Oil companies and climate change. Nodding donkeys. Some oil majors are still ducking the issue of global warming
The Economist [2015], “Oil companies and climate change. Nodding donkeys. Some oil majors are still ducking the issue of global warming”, The Economist, London, 14 de noviembre, http://www.economist.com/news/business/21678219-some-oil-majors-are-stil...
El artículo señala la evasiva de las empresas petroleras a respetar los acuerdos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El título “los burros agachan la cabeza” es una analogía entre los pumpjacks (bombas en forma de palancas que con un movimiento pendular, de manera vertical bombean el crudo de los subsuelos) que sacan la cabeza a la superficie y la vuelven a meter y las compañías petroleras que dicen hacer algo contra el cambio climático pero que en realidad agudizan sus prácticas extractivas.
Desde 1990 los petroleros habían llegado a pláticas acerca de invertir en energías más limpias, sin embargo, con el constante ascenso en los precios del petróleo después de la crisis financiera de 2008, las empresas disminuyeron sus inversiones en energías verdes y la aumentaron en hidrocarburos.
Sin embargo, la reciente caída de los precios del petróleo ha hecho que los grandes proyectos de exploración sean recortados. Y como la cumbre de París ha señalado, el ambicioso compromiso de más de 150 países para cortar las emisiones de gases de efecto invernadero ha tomado a los petroleros por sorpresa (con el objetivo de disminuir en dos grados Celsius sobre niveles pre-industriales el calentamiento global). Al respecto, hay conflicto de intereses, por un lado las petroleras deberán acatar los mandatos de la cumbre de París, por el otro, no pueden desatender la creciente demanda de combustibles fósiles.
Desde octubre muchas petroleras están “limpiando” sus portafolios de energía al hacer grandes inversiones produciendo gas natural, que emite menos dióxido de carbono cuando hace combustión. Shell está comprando BG, una empresa británica con grandes reservas de gas, dice Occo Roelofsen que "puedes argumentar que la gran petrolera está siendo una gran gasera", otras se están inclinando por las energías renovables, Total de Francia tiene una inversión mayoritaria en SunPower, una de las más grandes compañías de energía solar en el mundo.
Sin embargo, los líderes de la industria petrolera sostienen que hay tres formas de mantenerse en la industria y emitir menos gases de dióxido de carbono:
i) El incremento del uso del gas para sustituir al carbón en la generación de energía.
ii) Se espera que la eficiencia de la energía siga mejorando, por ejemplo, el caso de los conductores de automóvil para recorrer distancias más largas con cada tanque de gasolina.
iii) Reducir una cantidad considerable de gas natural (compuesto de metano que es un gas de efecto invernadero igual o más potente que el dióxido de carbón) que se filtra fuera de sus pozos petroleros y plantas procesadoras.
Muchas de las empresa petroleras, Exxon entre ellas, piden a los gobiernos establecer un impuesto al carbón para los emisores de gases de efecto invernadero, interés que choca con la industria del carbón, especialmente en los países en desarrollo, donde la demanda de combustibles fósiles sigue subiendo. Con la ausencia de un impuesto global al carbón o alguna otra medida, se incrementarán las posibilidades de que los ambientalistas y políticos busquen otras formas para hacer que se paguen los efectos del calentamiento global.
Otra de las presiones que enfrentan los ejecutivos de las petroleras es del llamado riesgo financiero del cambio climático que se manifiesta en una regulación tan fuerte que se les impida operar en su sector si el gobierno decide tomar acciones más serias. Sin embargo, el escenario actual -bajos precios del petróleo- también está desestimulando las inversiones en las costosas reservas del Ártico, Canadá, y Golfo de México.
Gráfica: Cambio de clima. Contracorriente global de inversión en petróleo y gas en miles de millones de dólares.
La gráfica que se presenta es de barra y está hecha con un periodo de estudio de 2000-2015, siendo este último año un pronóstico, con base en información de la IEA WEO, la tendencia del año 2000 al 2008 es creciente, pasando de menos de 200 mil millones de dólares a cerca de 500 mil millones de dólares en sus respectivos años. Se produce una ligera caída de la inversión después de la crisis financiera a un volumen aproximado de un poco más de 400 mil millones de dólares y para el año 2014 alcanza un volumen de inversión aproximado de 700 mil millones de dólares. Cabe aclarar que el año 2015 pronostica una caída de la inversión en gas y petróleo alcanzando un nivel menor a los 600 mil millones de dólares por efecto de la caída de los precios del petróleo.
Datos cruciales: Exxon Mobil estima que los combustibles fósiles constituirán las tres cuartas partes de la demanda de energía primaria en 2040. La agencia internacional de energía (IEA por sus siglas en inglés) argumenta que para lograr el objetivo de dos grados Celsius, los combustibles fósiles necesitan representar menos del 60% de la energía en el mundo en 2040.
Spencer Dale, economista en jefe de BP, estimó recientemente que el mundo tiene casi tres veces las reservas de petróleo, gas y carbón que podría quemar si se alcanzara la meta de reducir la temperatura en dos grados.
La lucha contra el cambio climático es un tema muy espinoso entre gobiernos, sociedad y empresas. Los conflictos de interés resultado de las actividades de generación de energía ponen en el centro del debate a las grandes petroleras, por un lado, es indispensable su actividad en la extracción de combustibles fósiles para el funcionamiento de todas las industrias, por otro, la constante violación a la naturaleza hace cuestionar sobre el verdadero papel que juegan dichas empresas como proveedoras de energía. En un discurso muy simplista se habla de cambiar los combustibles fósiles por energías más limpias, sin embargo, el conflicto de interés va más allá de una empresa y su entorno, los países hegemónicos (sobre todo Estados Unidos) difícilmente permitirán el abandono de los yacimientos conquistados, pues esta es una parte muy importante de su poderío mundial.
Con los cambios ocurridos en materia política sobre el calentamiento global, pesará la opinión de quienes velan por los intereses de las empresas petroleras, sin embargo, el constante deterioro del planeta irá presionando a dicha industria a cambiar el rumbo de la generación de energía, y será entonces que las energías renovables entrarán en juego, sin embargo, habrá de esperar que este cambio no llegue cuando ya sea demasiado tarde.