Sea Hunter es un elegante trimarán (barco conformado por un casco principal y dos flotadores más pequeños a los lados) que navega el agua a 27 nudos (equivalente a 1.852 km/h) de San Diego a Tokio y de regreso con un sólo tanque de diesel. El barco es un vehículo no tripulado operado por la marina de Estados Unidos. Su interior está hecho para alojar computadoras, no a humanos.

El Sea Hunter (no tripulado) y el Russell (tradicional) llevaron a cabo prácticas de cooperación entre barcos no tripulados y tripulados. Esas formas de colaboración serán comunes en el futuro de la guerra naval.

Hace unas semanas, el Pentágono publicó un informe en el que reconoció que China se ha colocado en primer lugar en tener la flota más grande del mundo, desplazando a Estados Unidos. Además, el tonelaje de los barcos puestos en funcionamiento por el Ejército Popular de Liberación chino superó al de Estados Unidos.

Mark Esper, secretario de Defensa de Estados Unidos, hizo hincapié en que no sólo es importante el tamaño de las naves, sino su agilidad y flexibilidad. La construcción de los barcos deberá ser estratégica para poder sobrevivir a los misiles de China y también tener la capacidad de atacar desde diferentes posiciones, por lo tanto, se planea incrementar el presupuesto a su construcción.

En el pasado, la construcción naval estaba diseñada para ser tripulada; sin embargo, las embarcaciones actuales están planeadas para no llevar personal a bordo, como el Sea Hunter.

Esta característica no sólo demuestra los adelantos tecnológicos, sino que también crean ventajas en el campo de guerra: son más pequeños, por lo tanto, más difíciles de detectar; requieren menores recursos, tanto para su construcción como para su operación; y en caso de ser dañados en combate, no involucrarían muertes humanas.

A pesar de que estos barcos podrán facilitar funciones de combate como el suministro de otros barcos, colocación de minas o llevar a cabo ataques letales, una dificultad es que al ser programados y controlados a distancia, se corre el riesgo de que las líneas de comunicación fallen. Ante ese problema, una alternativa es las embarcaciones no tripuladas tengan la capacidad de tomar decisiones de vida o muerte; no obstante, ese tema es controvertido.

Mark Montgomery, contralmirante retirado señala que a pesar de lo que se dice sobre la construcción de naves, el próximo avión de combate de la marina basado en el F/A-XX (Considerado como el avión de caza de sexta generación, conformado por dos asientos, dos motores y carente de cola) no se construirá sino hasta el 2030 y seguirá siendo piloteado por un aviador.

A pesar de la insistencia por parte de Esper, el Congreso de Estados Unidos declaró que no proporcionará nuevos fondos hasta que la marina demuestre la viabilidad de las naves no tripuladas.

“Si esta administración sobrevive, no habrá dinero para operar esta flota de fantasía”, tuiteó Bryan McGrath, un experto naval.