Big Tech Funds a Think Tank Pushing for Fewer Rules. For Big Tech

Cita: 

Wakabayashi, Daisuke [2020], "Big Tech Funds a Think Tank Pushing for Fewer Rules. For Big Tech", The New York Times, New York, 24 de julio, https://www.nytimes.com/2020/07/24/technology/global-antitrust-institute...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Junio 24, 2020
Tema: 
Tanques de pensamiento al servicio de compañías tecnológicas: caso Global Antitrust Institute
Idea principal: 

Wakabayashi Daisuke, reportero para The New York Times desde 2016 enfocado en temas de tecnología.

El texto expone lo acontecido en 2019, en una reunión auspiciada por el Global Antitrust Institute (GAI) de la Universidad George Mason en la que participaron representantes de 30 países de los que destacan Australia, Brasil, China y Japón. El encuentro se presentó como una manera de enseñar fundamentos económicos del derecho de la competencia a los reguladores. Sin embargo, según el autor, las críticas hacia anteriores conferencias sugieren que se trató más de dejar un mensaje claro a los servidores, la mejor forma de aumentar la competencia es por medio de un enfoque de no intervención en las leyes antimonopolio.

El Global Antitrust Institute, es financiado por compañías tecnológicas como Google, Amazon y Qualcomm. Mismas que enfrentan leyes antimonopolio por algunos reguladores que participaron en el evento, según lo muestran cientos de correos y documentos obtenidos por investigaciones abiertas, además de testimonios de anteriores participantes.

En los documentos encontrados se incluyen donaciones por cientos y miles de dólares provenientes de Google y Amazon. Incluso una millonaria donación de Qualcomm para 3 años; en conjunto, forman parte esencial del presupuesto de 2.1 millones de dólares que terminaron en junio de 2019.

Los correos encontrados, muestran cómo los líderes del instituto, como Joshua Wright, cuyos vínculos con Google son conocidos, actúan para reducir la crítica antimonopolio. También muestran la forma en que se motivaban estas relaciones, así como se ocultan. Ante esto, Michael Carrier, de la universidad Rutgers, añade que esto no es algo significante para las compañías en comparación con los beneficios potenciales obtenidos.

A pesar de que el impacto del instituto no se puede determinar, en 2019, un tribunal en Brasil desestimó 3 investigaciones por falta de pruebas, ya que Google controla 97% del tráfico de búsquedas en el país. Pero en 2020 Australia y Brasil han optado por un enfoque más agresivo al investigar a Google, mientras India hace lo propio con Amazon.

Después de años de un enfoque sin intervención antimonopolica, las anteriores compañías además de Facebook y Apple enfrentan la misma situación en Estados Unidos. El Departamento de Justicia, espera llevar a cabo el caso de Google en lo que podría ser uno de los mayores casos de antimonopolio desde la década de 1990. Como parte de una investigación del Congreso sobre los poderes en sus respectivos mercados, se espera que los jefes ejecutivos de las compañías implicadas se presenten antes que sus abogados.

Por otro lado el Director ejecutivo del Instituto, señaló que en línea se pueden encontrar de manera pública tanto la misión, curriculum y conferencias de la organización que avalan la instrucción de académicos y economistas con experiencia en leyes antimonopolio.

Enseñando restricciones Antimonopolio

La era ausente de aplicación de las leyes antimonopolio se remonta, según el autor, a la ideología en la que no es suficiente dominar un mercado y a sus competidores, sino debe existir evidencia del daño a los consumidores. Lo que recae en el sistema judicial estadounidense, que es ayudado por seminarios financiados por las mismas corporaciones. Como ejemplo, está el Manne Economics Institute for Federal Judges, que pasó a formar parte de la Universidad George Mason. Desde 1990, 40% de los jueces federales han participado en los seminarios del GAI, según el director del programa. Mientras el GAI, establecido en 2014, ha retomado la labor para adaptarlo a una audiencia internacional.

Wright ha señalado que han capacitado a más de 850 jueces y reguladores, invitando a jueces de la Suprema Corte del Pueblo de China, así como a superintendentes de los mayores reguladores en Brasil. Según el autor, el instituto no revela las fuentes de su financiación, pero el semanario estadounidense obtuvo de copias de los presupuestos, en los que se muestra la participación de compañías tecnológicas (Dato crucial 1).

El texto agrega que la lista de organizaciones a las que beneficia Google señala a la Universidad George Mason, pero nada sobre el GAI. A lo que Julie Tallo, vocera de la compañía, comentó que están comprometidos con la transparencia sobre las organizaciones que benefician, y que de ninguna manera esperan que actúen en su nombre. Mientras Amazon, ha donado alrededor de 225 mil dólares al Instituto, de acuerdo con las copias de donaciones encontradas. De la misma forma, la compañía menciona a La Universidad George Mason entre sus donaciones, pero no al GAI.

En agradecimiento hacia , Wright le dijo a Pat Bajari, jefe económico y vicepresidente de la compañía que las donaciones reforzarán la misión del instituto de reforzar la competencia y apoyar a los jueces extranjeros con la base económica para análisis antimonopolio.

Por otro lado, Qualcomm ha mantenido en secreto sus donaciones por 2.9 millones de dólares hasta 2020, poniendo como donador a un directivo que lleva trabajando 14 años para la firma. Ya que la compañía lleva años peleando con regulares alrededor del mundo. En 2017, durante una demanda judicial contra Qualcomm, Koren Wong-Ervin, director del instituto en ese momento. Envió un correo al jefe de la compañía para hacerle saber que el fallo sobre la licencia había sido negativo para la compañía. Lo que el ejecutivo de la compañía agradeció.

Wong-Ervin, después de ser presidente del instituto, en 2017 fue colocado como director de políticas antimonopolio y litigación en Qualcomm. Algo de lo que no quiso hablar, ni tampoco el vocero de la compañía.

Mantener lo establecido

Marshall Steinbaum, profesor asistente de la Universidad de Utah, señaló que tras revisar el curriculum de los participantes en la conferencia del GAI de 2019, compaginan con la agenda a largo plazo sobre debilitar las leyes antimonopolio. No obstante, Hal Varian, actual jefe económico de Google argumenta que en el caso de los productos digitales no aplican las referencias de poder monopólico tradicional. Y añade que por tanto no deben ser usados para justificar acciones agresivas contra estas compañías.

Por otro lado, Tomasso Valetti, quien fue de 2016 a 2019 jefe de competencia económica de la Comisión Europea, asistió a una evento del instituto, y comenta que el GAI presentan ejemplos parcializados para apoyar la perspectiva de dejar el mercado al beneficio de la compañías tecnológicas.

Respecto a Wright, se muestran sus distintas acciones controversiales. Al ser miembro de la Comisión de Comercio federal estadounidense (FTC, por sus siglas en inglés) de 2013 a 2015, para después unirse a Wilson Sonsini Goodrich & Roseti, la firma que representa a Google en cuestiones antimonopólicas. Tiempo que coincide desde que es director del GAI.

Wright es un partidista del mantenimiento del status quo, quien ha impulsado a abogados y economistas por un enfoque nuevo para lidiar con las empresas del . Además, es conocido y ha sido criticado por su trabajo para Google, tras existir vínculos con la compañía desde su nominación en 2012 para el FTC. Incluso, los correos electrónicos encontrados, muestran la cercanía del trabajo entre ambas partes. Como apoyar a la compañía para repeler las críticas de medios de comunicación; también, en 2011 Wright contestó a un correo electrónico en el que se le confirmaba la donación de 125 mil dólares, aludiendo que espera uno o dos más.

Explotando el presupuesto brasileño

En el caso de Brasil este fenómeno es especial debido al presupuesto reducido, que consta de 15 millones se dólares para los reguladores antimonopolio. Algo que ha sido aprovechado por el GAI, quién se ha ofrecido a pagar los gastos y viáticos de hasta 6 representantes, para las reuniones en distintas partes del mundo. Después que el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) señaló su interés pero su limitación financiera. Según la agencia, 27 representantes han participado desde 2015, tan sólo 10 el último año.

En el caso de las conferencia en Lisboa de 2019, Douglas Ginsburg, juez del tribunal de circuito de apelaciones, aconsejo en febrero de 2019 a Alexandre Cordeiro para que reclutara jueces; fueron 7 los que logró convencer.

En un comunicado escrito, Cordeiro expresó que el fue un académico así como un servidor público, por lo que es natural ser consultado por las distintas partes en este tipo de debates. Argumentó que no tiene nada de malo recomendar a otros autoridades por una renombrada conferencia académica de carácter internacional. En cuanto al CADE, expresó que no estaba al tanto de los financiadores del instituto, y que sus miembros no habían participado en un entrenamiento financiado directamente por corporaciones privadas.

Finalmente, para Google, además de los investigaciones de los últimos años, aún existen 2 más debido a su software de teléfonos inteligentes, Android. Elizabeth Farina, presidenta del CADE entre 2004 y 2008, mencionó que es necesaria la transparencia sobre las fuentes de financiación. Al ser cuestionada sobre si aceptaría una invitación del GAI, respondió de manera negativa.

Datos cruciales: 

1. Según The New York Times las compañías tecnologicas han sido el mayor financiador por varios años del Global Antitrust Insitute. En 2017, Google otrogó una donación por 200 mil dólares, mientras en 2018 aumentó la cifra a 300 mil dólares.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Así como señala el texto, las grandes compañías tecnológicas apuestan por invertir en tanques de pensamiento que orquesten sus voluntades para ahorrar cuantiosas pérdidas que se desencadenarían con los procesos judiciales antimonopolio. Algo que se encuadra en las distintas formas de competencia de las grandes corporaciones. Y que demuestran la importancia entre las relaciones entre Estado y corporaciones, ya que este plano es decisorio para actuar como cómplices de los intereses corporativos, o por otra parte, imponer limitaciones y buscar un beneficio común.