Katrin Benhold tiene una maestría en Economía por la London School of Economics y ha colaborado con el New York Times desde el 2004. Sus temas de interés se centran en el ascenso de la extrema derecha.

En los últimos meses Alemania se ha enfrentado al auge de la teoría conspirativa QAnon así como a las acciones de sus adeptos, mismos que “han encontrado un terreno fértil en las fantasías del golpe de Estado y las tropas antisemitas durante mucho tiempo”, cuestión que se ha exacerbado con las restricciones de la pandemia.

En los primeros meses del 2020, soldados estadounidenses llegaron a Alemania con la finalidad de realizar obras relacionadas con instrucciones de la OTAN, no obstante, esto significó algo diferente para los seguidores de QAnon, quienes afirmaron que las tropas estadounidenses fueron mandadas por Donald Trump, estandarte del movimiento, con la finalidad de derribar a la canciller Ángela Merkel, por lo que este proceso fue visto como un movimiento de liberación para los alemanes seguidores de QAnon.

En Estados Unidos, QAnon ha tenido una evolución constante desde el inicio de la pandemia, pasando de ser “una subcultura marginal de internet a un movimiento de masas”, comenzando a abarcar diversos sitios en Europa, consecuencia ocasionada en gran medida por la pandemia, ya que muchas personas inconformes con las restricciones de la misma, han encontrado en este movimiento un sitio en donde expresar su inconformidad. La situación anterior ha generado que QAnon se encuentre presente desde los Países Bajos hasta los Balcanes, e incluso ha comenzado a atraer a ”grupos demográficos más femeninos y de menos derecha”.

A pesar de lo anterior, en la actualidad no hay foro más grande, de habla no inglesa, para QAnon que Alemania, sitio en donde rápidamente se han construido grandes audiencias en Youtube, Facebook y Telegram. Del mismo modo, esta teoría conspirativa ha podido avanzar tanto, debido a la poca atención que el gobierno de los países en donde ha estado atrayendo más adeptos ha prestado, ya que al momento en el que comenzó a desarrollarse no pensaban que esta avanzaría tanto, e incluso muchos de ellos desconocen que esta teoría cuente con tanto apoyo dentro de Alemania.

Por su parte, las afirmaciones realizadas por aquellos que conforman QAnon, mismas que van desde “asesinatos rituales de niños hasta fantasías de venganza contra las élites liberales”, muestran que este movimiento se fundamenta y “evoca a antiguas tropas antisemitas y fantasías de golpes de Estado que durante mucho tiempo han animado a la franja de extrema derecha de Alemania”.

Asimismo, los adeptos de dicha teoría se han diversificado, ya que en sus inicios esta sostenía la existencia de un Estado profundo que robaba niños, no obstante, QAnon ahora funge como un espacio para personas en contra de las vacunas, “pensadores marginales” y ciudadanos que están en contra de las medidas establecidas para el control de la pandemia, mismas que les parecen excesivas y demasiado invasivas. Por su parte, algunos seguidores de esta teoría han salido a manifestarse y en ocasiones han ejercido actos violentos en contra de otras personas, sin embargo, no todos los seguidores actuales de QAnon “propugnan o respaldan la violencia”.

Entre los principales seguidores de QAnon, se encuentra el Sr. Hildman, un chef con numerosos seguidores en redes sociales que afirma que “la pandemia es algo falso inventado por una Estado profundo para despojar a los individuos de sus libertades”. QAnon surgió a través un anunció en línea anónimo que afirmaba provenir de una persona con “la autorización de seguridad más alta dentro de Estados Unidos”; entre sus mensajes afirmaba que la élite política mantenía redes de pedofilia y secuestraba niños con la finalidad de extraer su sangre y con ello generar una sustancia que les permitiera mantenerse jóvenes.

De acuerdo con diversos analistas, la existencia y desarrollo de QAnon representa algo “nuevo y viejo” ya que evoca ideas antisemitas de siglos pasados así como la idea del robo de infantes para extraerles sangre, cuestión que parece remontarse al medievo, no obstante, es un movimiento que se generó y adquirió fuerza a través de redes sociales.

QAnon se ha alimentado de otros movimientos, tal como Reichsbürger, mismo que sostiene que “la república de posguerra de Alemania no es un país soberano, sino una corporación creada por los Aliados al término de la Segunda Guerra Mundial. La unión de estas dos teorías no sólo hizo más grande a QAnon sino que lo hizo más visible y eso generó un incremento en sus filas.

Ante el aumento de seguidores en redes sociales, Facebook anunció el cierre de toda cuenta relacionada con QAnon, mientras en Alemania, un país con una profunda huella relacionada con el Holocausto, “castiga con hasta 5 años de cárcel la promoción de la propaganda nazi o la incitación al odio, del mismo modo, un par de años atrás el gobierno alemán realizo una reforma en sus leyes para que cualquier contenido en línea relacionado con este tipo de acciones sea castigado.

A pesar de lo anterior, detener la propagación de QAnon ha resultado difícil para la policía ya que entre sus seguidores se encuentran figuras públicas y extremistas conocidos, como “Marko Gross, un ex francotirador de la policía y líder de un grupo de extrema derecha, que atesoraba armas y municiones”.

Por su parte, Michael Ballweg, un emprendedor de software que fundó Querdenken-711, organización que se encuentra en el centro de las protestas en contra de la pandemia y que últimamente ha comenzado a enfocarse en QAnon.

La popularidad de QAnon ha generado que el movimiento y sus principios sean difundidos a través de revistas como Compact, “publicación catalogada como extremista por la Agencia de Inteligencia Nacional”, misma que ha dedicado sus últimos tres números a QAnon y cuyas ventas fueron tan altas que tuvieron que reimprimir sus números.

De este modo, QAnon y cualquier otra teoría conspirativa representa un peligro para la seguridad nacional, debido a que en muchos casos los seguidores de estas llevan a cabo crímenes de odio o actos violentos en contra de otros.