Tal y como lo proveía la inteligencia artificial, la idea de insertar dispositivos dentro del cerebro humano que permitan una comunicaciones entre los humanos y las computadoras está llegando a la realidad.

Neuralink, está usando un dispositivo del tamaño de una cuarta parte del diámetro de un cabello humano, hecho de fibras de una aleación de celofán, el cual se coloca sobre la superficie craneal y permite aislar los cables conductores de los sensores. A pesar de los avances, el dispositivo debe ser colocado mediante una perforación de 5 centímetros en el cráneo, por lo que la empresa ya está trabajando en una manera menos desagradable para su lanzamiento al mercado, apostando por el uso de rayo lasér.

El optimismo de Elon Musk es compartido por sus colegas directivos de Neuralink, ya que esperan que en un futuro esta tecnología sea de ayuda para las personas que han perdido algún miembro de su cuerpo, y así logren recuperar la vista, el habla o el oído.

La competencia se espera, ya que el Pentágono mediante la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés) ha financiado investigaciones para desarrollar sistemas de control robótico que permitan el control cerebral.

La capacidad de capturar información de una gran cantidad de celdas y luego enviarlo de forma inalámbrica a una computadora para su posterior análisis se cree que es un paso importante para mejorar la comprensión básica del cerebro. Y el pentágono ya está apostando a variedad de técnicas, incluidos enfoques que usan luz en lugar de electrodos integrados para capturar datos.