The future. Directing the disruption

Cita: 

The Economist [2020], "The future. Directing the disruption", The Economist, London, 19 de septiembre, https://www.economist.com/special-report/2020/09/17/directing-the-disrup...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Septiembre 19, 2020
Tema: 
Las oportunidades que representa la descarbonización temprana para las empresas
Idea principal: 

En este reporte especial, The Economist invita a las empresas a tomar acciones para reducir su huella de carbono. De no hacerlo, sostiene, podría traerles muchas complicaciones. Para algunas empresas el impacto ambiental de sus operaciones ya ha empezado a cobrarles factura. Muchos gobiernos alrededor del mundo han comenzado a implementar regulaciones ambientales más estrictas presionados por los votantes más jóvenes. En este sentido, el semanario londinense recomienda a las empresas comenzar por emitir mejores datos sobre sus emisiones de carbono, cosa que muy pocas hacen actualmente. Las que sí publican esta información, suelen hacerlo de forma inconsistente, inexacta, o de forma demasiado extemporánea como para que estos datos tengan alguna utilidad.

Ahora, las cosas parecen empezar a cambiar. Microsoft, junto a otras compañías, planea publicar para finales de año un estándar de reporte de emisiones para proveedores respaldado por auditorías de sostenibilidad. De igual forma, el Rocky Mountain Institute y otros grupos de investigación comenzaron a trabajar a principios de año en la estandarización de las mediciones de emisiones de gases de invernadero de la minería y las cadenas de suministro industriales. Además, los grupos de presión Watt Time y Carbon Tracker, con la ayuda de Google, están utilizando imágenes satelitales y complejos algoritmos para estimar en tiempo real las emisiones de las centrales eléctricas a base de carbón. Lo que se busca es que mejores datos puedan encauzar las fuerzas del mercado y la preferencia de los consumidores por los productos ambientalmente más responsables. En ese sentido, etiquetas de carbono en los productos, que orienten a los consumidores, similares a las etiquetas de los alimentos, podrían servir como incentivo para que las empresas comiencen a descarbonizar su producción.

Sin embargo, The Economist reconoce que el poder del consumidor en este sentido es limitado. Un estudio a cargo de Daniel Moran, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, encontró que los cambios en el consumo tan solo pueden llegar a reducir las emisiones en 24%, lo cual está muy por debajo de la reducción de emisiones necesaria para combatir el calentamiento global. Por esta razón, la implementación de regulaciones y políticas de descarbonización es fundamental. Aún más importante que cualquier cambio en los patrones de consumo.

Vote temprano, vote verde

En cambio, los que sí tienen un gran poder de incidencia son los votantes. El voto verde puede acelerar las tendencias de las que da cuenta aquí el semanario londinense. Los votantes pueden presionar a los políticos para implementar políticas más amigables con el medio ambiente. Asimismo, cuando las nuevas generaciones comiencen a invertir en la bolsa, las firmas financieras podrían verse presionadas para invertir en empresas verdes de forma más acelerada de lo esperado. Según estimaciones de BlackRock, para el año 2035, la generación milenial, tendrá más riqueza que la generación de los baby boomers.

Según The Economist, las empresas deben comenzar a tomar acciones para abordar el problema del cambio climático por dos razones fundamentales. El mundo del comercio está fuertemente interconectado y el cambio climático es un problema sistémico. Todas las empresas, de forma directa o indirecta, se verán afectadas por el cambio climático, lo que en muchos casos se verá reflejado en sus costos. Precisamente porque la transición energética será un proceso lento, las empresas deben actuar ahora para encontrar soluciones, especialmente en aquellos sectores en que la mitigación de emisiones es más difícil, como en el acero o el transporte marítimo de contenedores. Mucho del activo fijo que es alto en emisiones de carbono, como las fundiciones de acero, probablemente seguirá en uso en 20 años; por ello si el objetivo es descarbonizar para mediados de siglo, para el 2030, los nuevos activos deberán estar libres de carbono.

Además, agrega el semanario londinense, hay otra razón más prometedora. La descarbonización está llena de oportunidades, estas se encuentran en el desarrollo de tecnología que presente ventajas sobre los competidores o en el desarrollo de productos sustentables. Las compañías que se adelanten en el proceso de descarbonización tendrán una ventaja sobre sus competidores, al tiempo que ayudarán a salvar al planeta.

Datos cruciales: 

* Un estudio a cargo de Daniel Moran, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, encontró después de estudiar 90 cambios en los patrones de consumo, como el dejar de comer carne o consumir productos con una menor huella de carbono, que estos cambios solo llegan a reducir las emisiones en 24%.

* Según estimaciones de Black Rock, en 2035, la generación milenial (los nacidos entre 1981 y 1997) será más rica que los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964).

Nexo con el tema que estudiamos: 

Es revelador y alarmante que incluso publicaciones liberales como The Economist comienzan a percibir la crisis en la que nos encontramos y plantean la necesidad de regulación estatal para combatirla. Sin embargo, estas propuestas, al no comprender la naturaleza multidimensional de la crisis, se limitan a plantear distintas estrategias de adaptación del sistema que no aportan ninguna solución de base, pues ello implicaría cuestionar las formas de reproducción social.