzado por incentivos fiscales y apoyo bipartidista.
En Europa, la tendencia es similar. La Comisión Europea publicó una hoja de ruta que prevé un aumento de la capacidad nuclear del continente, mientras países como Francia, Reino Unido y Suecia anuncian la construcción de nuevos reactores. La aceptación de la energía nuclear como fuente “verde” dentro de la legislación europea ha eliminado barreras políticas y financieras, allanando el camino para proyectos de gran escala como Sizewell C en el Reino Unido. Además, los SMRs —más pequeños y modulares— se perfilan como una opción atractiva para acelerar el despliegue nuclear a menor costo y riesgo.
Se proyecta un renacimiento global de la energía nuclear. Muchas empresas emergentes experimentan con la fusión nuclear, una apuesta aún más arriesgada, pero con la promesa de energía limpia e ilimitada. Todo indica que, tras un largo periodo de estancamiento, la energía nuclear podría estar entrando en una nueva etapa de expansión y legitimidad global (datos cruciales 1 y 2).
Grandes ambiciones
Las grandes empresas tecnológicas están impulsando con fuerza la nueva era nuclear, financiando tanto los reactores modulares pequeños (SMR) como los proyectos de fusión nuclear (dato crucial 3).
El interés de las tecnológicas responde a su necesidad de energía limpia y estable que complemente las fuentes renovables. Según Michael Terrell, de Google, el sector apoya el desarrollo nuclear en el corto, medio y largo plazo: primero extendiendo la vida útil de reactores existentes, luego con plantas basadas en diseños probados y SMRs, y finalmente con la llegada futura de la fusión. Este enfoque ya tiene resultados concretos (dato crucial 4).
Además del apoyo tecnológico, los inversores privados también están regresando al sector nuclear. Varias empresas desarrolladoras y de la cadena de suministro han recaudado cientos de millones de dólares mediante ofertas públicas, y las acciones de compañías nucleares se han disparado tras las órdenes ejecutivas de Donald Trump que favorecen la industria. Este nuevo flujo de capital privado marca un cambio importante: las empresas ya no dependen exclusivamente de fondos gubernamentales y pueden financiar múltiples proyectos simultáneamente, adoptando una mentalidad de innovación más abierta y competitiva.
Esta ola de inversión está fomentando nuevos modelos financieros y operativos que podrían resolver los problemas históricos de costos y retrasos en la construcción nuclear. Países como China y Corea del Sur han demostrado que es posible edificar reactores grandes en cinco años y dentro del presupuesto gracias a la estandarización de diseños y la continuidad de proyectos. Expertos sugieren adaptar estrategias similares en Occidente mediante asociaciones entre grandes consumidores de energía —como las tecnológicas— para financiar flotas nucleares mediante contratos a largo plazo. De esta forma, las empresas obtendrían energía confiable, mientras que la industria nuclear recuperaría la estabilidad económica y la confianza necesarias para crecer.
Hora de experimentar
El principal reto de la nueva era nuclear no es solo financiero, sino operativo. La experiencia de China y Corea del Sur demuestra que los costos pueden mantenerse bajos mediante la estandarización de diseños, la construcción en serie y la continuidad en las cadenas de suministro, lo que les ha permitido completar reactores en apenas cinco años y dentro del presupuesto. En contraste, los proyectos occidentales suelen sufrir sobrecostes y demoras. Para revertir esta tendencia, empresas como Westinghouse planean construir múltiples plantas idénticas antes de 2030, mientras que las startups nucleares apuestan por el principio de “diseñar una vez y replicar muchas veces”.
En paralelo, la innovación financiera se perfila como motor de esta reactivación. Expertos proponen que grandes consumidores de energía —como las compañías tecnológicas— se unan en esquemas de riesgo compartido para financiar reactores a precios superiores al mercado, garantizando energía estable y fomentando cadenas de suministro locales. Aunque persisten obstáculos como la sobre-regulación, la escasez de personal especializado y la fragilidad industrial, proyectos como los de X-energy, respaldada por Amazon, reflejan un optimismo renovado. Hoy, la energía nuclear combina ambición tecnológica, capital privado y visión industrial, configurando el posible inicio de una nueva etapa de expansión y modernización global (dato crucial 5).
1- Donald Trump propone cuadruplicar la capacidad nuclear de EE. UU. a 400 GW para 2050; la UE proyecta subir de 100 GW a 145 GW; el Reino Unido avanza con Sizewell C (2 reactores, costo estimado > 51 000 millones USD).

La figura 1 muestra la participación de nuclear, fósiles y renovables en generación eléctrica 2024. Francia y Corea del Sur destacan por alta dependencia nuclear.
2. La industria proyecta un renacimiento global de la energía nuclear, con previsiones que apuntan a un aumento superior 50% en la capacidad mundial fuera de China y Rusia para mediados de siglo. Se estima que los SMRs representarán entre 40% y 60% de ese crecimiento, generando un mercado potencial de un billón de dólares.
3- Desde 2024, las empresas emergentes del sector han recaudado más de 2 000 millones de dólares. Oklo, respaldada por Sam Altman, consiguió 460 millones; TerraPower, fundada por Bill Gates, obtuvo 650 millones; y Google firmó un acuerdo con Kairos Power para desarrollar una flota de SMRs antes de 2035. La fusión también atrae fuertes inversiones: Commonwealth Fusion Systems, apoyada por Gates, recaudó 863 millones en agosto, sumando un total de 2 600 millones en 2024.
4. En Illinois, Meta firmó un acuerdo de 20 años con Constellation Energy para mantener operativa la planta de Clinton a cambio de créditos de carbono, mientras que Microsoft hizo algo similar en Three Mile Island, reactivando un reactor retirado.
5- En Occidente, los costos de construcción nuclear superan el precio de mercado de la electricidad; en cambio, China y Corea del Sur terminan reactores en 5 años y dentro de presupuesto gracias a la estandarización.

La figura 2 muestra cómo en Estados Unidos y Francia los costos recientes superan 9–12 $/W, mientras en China y Corea se mantienen en 2–3 $/W, evidenciando mayor eficiencia.
6. La figura 3 muestra el repunte de acciones de empresas nucleares durante 2025.

La energía nuclear, antes considerada inviable, reaparece como opción estratégica frente a la transición energética y la seguridad de suministro. La conjunción de respaldo político, interés privado y presión climática ilustra cómo se reconfiguran las alianzas entre Estado y mercado en la innovación energética. Además, el contraste entre la eficiencia asiática y las dificultades occidentales refleja los límites estructurales de la industrialización nuclear en contextos regulatorios distintos. En suma, el caso nuclear muestra la tensión entre ambición y realidad en el capitalismo contemporáneo, donde el capital tecnológico y las promesas de innovación financiera buscan superar una de las industrias más costosas y complejas de la historia.

