Nian Liu, reportera del Financial Times que trabaja temas de negocios, finanzas y tecnología en China.
James Kynge, editor del Financial Times que trabaja temas de negocios y finanzas en China.

China establece las reglas que configuran la industria de la tecnología moderna evolucionando de la inteligencia artificial al reconocimiento facial.

Zhao Houlin, director de la agencia de telecomunicaciones de la ONU ha celebrado en repetidas ocasiones la iniciativa de la Franja y la Ruta, proyecto que busca construir una red de comercio e infraestructura, conectado así a Asia con Europa y África a lo largo de las antiguas rutas comerciales de la ruta de la seda y que, a su vez, se ha convertido en uno de los proyectos favoritos del presidente Xi Jinping pues conseguiría concretar inversiones en infraestructura en el extranjero.

El ex funcionario del gobierno de China, también ha defendido a Huawei, campeón chino de telecomunicaciones, de las acusaciones que Estados Unidos ha hecho sobre que el equipo puede usarse para espionaje, y ha exhortado a que se le brinde igualdad de oportunidades a la empresa china en el mercado tecnológico.

Zhao declaró para People´s Daily, que se espera que China desempeñe un papel importante en el sistema de la ONU y que se encuentra satisfecho del establecimiento de nuevos estándares tecnológicos en telecomunicaciones por parte de la nación asiática.

Después de estas declaraciones, es aún más evidente la lucha por la influencia global entre Estados Unidos y China en términos tecnológicos y que ésta resulta ser un elemento crucial en campo de batalla geopolítico.

Si durante la Guerra Fría se buscaba tener el dominio a través de la construcción de armas nucleares, en la época actual el conflicto se desarrollará entre Estados Unidos, China y la Unión Europea por el establecimiento de las reglas burocráticas detrás de las tecnologías más importantes.

Preparando

Werner Von Siemens, inventor alemán e industrial fundador de la empresa Siemens afirmó: "quien es dueño de los estándares, es quien posee el control del mercado".

El establecimiento de normas tecnológicas, desde el ancho de las vías del tren, hasta el procesamiento de datos y el funcionamiento de los dispositivos electrónicos ha sido exclusivo de un pequeño grupo de democracias industrializadas, dominadas sobre todo por occidente.

La situación está cambiando. Adam Segal, director del programa de política digital y ciberespacial en el Consejo de Relaciones Exteriores, asegura que la batalla cada vez más intensa entre Estados Unidos y China para dominar los estándares tecnológicos, sobre todo en las tecnologías emergentes, podría ocasionar una división mundial en diferentes bloques industriales.

Segal declara que es posible que las telecomunicaciones, los semiconductores, la inteligencia artificial y otras áreas se dividan en dos grupos en competencia para reflejar la influencia de Estados Unidos y China, pero también es probable que los grandes mercados se resistan a elegir entre uno u otro, presionando a las empresas tecnológicas para garantizar algún grado de compatibilidad.

Por su parte, en Washington la batalla por la influencia sobre los modelos tecnológicos, es crucial para defender la democracia de la influencia China. Mark Warner, vicepresidente del Comité de inteligencia del Senado de Estados Unidos considera la amenaza china inequívoca, pues dice que Beijing al tener la intención de controlar la próxima generación de infraestructura digital, lo hace imponiendo principios que van en contra de los valores estadounidenses sobre la transparencia, la diversidad de opiniones, la interoperabilidad y el respeto por los derechos humanos.

Aplicaciones militares y civiles

Para Estados Unidos, el desafío de China predomina en tres áreas principales:

• El desarrollo de tecnología en varias áreas emergentes, como las telecomunicaciones y la inteligencia artificial.

• A medida que esta tecnología se exporta, más países adhieren a los estándares y protocolos tecnológicos de China (Ver dato crucial 1).

• China está aumentando su influencia en la ONU y otros organismos que establecen estándares para fortalecer los intereses de sus propias empresas.

Yang Guang, analista de Strategy Analytics, consultora con sede en Beijing, declaró que China ha buscado durante mucho tiempo elevar el perfil de sus estándares tecnológicos; sin embargo, no se le había prestado suficiente atención. Actualmente, el gobierno chino está trabajando en un plan maestro de estandarización que se estima se haga público antes de que concluya el año y se espera sea un parteaguas para las tecnologías de próxima generación. Según analistas, también es importante enfatizar el fortalecimiento del papel de China en las organizaciones de estándares.

"La estrategia también se centrará en los estándares para facilitar la fusión civil-militar, un concepto que ha ganado una atracción considerable en China y ha causado revuelo en comunidades estratégicas en el extranjero, particularmente en Washington", escribió el investigador John Seaman en un informe para el Instituto Francés de Relaciones Internacionales y el Centro de Políticas para el Nuevo Sur.

La fusión militar-civil es un plan en donde se utiliza lo mejor de la investigación a través del fortalecimiento de las capacidades tecnológicas del Ejército Popular de Liberación. Se cree que la campaña apunta a los avances civiles en áreas de uso dual como computación cuántica, big data, semiconductores, 5G e inteligencia artificial; sin embargo, las iniciativas concretas se han mantenido en secreto.

La ruta de la seda digital

Si el objetivo es popularizar las normas chinas en el extranjero, la Iniciativa de la Franja y la Ruta es fundamental.

De manera general, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) puede verse como un gran programa chino para la construcción de carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y otras formas de infraestructura; no obstante, también es un medio a través del cual se pretende difundir las tecnologías chinas y los estándares con los que operan.

Las ciudades inteligentes son un foco de difusión de estándares porque incorporan muchas tecnologías emergentes: sistemas de reconocimiento facial, análisis de big data y telecomunicaciones de 5G.

Jonathan Hillman, analista de Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) dice que China está estableciendo estándares de abajo hacia arriba a través de la exportación generalizada y la adopción extranjera de su tecnología, sobre todo por países que se encuentran en la lista negra de Estados Unidos y que también se ha hecho popular entre los gobiernos que desean automatizar servicios como la gestión del tráfico, los sistemas de alcantarillado y la seguridad pública.

Andrew Davenport, director de operaciones de RWR Advisory dice que las ciudades inteligentes son más propensas a riesgos como las intrusiones cibernéticas o abusos en términos de ciberseguridad.

Impulso institucional

Por otro lado, China también ha intentado persuadir a las agencias de estándares multilaterales para que reconozcan su creciente influencia.

En 2007, China tenía una representación escasa en los comités y subcomités de la Organización Internacional de Normalización; no obstante, a través de los años, ha conseguido tener mayor representatividad dentro de la Organización. Lo mismo ha sucedido en la Comisión Electrónica Internacional (IEC, por sus siglas en inglés), en donde la influencia de la potencia asiática ha crecido de manera constante.

La Corporación Estatal de la Red Eléctrica de China también se ha hecho notar. La IEC acordó analizar una propuesta llamada Interconexión Global de Energía, que tiene como objetivo crear enormes redes de cables de alimentación extendidas entre países y continentes. Si la propuesta es aceptada, podría beneficiar directamente a State Grid, líder mundial en la fabricación de líneas de transmisión de voltaje ultra alto.

Es evidente que China está lista para influenciar los estándares tecnológicos globales y es igualmente claro que Washington no se quedará sin actuar. Por su parte, es probable que Europa se vea presionada por ambiciones de superpotencias en competencia.

Según Arcesati, analista de Merics, la falta de transparencia y el autoritarismo de China lleva a una falta de confianza en los estándares y plataformas de tecnologías de la información en el extranjero. Por otro lado, la estrategia de Estados Unidos consiste en equiparar la seguridad de datos con la ausencia de tecnología china; eso coloca a Europa en una posición extremadamente difícil.

En el peor de los casos, como lo describe Seaman, se estima una creciente brecha tecnológica. Si la colaboración internacional en materia de normas se paraliza, podría crear bloques tecnológicos opuestos sin comunicación entre sí.