It's Not Too Late': New Cornell Study Maps the Environmental Cost of AI and How Policy Could Limit the Damage

Cita: 

Goette-Luciak, Carl [2025], "'It's Not Too Late': New Cornell Study Maps the Environmental Cost of AI and How Policy Could Limit the Damage", Inside Climate News, 10 de noviembre, https://insideclimatenews.org/news/10112025/ai-growth-environmental-dama...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Lunes, Noviembre 10, 2025
Tema: 
Posibles formas de limitar las consecuencias ambientales del desarrollo de la inteligencia artificial
Idea principal: 

    Carl David Goette-Luciak es un periodista y documentalista independiente de nacionalidad austríaco-estadounidense, conocido principalmente por su valiente cobertura de la crisis sociopolítica en Nicaragua que estalló en 2018. Colaborador de medios internacionales de prestigio como The Guardian y The Washington Post, Goette-Luciak documentó la represión gubernamental y las protestas civiles en el país centroamericano, donde también se desempeñó como director de investigaciones para una radio local. Su labor periodística crítica lo convirtió en blanco de una intensa campaña de acoso digital y amenazas por parte de simpatizantes del gobierno, culminando en su detención arbitraria y posterior deportación de Nicaragua en octubre de 2018, un caso que resonó internacionalmente como ejemplo de las amenazas a la libertad de prensa en la región.


    Un estudio de la Universidad de Cornell examinó el costo ambiental del rápido crecimiento de la inteligencia artificial (IA). Los investigadores mapearon la huella física de los centros de datos, que son las instalaciones físicas que albergan la infraestructura de la IA; Fengqi You, un ingeniero de sistemas de Cornell, advirtió que la expansión de la IA carecía de planificación adecuada respecto a los recursos y la red eléctrica. El nuevo informe, publicado en Nature Sustainability, ofreció cifras rigurosas sobre este impacto.

    Los autores calcularon un consumo anual de recursos masivo para los centros de datos estadounidenses. El consumo total de la industria se ubicó en el rango de lo que consume todo el estado de Nueva York (datos cruciales 1 y 2). A pesar de este pronóstico, los investigadores son optimistas y consideran posible abordar el problema mediante políticas sólidas. El informe identificó tres áreas clave: descarbonizar la red eléctrica, mejorar la eficiencia energética e hídrica en los centros de datos, y reubicar la industria en zonas del país más sostenibles.

    Dónde construir y dónde no

    El estudio demostró que el costo ambiental de la IA varía radicalmente según el territorio en que se instalan los centros de datos. Esta variación depende de la disponibilidad de recursos hídricos locales y la combinación energética de la red.

    El principal centro de datos del mundo se encuentra en el norte de Virginia, cerca de Washington, D.C. Esta zona concentró la industria gracias a incentivos fiscales e infraestructura. Sin embargo, el norte de Virginia carece de suficientes recursos para permitir el crecimiento de la IA de manera sostenible. El informe proyectó que esta región continuará dominando la construcción hasta el año 2030. Por ello, los expertos aconsejaron a los formuladores de políticas impulsar a las empresas a buscar ubicaciones alternativas. El estudio sugirió a los estados del Medio Oeste, como Texas, Montana y Nebraska, como alternativas prometedoras.

    Una encrucijada climática

    Los hallazgos se suman a la creciente preocupación por el consumo de electricidad de la IA. Los centros de datos podrían anular el progreso realizado para controlar las emisiones. Otro informe, elaborado por el Centro para la diversidad biológica (Center for Biological Diversity, estimó que los centros de datos podrían generar casi la mitad de todas las emisiones permitidas al sector eléctrico por los objetivos climáticos nacionales. Este crecimiento requeriría que todos los demás sectores consumidores de electricidad aumenten sus recortes de emisiones para cumplir la meta climática de Estados Unidos en 2035.

    La coyuntura abierta por la administración de Donald Trump, que ha detenido los proyectos de energía renovable y apoyado el uso del carbón y el gas, apunta al agravamiento de los problemas ambientales ligados al desarrollo de la IA: se estima que los centros de datos serán alimentados con gas obtenido con fractura hidráulica hacia 2035.

    En contrapunto a tales perspectivas negativas, el estudio de Cornell concluyó que los objetivos climáticos de la administración Biden para 2035 son técnicamente alcanzables. No obstante, esto solo ocurrirá si la infraestructura de IA se alinea con importantes cambios políticos. Los autores sugirieron la necesidad de una regulación más estricta y puntos de referencia específicos para el uso de energía y agua en la IA (dato crucial 3).

Datos cruciales: 

    1. Los centros de datos estadounidenses podrían consumir anualmente tanta agua como 10 millones de personas.

    2. Los centros de datos estadounidenses podrían emitir anualmente tanto dióxido de carbono como 10 millones de automóviles.

    3. Si el crecimiento de los centros de datos impulsados por IA continúa, otros sectores consumidores de electricidad deberían aumentar sus recortes de emisiones en 60% para alcanzar la meta climática de 2035.

Nexo con el tema que estudiamos: 

    La expansión de la infraestructura de inteligencia artificial liderada por grandes corporaciones tecnológicas constituye una presión crítica sobre los límites biofísicos del planeta, proyectando un consumo de agua y energía comparable al de poblaciones estatales enteras. Esta dinámica ejemplifica cómo las estrategias de acumulación del capital transnacional pueden acelerar el colapso sistémico al apropiarse masivamente de recursos esenciales, lo que subraya la urgencia de una gobernanza mundial robusta y nuevas políticas estatales que regulen la ubicación y eficiencia de estos centros de datos; sin esta mediación política para imponer límites y dirigir la adaptación, la innovación tecnológica corre el riesgo de profundizar la destrucción ambiental en lugar de ofrecer soluciones a la crisis climática. Este es un ejemplo crucial del predominio de las tendencias autodestructivas del capitalismo sobre sus tendencias constructivas: la principal tecnología transversal que pretende revitalizar el sistema crea dislocaciones ambientales de gran amplitud, acelerando la destrucción del ambiente hasta alcanzar los puntos de inflexión.