En junio pasado, se registró una ola de calor prolongada en Siberia, lo que de acuerdo con un grupo de científicos es “indudablemente alarmante”. La anormalidad de las temperaturas registradas está relacionada con un derrame de petróleo, incendios forestales y una plaga de polillas que se alimentan de los árboles.

A nivel mundial, si bien se ha registrado un descenso en las emisiones de carbono a causa de la pandemia de Coronavirus, las temperaturas están alcanzando niveles récord ocasionando el derretimiento del hielo y la nieve en la regiones polares. En Siberia, las temperaturas alcanzaron en el mes de mayo hasta 10°C por encima del promedio. Martin Stendel, del Instituto Meteorológico de Dinamarca señala la gravedad de la situación: “las temperaturas anormales de mayo observadas en el noroeste de Siberia probablemente ocurrirían sólo una vez en 100 000 años sin un calentamiento global causado por los humanos”.

Otra científica del Servicio de Cambio Climático de Copérnico (C3S) de Unión Europea, Freja Vamborg, advirtió que no sólo mayo fue inusualmente cálido en Siberia, sino que todo el invierno y la primavera tuvieron períodos repetidos de temperaturas del aire superiores a la media. Señaló además que Siberia occidental destaca como una región con una tendencia mayor al calentamiento y a variaciones en la temperatura; lo inusual no son las altas temperaturas en sí mismas, sino la persistencia de las mismas.

Científicas y científicos de diversos institutos de Rusia y Estados Unidos concuerdan en que desde que inició el registro de temperaturas en Siberia hace más de 130 años, periódicamente las temperaturas se han elevado hasta 5.3° C por encima del promedio.

En el terreno político, Vladimir Putin ha pronunciado su preocupación por las ciudades rusas construidas al norte del Círculo Polar Ártico, en la zona del permafrost a causa del descongelamiento del mismo. En junio, Putin declaró estado de emergencia en Siberia debido a un derrame de combustible de diesel que provocó la aceleración del descongelamiento del permafrost.

Otros riesgos que enfrenta la región son los constantes incendios forestales que han asolado a cientos de miles de hectáreas de los bosques de Siberia y el crecimiento masivo de polillas que consumen los árboles de coníferas, lo que provoca un aumento inmediato de las temperaturas por el deterioro de los bosques.