The Pandemic Hasn't Killed Populism. After Lockdowns, Demagogues Will Likely Resurge

Cita: 

Urbinati, Nadia [2020], "The Pandemic Hasn't Killed Populism. After Lockdowns, Demagogues Will Likely Resurge", Foreign Affairs, 6 de Agosto, https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/2020-08-06/pandemi...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Jueves, Agosto 6, 2020
Tema: 
La retórica y gobierno populistas en la pandemia.
Idea principal: 

Nadia Urbinati es profesora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia.


El artículo describe la reacción de gobiernos populistas ante la pandemia de la covid-19. Estados Unidos, Brasil y Hungría señalaron como enemigos a los inmigrantes, la oposición política, las minorías y los medios independientes. Este tipo de respuestas a la pandemia siguen un esquema en el que ellos mismos se presentan como opciones alternativas al orden establecido (establishment) y como personajes que representan al verdadero pueblo.

Para la autora es importante comprender cómo está evolucionando el populismo en la era de la covid-19. Éste no debe confundirse con el autoritarismo o el fascismo: un populista todavía no es un dictador, y un populista de este tipo permanece dentro de los límites democráticos. De esa manera, se pueden discernir algunas tendencias generales entre los líderes populistas, además, las implicaciones socioeconómicas de la pandemia podrían abrir nuevas posibilidades para el populismo.

Necesidad y tiranía

En este apartado, el artículo menciona al Marqués de Condorcet quien dijo en 1789: Sur la nécessité, l'excuse des tyrans. En ese sentido, la tarea más difícil de una constitución democrática es garantizar que la legalidad no se produzca a expensas de la legitimidad democrática, ni la seguridad a expensas de la libertad civil y política.

El artículo apunta que el caso de Hungría ilustra lo anterior: el primer ministro, Viktor Orban, utilizó la emergencia sanitaria para presionar al parlamento del país para que le permitiera gobernar por decreto y suspender el órgano legislativo a voluntad. El cuerpo legislativo ya no es el órgano que representa al pueblo soberano, sino que el líder es la voz principal del país. Este caso demuestra que el populismo puede degenerar en un gobierno arbitrario. Aunque los líderes populistas comienzan como competidores democráticos, no se sabe cómo terminarán después.

Por otra parte, varias democracias constitucionales han adoptado intervenciones poco usuales como: instituir órdenes de atención de la salud centralizadas bajo la supervisión de médicos y adoptar limitaciones a las libertades de movimiento y asociación. Tales intervenciones han elevado a los expertos y científicos a un papel inusual. Según algunos analistas, la ascendencia de los expertos es una mala noticia para los populistas ya que usualmente promueven las noticias falsas y los rumores conspirativos sobre la opinión de los expertos. No obstante, confiar en la ciencia sobre la política no protegerá necesariamente a las democracias del populismo.

Algunos politólogos sugieren que debilitar el populismo puede requerir la reducción de algunos aspectos de la política democrática: se podría tratar de aplastar la animosidad partidista que desencadenan las elecciones y desmovilizar a un público cacofónico, al tiempo que se amplía el dominio de actores y autoridades apolíticos como jurados, asambleas representativas encargadas de deliberar sobre asuntos e instituciones que funjan como monitores del gobierno.

Pero estas propuestas ignoran que los populistas llegan al poder haciendo campaña contra los partidos políticos, que, según ellos, fragmentan la unidad del pueblo "verdadero". Los populistas son escépticos a los expertos, lo cual no oculta el hecho de que la democracia de partidos tolera la política partidista mucho mejor que la democracia populista. En la medida en que el empoderamiento de los expertos científicos restringe el ámbito de la impugnación partidista, es poco probable que reduzca el atractivo demagógico del populismo. Por eso sería más probable que los políticos y gobernantes populistas hagan campaña contra los expertos, presentados al público como hostiles.

Libertad y cuarentena

La pandemia mundial ha evidenciado la incertidumbre del conocimiento científico (más que su potencial para ofrecer soluciones), ya que los científicos se enfrentan a una crisis desconocida en tiempo real. De esa manera, los políticos populistas han tomado la indeterminación y la variabilidad de los pronunciamientos científicos como un pretexto para declarar aspectos de la pandemia como “noticias falsas”.

En Italia, Matteo Salvini, líder de la populista Liga Norte, puso en duda la validez de la investigación médica y el uso de cubrebocas para quejarse de que un “gobierno autoritario” que empobrecía a los ciudadanos. La propaganda de Salvini se benefició de las recomendaciones y predicciones científicas desordenadas y cambiantes, adoptando la retórica que mejor se adaptaba a sus propósitos.

También sucede que algunos políticos populistas, a excepción de Orban, han optado por respuestas liberales a la pandemia, por ejemplo en Reino Unido, Estados Unidos y Brasil. En los dos últimos países, la lucha demagógica contra la oposición política se fusionó con la defensa de la “libertad” contra el “estatismo” o el “autoritarismo”.

Así, Trump, y los gobernadores republicanos optaron por pocas restricciones a las libertades de movimiento, mientras fomentaban la oposición a los científicos y a los gobernadores demócratas en las áreas metropolitanas más afectadas de Estados Unidos.

El verdadero beneficio de esta postura —la de defender la libertad contra el autoritarismo— puede llegar a los políticos populistas después de la crisis, es decir, cuando las sociedades vuelvan a la nueva normalidad. El desempleo y las dificultades económicas en los meses venideros podrían alimentar la retórica populista, lista para movilizar a quienes no se benefician del sistema en contra del establishment que los privó de su libertad y sustento al mismo tiempo.

El artículo concluye que los partidos socialdemócratas, si aún existen, tendrán que comenzar a movilizar a los ciudadanos en torno a la justicia social y la redistribución; de lo contrario, el populismo podría tener un futuro brillante.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Este análisis es útil porque contribuye a observar las estrategias de los líderes populistas en la pandemia mundial. Presentándose como la alternativa al orden establecido, utilizan una retórica que promueve la libertad de los ciudadanos a la hora de pensar en la cuarentena o el cierre de lugares de consumo como tiendas, restaurantes, cafés, gimnasios, etc., por ejemplo, el caso estadounidense o inglés. Por otro lado, las medidas menos discretas y más autoritarias se observan en lugares como Hungría o Italia.