Chinese firms are not all serial intellectual-property thieves. Greater inventiveness in China is prompting more respect for IP

Cita: 

The Economist [2019], "Chinese firms are not all serial intellectual-property thieves. Greater inventiveness in China is prompting more respect for IP", The Economist, London, 9 de febrero, https://www.economist.com/business/2019/02/09/chinese-firms-are-not-all-...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 9, 2019
Tema: 
La propiedad intelectual (IP) durante la guerra comercial China vs Estados Unidos
Idea principal: 

La propiedad intelectual (IP) es uno de los principales frentes en la guerra comercial contra China emprendida por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. También es el quid de una acusación en Estados Unidos contra Huawei, una corporación tecnológica china. No obstante, en julio de 2018, se inauguró una exposición en el Museo Nacional de China, que rinde homenaje a la protección de propiedad intelectual estadounidense. En efecto, el gobierno busca dar la impresión de que robar a Estados Unidos es parte del modus operandi de las corporaciones chinas, algo que un columnista del Wall Street Journal describió como una práctica que consideran un "deber patriótico".

No obstante, el estado chino puede alentar la falsificación de ideas, y a las corporaciones extranjeras en China que se enfrentan a la presión para rendir sus secretos. Sin embargo, la protección intelectual en China ha mejorado, pues las corporaciones otorgan más patentes y las más preciadas son resguardadas para su protección. Algunos ejecutivos, incluso apoyan tácitamente la presión estadounidense, con la esperanza de fortalecer el estado de derecho.

Los casos de piratería china se remontan décadas atrás y van desde infracción sobre los derechos de autor en el caso del software hasta la violación de marcas registradas de corporaciones como Disney. Dos empresas tecnológicas estadounidenses, Qualcomm e InterDigital, han sido víctimas de la piratería china.

Ante esta situación, China está muy lejos de cumplir con los compromisos de propiedad intelectual que asumió al ingresar a la Organización Mundial de Comercio en 2001. China exige empresas estatales que realizan inversiones con corporaciones extranjeras a entregar su propiedad intelectual. Sin embargo, entre las corporaciones chinas, la mentalidad está cambiando, como lo hizo eventualmente entre las corporaciones japonesas después de después de robar a Estados Unidos. En 2017, China representó 44% de las patentes del mundo y presenta el doble de solicitudes que Estados Unidos, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés).

Las empresas chinas se demandan entre sí por patentes en China más que en cualquier otro país. Rouse, dice que tienen una mayor tasa de ganancia en casos de patentes chinas que las nacionales y reciben más daños en general. Un ejemplo de esto fue cuando Alfred Dunhill, una marca de lujo británica, ganó un pagó de 1.4 millones de dólares en octubre de 2018 por la infracción de marca registrada de una marca de ropa masculina china llamada Danhuoli. En enero, el sistema de tribunales de IP se vio reforzado por el establecimiento de un tribunal de apelaciones en el Tribunal Popular Supremo de Beijing.

Un ejecutivo de Alibaba, una corporación tecnológica, señala que a medida que las corporaciones chinas se expanden a nivel mundial, particularmente en el sudeste asiático, estas también tienen el problema de que su propiedad intelectual es robada, lo que las vuelve más propensas a protegerla. A medida que la economía de China se debilita, dice un ejecutivo de Beiqi Foton Motor, un fabricante de vehículos, su “empresa tendrá que proteger sus patentes de sus rivales aún más, para proteger su participación en un mercado en disminución". Los ejecutivos admiten la existencia de grandes agujeros en el sistema IP, particularmente en las regiones del interior donde los tribunales locales están sujetos a la injerencia de los gobiernos provinciales dispuestos a proteger a los imitadores locales.

Después de todo, los ejecutivos en China admiten que, si no fuera por la presión estadounidense sobre la IP, China no sería la mitad de lo que es. Eso no quiere decir que aprueben el enfoque grandilocuente y beligerante de Trump, que se suma a la sensación de que Estados Unidos está tratando de detener el ascenso de China.

También vale la pena recordar lo importante que ha sido el sistema de IP anglosajón para China. El país que inventó la imprenta no tenía un concepto occidental de copyright. Durante el siglo XIX, Estados Unidos intentó imponer códigos de IP a China. Sin embargo, China no podía cuadrarlos con sus tradiciones confucianas. Los datos históricos no mienten, la primera patente de la China comunista fue en 1985, un recordatorio de cuán joven es la protección de IP en China; en Estados Unidos la primera patente se remonta a 1790 y fue firmada por George Washington.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La guerra comercial entre Estados Unidos y China es un hecho que ha transformado la economía global a partir de la llegada de Donald Trump a la presidencia. No obstante, esta trasformación abarca distintas etapas del ciclo económico. Es decir, la patente como el génesis de un modo de producción y los conflictos que ocasiona. En efecto, la patente demuestra el principal sesgo de la confrontación entre la propiedad intelectual y los mecanismos jurídicos y políticos que se formulan para protegerla. Este hecho forma parte de la disputa hegemónica y de las principales formas de competencia, mismas que han llegado de forma microscópica al punto de partida de cualquier corporación. El papel del Estado aún es preponderante, pues es el artífice de los mecanismos de protección y su proyección internacional.