Una experiencia de cartografía colaborativa. El Atlas de Justicia Ambiental

Cita: 

Martínez Alier, Joan [2020], "Una experiencia de cartografía colaborativa. El Atlas de Justicia Ambiental", Nueva Sociedad, marzo-abril, https://nuso.org/articulo/una-experiencia-de-cartografi-colaborativa/

Fuente: 
Otra
Tema: 
Proyectos colaborativos como el Atlas de Justicia Ambiental son importantes y necesarios para vislumbrar los conflictos ambientales que se desarrollan en las diferentes geografías
Idea principal: 

Joan Martínez Alier es un catedrático en la Universidad Autónoma de Barcelona que trabaja temas de ecología política.


El Atlas de Justicia Ambiental (EJAtlas, por sus siglas en inglés) es un mapeo colaborativo cuyo objetivo es visibilizar la (in)justicia ambiental a escala planetaria. Esta propuesta surge desde la cartografía crítica relacionando el conocimiento geográfico y el poder. Es un esfuerzo de muchas y muchos activistas, estudiantes, investigadores, etc. (Ver dato crucial 1).

El material es de libre acceso y cada caso contiene de manera general información relevante: descripción, impactos visibles o potenciales, actores sociales, formas de movilización, resultados, material visual y fuentes de información. Además, el portal clasifica los conflictos en diez categorías principales: energía nuclear; biomasas y tierras; combustibles fósiles y cambio climático; minería; infraestructuras; industria; conservación de biodiversidad; agua; residuos; y turismo. Dentro de cada categoría hay subcategorías que, además permiten hacer análisis por países o regiones, abriendo la posibilidad de estudiar casos en particular o bien de relacionarlos entre sí.

El activismo ambiental, el periodismo, la investigación académica y la enseñanza universitaria son algunos de los campos que se han apoyado del EJAtlas. El autor señala que el EJAtlas también puede consultarse en ámbitos de la economía empresarial, ya que recientemente se publicó un artículo en Business and Human Rights Journal que señala que la información presentada en los rankings de empresas que respetan los derechos humanos y el ambiente contrasta con los casos expuestos en el EJAtlas, por lo que dichos rankings deberían ser reelaborados.

Entre los miles de casos abordados en la plataforma se encuentran mapas como Blockadia, que es una cartografía de movimientos locales para dejar bajo tierra los combustibles fósiles; mapeos sobre los conflictos contra nuevos campos de aviación; cartografías que rescatan conflictos que involucran a poblaciones romaníes en el sudeste europeo; análisis de casos de asesinatos a ecologistas o activistas como Berta Cáceres; temas sobre ecologismo obrero y campesino; la participación de los pueblos indígenas en los conflictos ambientales; o la escasa, pero existente presencia de grupos religiosos; y también los conflictos de conservación biológica militarizada.

¿Existe un movimiento global de justicia ambiental?

Al igual que el movimiento obrero en Europa, el movimiento estudiantil en Estados Unidos contra la guerra de Vietnam, los movimientos campesinos y agrarios en México, el triunfante movimiento anticolonial en África, el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos o el movimiento feminista de los últimos 100 años, el movimiento ambientalista ha surgido de una cronología de denuncias de prácticas que atentan contra la subsistencia humana y de la propia naturaleza a través de una asignación de valores distintos entre sí.

En el EJAtlas es posible vislumbrar los distintos lenguajes de valoración y consignas que se utilizan dentro de los movimientos: desde los que refieren términos monetarios, como "el agua vale más que el oro", hasta aquellos que son expresiones culturales, por ejemplo, “Sin maíz no hay país” en México, “Paremos de fumigar” en Argentina, “Las plantaciones de árboles no son bosques” en Brasil; en algunos casos, estas consignas son adoptadas por otros países incluso intercontinentalmente.

Es importante rescatar que, a partir de análisis se ha encontrado que en el EJAtlas no sólo hay lenguajes compartidos, sino que también hay conexiones entre protagonistas sociales de muchos conflictos contenidos en el mapa. No obstante, el autor insiste en dar prioridad a las acciones locales con sus formas diversas y en sus expresiones culturales, más allá de la vinculación con organizaciones ambientalistas globales.

¿Por qué hay un movimiento por la justicia ambiental?

Martínez Alier señala que desde el proyecto EnvJustice buscan encontrar las causas a los conflictos de minería, represas, infraestructura pública e industrial, extracción de biomasa y de combustibles fósiles o evacuación de residuos. Concluyen que estos conflictos están íntimamente relacionados con el crecimiento económico y la acumulación de capital. Además, se ha concluido que la economía industrial capitalista no es circular, sino entrópica. La transición hacia el predominio de los combustibles fósiles en la economía mundial está por concluir en Asia del Sur y África. Al ser quemados, estos combustibles producen cantidades excesivas de residuos contribuyendo al aumento del efecto invernadero (Ver dato crucial 3).

La economía neoliberal además de consumir los combustibles fósiles también agota las pesquerías, la fertilidad de los suelos, los bosques, la biodiversidad y el ciclo natural del agua. Con ello ha dejado claro que tiene un apetito voraz de nuevos suministros de materiales y energía. En esta dinámica de mercado lo que menos importa es el medio ambiente.

Martínez Alier concluye señalando que aun cuando la economía mundial no fuera neoliberal, sino keynesiana socialdemócrata, al estilo soviético anterior a 1990 o si el modelo de capitalismo de Estado chino resultara triunfante en todo el mundo, ello no implicaría una disminución de los conflictos registrados en el EJAtlas, que conforman un movimiento global por la justicia ambiental. El autor atribuye los conflictos ambientales al crecimiento económico y a los cambios del metabolismo social generados por la economía industrial.

Datos cruciales: 

1. En enero de 2020 el EJAtlas alcanzó poco más de 3 000 fichas permitiendo un avance importante en el estudio de la ecología política que, además refleja las aportaciones de un gran número de estudiantes y activistas sobre decenas de miles de conflictos medioambientales alrededor del mundo.

2. Filtrando la información contenida en el EJAtlas, se comprueba que 375 casos de los 3 000, se reporta la muerte de por lo menos una o un defensor ambiental, es decir, en 12% de los casos. Por otro lado, casi 500 casos se reportan como exitosos en términos de justicia ambiental.

3. La curva de Keeling es una medición que muestra el impacto de la actividad humana en las concentraciones de dióxido de carbono y que desde la década de 1950 comenzó su registro con 320 partes por millón de unidad (ppm), mientras que en 2020 se registraron 410 ppm, 450 ppm en 2050, mientras que se estima que para 2100 llegue a 500 ppm; no obstante, se tiene la esperanza que el decrecimiento poblacional, la economía mundial, nos movimientos en defensa del ambienta y los cambios tecnológicos reviertan la tendencia.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El estudio y mapeo de los conflictos ambientales alrededor del mundo tiene una enorme relevancia. Estos conflictos son la consecuencia de las acciones del sistema capitalista neoliberal que busca obtener beneficios económicos a partir de las riquezas naturales que, predominan sobre todo en territorios rurales y que se obtienen a través de la extracción sin considerar las repercusiones de salud, sociales o ambientales que se puedan desarrollar en el espacio. También porque al profundizar en los casos se puede encontrar que muchos de ellos siguen un patrón, por lo tanto, tomarlos como referencia para accionar en una geografía distinta puede ser funcional.

Finalmente, resulta de interés ya que los movimientos ambientales, al igual que los sociales, estudiantiles, entre otros, consiguen un impacto en las dinámicas que se viven dentro del espacio modificando así las intenciones y planes del sistema.