The complete mercenary. How Erik Prince used Trump's rise to make an unlikely comeback

Cita: 

Cole, Matthew [2019], "The complete mercenary. How Erik Prince used Trump's rise to make an unlikely comeback", The Intercept, 3 de mayo, https://theintercept.com/2019/05/03/erik-prince-trump-uae-project-veritas/

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Viernes, Mayo 3, 2019
Tema: 
Las relaciones de Erik Prince, fundador de Blackwater, con el gobierno de Emiratos Árabes Unidos.
Idea principal: 

Matthew Cole cubre temas sobre seguridad nacional desde 2005 para medios impresos estadounidenses. Ha reportado sobre la transformación de la CIA después del 11 de septiembre y ha viajado por Afganistán y Pakistán para cubrir conflictos e investigar las operaciones de inteligencia estadounidenses.


El artículo describe una reunión convocada por el gobernante de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Mohammed bin Zayed, para hablar con miembros de su familia y asesores extranjeros sobre las estrategias más benéficas para su país y su relación con Estados Unidos en el contexto del reconocimiento de Donald Trump como nuevo presidente. Los temas a tratar versaban sobre las guerras civiles en Yemen, Siria y Libia; la amenaza del Estado Islámico y la rivalidad entre EAU e Irán. Dado el lugar que ocupa EAU, como uno de los mayores compradores de armas del mundo y el tercer importador de armas estadounidenses, un replanteamiento de su relación con Estados Unidos significaría nuevas oportunidades para ampliar su influencia económica y militar en la región.

El autor señala que uno de los invitados a dicha reunión fue Erik Prince, quien también era asesor no oficial de la entrante administración Trump. El mandatario emiratí justificó la presencia de Prince señalando que el estadounidense había construido y establecido la fuerza de élite que EAU había desplegado en las guerras en Siria y Yemen. Gracias a esa fuerza terrestre, los emiratíes no tenían terroristas en su país, según el mandatario. Además, Prince resolvió el problema de los piratas somalíes en EAU.

Entre otras cosas, la reunión sirvió para presentar a Prince y Kirill Dmitriev, el director ejecutivo de un fondo soberano ruso de 8 mil millones de dólares y colaborador cercano de Vladimir Putin.

Bajo la administración de Barack Obama, Estados Unidos se había negado a cooperar con Rusia para terminar la guerra en Siria; sin embargo, para EAU Rusia era un factor clave que no podía ser ignorado en el conflicto. Por esa razón, cuando Trump vanaglorió a Putin públicamente, el gobierno de EAU consideró la oportunidad de negociar con Estados Unidos para disminuir la posición de Irán en el Medio Oriente, comenzando con en el conflicto sirio.

Por esta razón, la supuesta reunión de Prince con Dmitriev, antes de la toma de posesión de Trump, despertó el interés en el Congreso estadounidense: el informe Mueller estableció que la reunión fue un intento para establecer un canal secundario entre Rusia y la administración entrante de Trump.

El autor del artículo reitera que Blackwater convirtió a Prince en un símbolo infame de la arrogancia de la política exterior de Estados Unidos. Prince pretende desplegar sus servicios militares en el mundo y persiste en llevar a cabo un plan para privatizar la guerra de Afganistán. En la actualidad, ofrece una cadena de suministro de guerra y conflicto. Su objetivo es valorizar cada etapa de una operación hostil y su catálogo consiste en proveer mercenarios, hardware militar, tecnología de vigilancia de teléfonos celulares, operaciones psicológicas y de manipulacion social en asociación con operaciones poco transparentes como Project Veritas de James O’Keefe.

Project Veritas es un grupo de conservadores que se especializan en el uso de imágenes con cámaras ocultas y grabaciones secretas. O'Keefe, un protegido del activista conservador Andrew Breitbart ha utilizado cámaras encubiertas en un esfuerzo por exponer un supuesto sesgo liberal en los grupos políticos y los medios de comunicación. Trump a menudo promovía los videos de O’Keefe.

Maletas llenas de efectivo

Prince llegó a EAU cuando enfrentaba las consecuencias de la actuación de Blackwater en Irak: la administración Obama se negó a recontratar sus servicios. En 2010, Prince cambió el nombre a la empresa y la vendió, dejando de trabajar con el gobierno de Estados Unidos. Cuando negociaba un acuerdo con el Departamento de justicia estadounidense, debido a una serie de violaciones de tráfico de armas, Leon Panetta, entonces director de la CIA, descubrió un programa secreto de asesinatos que involucró a miembros de esa corporación; asunto que fue ocultado al Congreso estadounidense por Dick Cheney.

Prince conoció a bin Zayed en 2009, cuando le presentó un proyecto de avión de ataque ligero. No obstante, Prince no pudo ejecutar el acuerdo porque el embajador emiratí en Estados Unidos, Yousef Al Otaiba, se enteró de los problemas legales de Prince con el Departamento de justicia estadounidense. Sin embargo, Otaiba le propuso a bin Zayed encontrar otro rol para que Prince ayudara al gobierno de EAU. En 2010, Prince recibió maletas que contenían 13 millones de dólares en efectivo.

Se señala que el objetivo de bin Zayed era reforzar la esfera de influencia de EAU en Medio Oriente, tarea para la cual el mandatario emiratí consideró a Prince de utilidad (ver Dato crucial 1).

Con una nueva empresa, Reflex Responses (R2), Prince se convirtió en asesor militar y de política exterior de bin Zayed. El dinero que recibió en las maletas fue un adelanto de los 110 millones de dólares que EAU pagó a Prince para que R2 creciera. El contrato de R2 aseguraba a Prince un margen de ganancia de 15%, independientemente de sus gastos. El artículo apunta que uno de los objetivos de Prince era poseer cada parte de la cadena de suministro del conflicto: aviones, barcos, vehículos, armas, inteligencia, personal y logística.

El autor apunta que R2 fue usada como fachada para que Prince vendiera o prestara servicios militares, debido a que era improbable que obtuviera una licencia de tráfico de armas bajo el Reglamento de tráfico internacional de armas (ITAR, por sus siglas en inglés) del Departamento de estado estadounidense. Oficialmente, Prince nunca fue empleado de R2: trabajó para una empresa llamada Assurance Management Consultants que compartía piso en una torre de oficinas de Abu Dhabi con R2, donde supervisaba todo el programa militar.

Los colegas estadounidenses de Prince en R2 estaban preocupados por su enfoque sobre las regulaciones de ITAR: Prince argumentó que R2 era una empresa emiratí que trabajaba con un contrato con el gobierno emiratí, por lo tanto, no estaba obligada a tener una licencia ITAR para vender servicios militares.

Los manejos financieros de R2 también fueron opacos. Según cuatro consultores de R2, hubo un presunto soborno y malversación de dinero. De esa manera, el dinero desaparecía de las cuentas de R2.

Al mismo tiempo, EAU enfrentaba el problema de la piratería somalí y Prince le planteó al gobierno que la solución era crear un batallón de mar, aire y tierra para erradicar a los piratas. Prince creó un grupo dentro de R2 conocido como Proyectos Especiales y contrató a un ex oficial de las fuerzas especiales sudafricanas llamado Lafras Luitingh, quien también trabajó para Executive Outcomes, una compañía militar privada compuesta principalmente por soldados sudafricanos de la era del apartheid.

Prince y Luitingh crearon la Fuerza de Policía Marítima de Puntland en el noreste de Somalia. En esta región, un equipo de supervisión de Naciones Unidas documentó amplias violaciones del embargo de armas de la ONU a Somalia, incluida la falsificación de documentos de exportación de armas por parte de la empresa de Luitingh, Saracen, un subcontratista del proyecto.

La Fuerza de Policía Marítima de Puntland fue considerada por la ONU como una fuerza de élite fuera de cualquier marco legal. Tanto Prince como EAU negaron su participación, pero los oficiales de inteligencia emiratíes le entregaban una maleta con millones de dólares en billetes de 100 dólares a Luitingh, según el artículo. El programa se cerró poco después de que un mercenario sudafricano fuera asesinado por un miembro de la Fuerza de Policía Marítima de Puntland. Además, Naciones Unidas informó que existían acusaciones de violaciones de derechos humanos que provocaron lesiones graves y una muerte en el campamento de la Fuerza de Policía Marítima de Puntland.

En 2011, después de que The New York Times expuso la participación de Prince en el Grupo de Apoyo a la Seguridad, un grupo de élite compuesto por soldados extanjeros para proteger a la realeza emiratí, y el despliegue de la fuerza antipiratería, bin Zayed eliminó gradualmente a Prince de sus múltiples proyectos para el gobierno.

A medida que sus empresas militares con EAU tropezaban, Prince estableció un fondo de inversión centrado en los recursos naturales africanos llamado Frontier Resource Group. Pero sus ingresos se agotaron después de que EAU dejó de financiarlo y comenzó a tener problemas de flujo de caja (ver Dato crucial 2).

A finales de 2011, el gobierno emiratí contrató a Reno Alberto, ex colega de Prince, para hacerse cargo del contrato de aviación otorgado a R2. Alberto estuvo de acuerdo y creó una nueva sociedad temporal llamada Vulcan Management. Vulcan tomaría los 100 millones de dólares resultantes de la liquidación de R2 y los retendría hasta que se pudiera establecer una nueva entidad para crear un ala de helicópteros armados para la fuerza aérea de EAU.

Sin embargo, Prince alegó que una parte de los 100 millones de dólares era suya y que cualquier contrato futuro para Alberto era una consecuencia de sus esfuerzos y, por lo tanto, debería recibir un porcentaje. Prince y su asesor comercial, Dorian Barak, acordaron estructurar el pago como un préstamo proveniente de Vulcan Management a una de las sociedades tenedoras de Prince en Bermudas.

De este modo, Prince pudo presentar Frontier Resource a posibles inversores como un fondo de capital privado de 500 millones de dólares. Los documentos establecen que Prince proporcionaría 10% de los fondos. A finales de 2011 y principios de 2012, Prince tenía compromisos con inversores provenientes de EUA, incluido el hermano de bin Zayed y asesor de seguridad nacional, Sheikh Tahnoon bin Zayed, quien aparentemente invirtió 5 millones de dólares en Frontier Resource.

En octubre de 2012, Prince ordenó a Alberto que hiciera una segunda transferencia bancaria, pero no fue enviada a Prince ni a sus compañías. Según documentos revisados ​​por The Intercept, se transfirieron más de 9 millones de dólares a Zafra Group, la empresa que Sheikh Tahnoon había creado originalmente para invertir en Frontier Resource. Prince dirigió dinero del gobierno de EAU destinado a crear el ala de helicópteros armados a uno de los inversores de su fondo, un miembro de alto rango de la familia real emiratí.

Una nueva frontera

En esta sección, el artículo señala las actividades que el fundador de Blackwater llevó a cabo en el continente africano. Por ejemplo, Prince buscó nuevos fondos en China y creó Frontier Services Group (FSG) con un ex marine llamado Gregg Smith. Prince, al igual que algunos inversores chinos, querían un "Blackwater China". Frontier Services atrajo una inversión de 110 millones de dólares de un magnate de Hong Kong llamado Johnson Ko y de China International Trust Investment Corporation, pero el fondo de inversión de Prince perdió dinero y varios proyectos terminaron en una pérdida total.

Por esa razón, Prince ordenó a FSG que comprara compañías en las que tenía un interés financiero, en un esfuerzo por salvar la inversión de su fondo de capital privado. Así, FSG gastó 8.5 millones de dólares en negocios conectados a Prince.

Prince ganó dinero en África y la región de Medio Oriente "asesorando" a los países sobre asuntos bélicos. Durante un período de aproximadamente cinco años, incluido su tiempo como presidente de la junta directiva de FSG, Prince ganó hasta 10 millones de dólares. Prince pretendía lanzar su cadena de suministro de guerra en 15 países, casi todos ellos con población mayoritariamente musulmana.

En 2014, Prince también trató de vender productos y servicios de vigilancia: le mostró a algunos de sus colegas de FGS un software de geolocalización de teléfonos móviles de una empresa israelí. El programa podía identificar la torre celular más reciente con la que se había conectado el teléfono lo que le permitiría al usuario ubicar al objetivo dentro de 300 metros y revelar las últimas 10 llamadas que hizo el usuario objetivo.

Al mismo tiempo, Prince intentó acercarse tanto a la CIA como al Pentágono, ofreciendo ejecutar el software en operaciones antiterroristas, pero lo rechazaron. Luego Prince vendió el programa a las fuerzas aéreas saudíes y emiratíes para localizar objetivos de bombardeo en Yemen.

El ascenso de Trump

El autor señala que las elecciones presidenciales de 2016 y el ascenso de Donald Trump podían ser una oportunidad para que Prince firmara nuevos contratos con el gobierno estadounidense. La familia de Prince tiene un historial de apoyo a causas conservadoras y de derecha: Edgar Prince, su padre, fue un importante contribuyente financiero del ex presidente Gerald Ford y, en los últimos años, la familia ha apoyado a Mike Pence, primero como miembro del Congreso y luego como gobernador de Indiana.

Pence orientó a Prince cuando tuvo que enfrentar las consecuencias del asesinato de cuatro contratistas de Blackwater en Fallujah en 2004. Prince se convirtió en un entusiasta partidario de Trump y donó 250 000 dólares a la campaña de 2016. Asimismo, Prince se relacionó con Steve Bannon: antes de las elecciones de 2016, Prince fue al programa de Bannon donde criticó a Hillary Clinton.

En agosto de 2016, Prince negoció una reunión en la Trump Tower entre George Nader, un asistente de bin Zayed, Donald Trump Jr., y Joel Zamel, el propietario de Psy-Group, una compañía de inteligencia privada israelí especializada en manipular elecciones. Según el artículo, la campaña de Trump rechazó la oferta.

Durante las elecciones de 2016, Prince también se relacionó con James O’Keefe y Project Veritas, un grupo de conservadores que se especializan en el uso de imágenes con cámaras ocultas y grabaciones secretas. O'Keefe ha utilizado cámaras encubiertas en un esfuerzo por exponer supuestos prejuicios liberales en los grupos políticos y los medios de comunicación.

Trump a menudo promocionaba los videos de O’Keefe y se reunió con él pocos días después de que declarara su candidatura: Trump donó 10 000 dólares al Proyecto Veritas a través de su fundación. Después de que Trump ganó las elecciones, Prince comenzó a enviar propuestas de políticas de defensa e inteligencia al equipo de Trump a través de Bannon, incluido su plan para privatizar la guerra en Afganistán.

El plan pretendía retirar a todas las tropas estadounidenses y reemplazarlas con un pequeño grupo de miembros de CMPs, una pequeña flota de aviones de ataque ligero y una oleada de operaciones encubiertas de la CIA. Prince agregó a su propuesta un plan para asegurar concesiones mineras de los recursos sin explotar de Afganistán. Pero el establishment de la seguridad nacional estadounidense se opuso y no logró impulsar el plan. Prince, con nuevo estatus de asesor no oficial del próximo presidente de Estados Unidos, fue invitado a regresar a la corte real de Mohammed bin Zayed.

Respecto a la relación Prince-Bannon, éstos se asociaron para ofrecer una versión de software de vigilancia de fabricación israelí para geolocalizar objetivos en tierra. Según un ex funcionario estadounidense de alto rango que revisó la propuesta, Prince está promocionando planes para prevenir los disturbios sociales y políticos de los trabajadores extranjeros de Qatar antes y durante la Copa Mundial de la FIFA 2022.

La propuesta nombra específicamente al Proyecto Veritas como socio y ofrece al gobierno de Qatar la capacidad de infiltrarse en la comunidad de trabajadores extranjeros, que representan aproximadamente 2.3 millones de personas. La propuesta también ofrece monitoreo y mensajería de redes sociales, algo con lo que Bannon estaría familiarizado por su trabajo anterior para Cambridge Analytica.

Por otra parte, el informe Mueller plantea que Prince se reunió con Kirill Dmitriev, quien actuaba como emisario de Putin y buscaba un canal secundario para la administración entrante de Trump. La investigación de Mueller se basó en la cooperación y el testimonio de George Nader, quien organizó la reunión a instancias de bin Zayed.

Nader testificó que Dmitriev "no estaba entusiasmado" por conocer a Prince. Para ayudar a vender la reunión, Nader describió a Prince a Dmitriev como el representante elegido por Bannon para la reunión dirigida por el Kremlin. El artículo señala que Prince tuvo una reunión privada anterior y más larga en la villa de Nader. Después, Prince se enteró de que un portaaviones ruso se estaba moviendo frente a las costas de Libia, según el informe Mueller. Prince, se indignó con la noticia y llamó a Nader para exigir una segunda reunión con Dmitriev.

Prince le dijo a Nader que acababa de consultar con sus "asociados" y necesitaba transmitir un mensaje importante al emisario de Putin: advirtió a Dmitriev que Estados Unidos no podía aceptar la participación rusa en Libia.

No obstante, Dmitriev esperaba encontrarse con un miembro del equipo de Trump que tuviera más autoridad. Finalmente, el autor concluye que la participación en el escándalo político "Trump-Rusia" es el resultado de su implacable ambición y su capacidad para ingresar a habitaciones con poder genuino, incluso si rápidamente se hace evidente que no pertenece allí.

Datos cruciales: 

1. Erik Prince, fundador de Blackwater, convenció al mandatario de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Mohammed bin Zayed, de crear un programa de 500 millones de dólares en el que entrenaría, equiparía y lideraría un cuadro de soldados extranjeros de élite que serviría como guardia presidencial para las monarquías emiratíes. Prince también le propuso crear un ala de aviación armada, un equipo para proteger a EUA de un ataque con armas de destrucción masiva y una fuerza separada para combatir la piratería somalí.

2. Según documentos fiscales, bancarios y comerciales internos obtenidos por The Intercept, Prince en ese momento valía menos de 100 millones de dólares, y gran parte de su riqueza estaba destinada a inversiones inmobiliarias y de renta fija. Uno de los acreedores de Prince, el Huntington Bank de Michigan, rechazó una solicitud de aumento de 6 millones de dólares en una línea de crédito de 17.5 millones de dólares.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Este artículo ilustra la trayectoria de Erik Prince después de enfrentar las consecuencias de las atrocidades que Blackwater realizó en Irak. Prince sigue persiguiendo objetivos que se relacionan con la valorización de servicios militares y la guerra. Aunque la administración Trump parecía darle un respiro, después de algunos proyectos fallidos, también ha fracasado en perfilarse como alguien realmente cercano e influyente en el círculo Trump. Algo está muy claro, Prince representa la tendencia de la privatización en la esfera militar que se ha impulsado desde el fin de la Guerra Fría mediante políticas neoliberales en el sector de la seguridad.