El debate sobre el uso de la ciencia para crear seres humanos "a medida" gira en torno a la ingeniería genética y la clonación, técnicas que generan dos preocupaciones: 1) los "retoques" podrían terminar dañando al individuo resultante y 2) cierta aversión a interferir con el proceso de reproducción.

Sin embargo, hay una tercera forma en la que se puede interferir en la lotería genética desde el inicio de la vida humana: un giro en el procedimiento de fertilización in vitro (IVF, por sus siglas en inglés). La innovación consiste en decidir, sobre la base de del ADN, cuál embrión de un grupo debería implantarse. El resultado sería un bebé optimizado con el mejor perfil genético para una vida larga y saludable. Quienes están desarrollando estos avances son dos empresas estadounidenses han estado trabajando en la idea y una de ellas ahora la está implementando.

La técnica, llamada Perfil de polimorfismo de un solo nucleótido (SNP), puede proporcionar mejoras asociadas tangencialmente a la salud, como la altura y la inteligencia. Además, es una técnica que podría aplicarse generación tras generación.

Los SNP son las diferencias más pequeñas posibles en el ADN de los individuos; hay millones de ellas en cada genoma humano y sus efectos combinados pueden ser grandes. El análisis de SNP busca combinaciones particulares de los SNPs que estén asociados con los riesgos de desarrollar enfermedades como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas.

Además del riesgo de enfermedad, la altura y la inteligencia, el Perfil SNP podría eventualmente predecir (aunque de manera imperfecta) cosas tan diversas como los hábitos de ver televisión, la probabilidad de ser intimidado en la escuela y la probabilidad de divorciarse.

Los ricos, quienes cuentan con los recursos para pagar este procedimiento, buscarían las variaciones genéticas que los ayudaron a ser inteligentes, exitosos y ricos, para transmitirlas a sus hijos: un privilegio adicional que disfrutan los más acaudalados. Sin embargo, de generación en generación, realmente podría crearse una élite genética.

El genio genético está fuera de la botella

Desde Eloi de H.G.Wells en "The Time Machine" hasta Alphas en "Brave New World" de Aldous Huxley, la ciencia ficción está llena de programas de reproducción para humanos de élite que han salido mal, y aunque las distopías nunca se han vuelto verdaderas, el asunto debería de debatirse, en caso de que esta vez la gente realmente esté jugando a ser dios sin saberlo.