Ulrich Brand es profesor de Política Internacional en la Universidad de Viena, miembro del Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo e integrante del comité asesor de Blätter für deutsche und internationale Politik. Sus principales temas de investigación son: la crisis de la globalización liberal y la internacionalización del estado, temas socio-ecológicos, la gobernanza y América Latina, entre otros.

Markus Wissen es profesor de ciencias en la Berlin School of Economics and Law. Es parte del comité editorial de la revista de ciencias sociales críticas Prokla y colabora con el Grupo de Investigación sobre Sociedades Poscrecimiento de la Universidad de Jena. Introdujo el concepto de “modo de vida imperial” junto con Ulrich Brand.

En los últimos años, el mundo ha sido testigo del ascenso del populismo autoritario como un oponente a los gobiernos progresistas de izquierda. La emergencia del bloque conservador-neoliberal se ha dado principalmente en los países del Norte global, naciones que cuentan con antecedentes de gobiernos conservadores y, que están retornando a la derecha en un contexto en donde la izquierda no ha podido hacer frente a las múltiples crisis que han resultado del neoliberalismo.

Brand y Wissen, entienden al neoliberalismo como una profunda transformación social que comprende las relaciones de dominación inscritas en las relaciones interestatales, el mercado y la sociedad civil, las relaciones de clase y de género, las subjetividades y la naturaleza social de las relaciones. Lo anterior, tiene como consecuencia una subordinación generalizada ante el mercado capitalista, lo que lleva a la naturalización del sistema neoliberal en las vidas de millones de personas y con ello, al agravamiento de las formas de vida, el incremento de la brecha de pobreza, el deterioro medio ambiental, entre otros.

De la mano con lo anterior, los autores desarrollaron el concepto de “modo de vida imperial” o imperial mode of living. Esta noción, responde a la forma en que el aumento de la productividad, la prosperidad y el consumo, en términos materiales de los grandes centros capitalistas, dependen de la exorbitante extracción de recursos naturales y de la división internacional del trabajo, en un sistema que beneficia al Norte global. Este estilo de vida derivado del neoliberalismo, invisibiliza las relaciones de poder y de dominación presentes en el sistema; como resultado, ha llevado a un modo de vida “estable” y hegemónico que tiene sus cimientos en la destrucción ambiental y en la explotación laboral.

El “modo de vida imperial” es resultado de una construcción que consolidó relaciones de poder en el ámbito social y la naturaleza. Este estilo de vida, comenzó a ser puesto en práctica desde el fordismo con la implementación del sistema de producción en cadena, lo que puso en marcha una orientación hacia el Norte global y la idea del “buen vivir”, en donde ese convirtió en sinónimo de ingresos y el consumo. Así, desde inicios del siglo XX y de manera exponencial en la década de 1980, el “modo de vida imperial” es una idea que se extendió del Norte global hasta las clases medias del Sur global; lo que ha tenido como consecuencia una orientación hegemónica hacia el norte por parte de diversas sociedades del sur.

La orientación al Norte global y su expansión al Sur global, han causado una gran crisis ambiental en nombre del progreso y ésta, ha desencadenado otras crisis en los ámbitos político, económico y social. Estados y entidades supranacionales se han dado a la tarea de desarrollar estrategias para combatir la crisis; no obstante, la competencia y las estrategias de crecimiento económico se han intensificado, lo que ha aumentado la demanda de lo que Jason Moore llama Four Cheaps: fuerza de trabajo, alimentos, energía y materia prima, los cuatro elementos esenciales para la acumulación capitalista. Lo anterior, significa que el “modo de vida imperial” y su expansión alrededor del mundo, nos están acercando a los límites de la naturaleza capitalista.

La existencia del “modo de vida imperial” no significa que no existan las alternativas. Han surgido diversas maneras de replantear los límites a los efectos del sistema capitalista, la estabilización autoritaria del “modo de vida imperial” es una de esas formas. Por ello, se trata de explicar el ascenso de la derecha: porque promete defender los privilegios de las clases medias ante la crisis, promete la estabilización de un modo de vida al rechazar a las comunidades del Sur global que buscan mejores oportunidades en el Norte global. Asimismo, han surgido otras estrategias para lidiar con la crisis múltiple y los límites del capitalismo en la naturaleza, entre ellas el capitalismo verde.

Por medio de la teorización y aplicación de concepto de “modo de vida imperial”, los autores plantean que es posible entender por qué y cómo las relaciones de dominación trabajan y se consolidan; así, la comprensión y evaluación de las crisis actuales, los procesos de transformación que llevan y derivan de éstas, los posibles resultados y nuevas distorsiones de una nueva formación capitalista, las resistencias que luchan por el dominio y la hegemonía, así como alternativas progresistas, es lo que se propone “The Limits to Capitalist Nature. Theorizing and Overcoming the Imperial Mode of Living”. De esa forma, Brand y Wissen finalizan la introducción a su obra y presentan brevemente la estructura del libro.

En el capítulo 2, se introduce formalmente el concepto de “modo imperial de vida” para demostrar su utilidad en el entendimiento de la persistencia de prácticas basadas en el uso intensivo de recursos y energía, así como sus impactos sociales y ecológicos en un contexto Norte-Sur. El capítulo introduce categorías de la teoría regulacionista (modo de regulación) y toma una perspectiva histórica del concepto.

El capítulo 3 explora las discrepancias entre un aparente nivel alto de conciencia respecto a la crisis ecológica y el fracaso e insuficiencia de los cambios políticos y sociales para combatirla. Este apartado introduce los conceptos de societal nature relations y de regulation of societal nature relations. Asimismo, se identifica a los patrones de producción y consumo dentro de las prácticas institucionales y sociales, como el corazón del problema. Retoma los casos de China e India, y pone a la crisis ambiental internacional como una causa del ascenso de conflictos geopolíticos y económicos.

Por su parte, el capítulo 4 analiza la forma en que los principales actores capitalistas han cooptado movimientos sociales y han re-focalizando la producción siguiendo las líneas de una economía verde. El capítulo analiza cómo las propuestas pueden resultar en un capitalismo verde, con una modificación (pero no superación) en las relaciones de dominación y explotación de clase, genero, raza y las líneas Norte-Sur.

La tendencia a la valorización y a la financialización de la naturaleza como un componente para la posible evolución al capitalismo verde es tema abordado en el capítulo 5. El capítulo, retoma la valorización de la naturaleza como parte de una estrategia de clase que busca vencer la crisis, como un proceso políticamente mediado en donde los Estados juegan un papel fundamental, y como un modo imperial de vivir que se basa en el modelo del Norte global y da forma a las relaciones. Contribuye al debate de la valorización de la naturaleza desde la perspectiva de la ecología política, la teoría gramsciana de la hegemonía y la teoría crítica del estado internacionalizado.

Finalmente, en los capítulos 6, 7 y 8, los autores evalúan conceptos y estrategias que van más allá de la modernización de un “modo imperial de vida”; igualmente, hacen una crítica al mismo. En primer lugar, el capítulo 6 expone el concepto de “transformación socio-ecológica”, en donde se busca entablar una discusión que lleve al rompimiento de la lógica de acumulación capitalista. Subsecuentemente, el capítulo 7 retoma el tema de la democratización y su potencial para conducir transformaciones fundamentales en el ámbito socio-ecológico a partir del desmantelamiento de las relaciones sociales de poder y dominación. Por último, el capítulo 8 discute las implicaciones políticas que con llevaría una transformación y una democratización, como medio para superar el “modo de vida imperial”; cuestiona la viabilidad de las alternativas y plantea la necesidad de nuevos vínculos entre la producción y reproducción, entre el trabajo y los movimientos sociales.