Stephen Foley es un galardonado periodista financiero, reconocido por su aguda cobertura del sector de las inversiones y los mercados de capitales. Como corresponsal de inversiones en Estados Unidos para el Financial Times, su trabajo se centra en la industria de la gestión de activos, los fondos de cobertura y temas de inversión tanto institucionales como minoristas. Antes de unirse al Financial Times, fue editor asociado de negocios en The Independent, donde cubrió la crisis crediticia y los negocios en Estados Unidos desde Nueva York. Su capacidad para desentrañar complejos asuntos financieros y explicar su impacto en la economía en general le ha ganado un gran respeto en el campo, siendo nombrado Periodista de Negocios y Finanzas del Año en los British Press Awards en 2009.

La política errática del gobierno de Donald Trump está generando nerviosismo entre las empresas multinacionales, que ahora perciben a Estados Unidos como un mercado menos predecible. Ejecutivos y asesores indican que la implementación caótica de nuevas regulaciones, especialmente en materia de inmigración y comercio, ha llevado a algunas compañías a considerar la reubicación de personal o la desviación de inversiones fuera de la economía estadounidense.

Este patrón de incertidumbre se manifiesta en varios frentes. En materia de inmigración, la caótica implementación de una costosa tarifa para las visas H1-B, esenciales para el talento extranjero cualificado, obliga a las empresas a evaluar si es más rentable pagar o reubicar personal a otros países. En el ámbito energético, la intervención directa para detener proyectos de energía eólica ya en construcción, ha erosionado la confianza de los inversores. Estas acciones, percibidas como arbitrarias, refuerzan la idea de que las reglas pueden cambiar sin previo aviso, lo que disuade las inversiones estratégicas y fomenta un enfoque más cauteloso y a corto plazo (dato crucial 1).

Trump ha anunciado la imposición de nuevos y altos aranceles a diversos productos a través de redes sociales, sin que su administración proporcione detalles sobre su implementación. Esta falta de claridad aumenta el riesgo para las operaciones en Estados Unidos. Además, intervenciones directas, como la detención de un proyecto de energía eólica marina ya en construcción, han sacudido la confianza en sectores como el energético. La nota indica que la visión de Estados Unidos como un lugar seguro para invertir ha "cambiado por completo", limitando futuras participaciones a proyectos ya iniciados.

A pesar de este nerviosismo, la perspectiva no es unánime en el sector empresarial. La administración Trump y algunos líderes corporativos, argumentan que estas preocupaciones son exageradas, señalando los máximos históricos del mercado de valores como evidencia de la confianza empresarial.

Los consultores de firmas como McKinsey reportan que la atención de los directores ejecutivos se ha desplazado de la política de Washington hacia factores económicos fundamentales, como las tasas de interés. Además, existe una notable divergencia geográfica, mientras los ejecutivos europeos expresan una gran inquietud, sus contrapartes en Asia y América Latina, más acostumbrados a la volatilidad política, se muestran menos perturbados por la situación en Estados Unidos.