The Great Reset Conspiracy Smoothie

Cita: 

Klein, Naomi [2020], "The Great Reset Conspiracy Smoothie", The Intercept, 8 de diciembre, https://theintercept.com/2020/12/08/great-reset-conspiracy

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Diciembre 8, 2020
Tema: 
Las teorías de la conspiración en el contexto de la pandemia benefician a la derecha.
Idea principal: 

Naomi Klein es una periodista, escritora y activista canadiense.


Naomi Klein advierte que escribir sobre The Great Reset (El gran reinicio) no es fácil, pues se ha viralizado como teoría de la conspiración. Según la autora, esta teoría tiene la pretensión de exponer algo que nadie intentó ocultar.

En junio de 2020, el Foro Económico Mundial (FEM) lanzó una iniciativa sobre la organización planetaria. Estaba claro que reunir a personas en Suiza para hablar sobre cómo aprovechar el poder de los mercados para acabar con la pobreza, no iba a ser un buen comienzo. Entonces, las energías se destinaron a planificar lo que el FEM llama The Great Reset. A través de artículos, videos, podcasts y un libro de Klaus Schwab (fundador del FEM) se apuntó hacia un cambio de marketing en el contexto de la pandemia de Covid-19: el Foro presentó un plan para revivir la economía global “buscando una mejor forma de capitalismo".

Klein argumenta que cualquiera que tenga un conocimiento superficial del FEM, sabe que éste ha tratado de cambiar la imagen del capitalismo para proyectarlo como un programa de restauración ecológica y alivio de la pobreza. Sin embargo, el FEM ha realizado una campaña transnacional para liberar al capital de todas las regulaciones y nacionalizaciones, lo cual contradice su discurso. Según Klein, Schwab identificó que si el FEM no cambiaba de estrategia, las demandas sociales seguirían creciendo.

Por ejemplo, en 2003 Schwab introdujo la tradición de que cada cumbre tuviera una temática. El nuevo tono del FEM se estableció realmente en 2005, cuando la actriz Sharon Stone convirtió la cumbre en una subasta de caridad improvisada para adquirir redes para combatir la malaria en Tanzania. Se recaudó 1 millón de dólares en cinco minutos.

The Great Reset es la última edición de los anteriores proyectos del FEM (desde Shaping the Post-Crisis World de 2009; Rethink, Redise, Rebuild de 2010; The Great Transformation en 2012 y Creating a shared future in a Fractured world en 2018). Klein menciona que si "Davos no estuviera buscando una mejor forma de capitalismo para resolver las crisis en espiral que el propio Davos profundizó sistemáticamente, no sería Davos".

En internet circulan teorías de la conspiración respecto a The Great Reset. Éstas señalan que Schwab y Bill Gates están aprovechando la inestabilidad creada por la pandemia para convertir el mundo en una dictadura de alta tecnología que le quitará la libertad a las personas. Esta idea mezcla una serie de conceptos e imágenes del ideario colectivo: una dictadura verde, socialista, Venezuela, Soros, vacuna forzada, implantes biométricos, 5G y más.

Klein señala que, lejos de una teoría de la conspiración, se trata de un licuado (smoothie) de conspiración: The Great Reset ha logrado mezclar una serie de elementos que se pueden encontrar en internet, con ideas de izquierda y de derecha, realistas y disparatadas. Estos elementos se han incluido en un "meta-grito incipiente sobre la naturaleza insoportable de la vida pandémica bajo el capitalismo voraz".

En este contexto, viene a colación el concepto "doctrina del shock", propuesto por Klein. Éste hace referencia a las formas en que las élites aprovechan los desastres profundos para impulsar políticas que les enriquezcan aún más y restringir las libertades democráticas.

Klein identifica una serie de ejemplos de la doctrina del shock puesta en práctica desde que la pandemia comenzó: los ataques de Trump a la arquitectura reguladora de Washington; la campaña intensificada de la secretaría de educación estadounidense Betsy DeVos para "elegir o no la escuela", en lugar de dar a las escuelas públicas los recursos que necesitan para mantener seguros a los niños, o la toma de poder de múltiples personajes clave de Silicon Valley, lo que ella denomina Screen New Deal.

De esta manera, Klein afirma que The Great Reset es un intento de las élites y las corporaciones por hacer creer al público que están dispuestas a dejar voluntariamente su codicia para tomar en serio la solución de la crisis que está desestabilizando radicalmente el mundo.

No obstante, varios comentaristas de derecha estadounidenses y políticos de Brasil, Australia y Canadá han promovido la idea de que The Great Reset es una conspiración. Laura Ingraham, Tucker Carlson y Ben Shapiro afirman que el socialismo verde está a punto de realizarse gracias a Schwab. Además, ven a The Great Reset como una etapa previa para establecer el Green New Deal impulsado por Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) y otros demócratas progresistas.

A este respecto, Klein cuestiona si sería posible que Schwab trabaje de la mano con AOC. Esta observación no tiene sentido, pero la autora resalta que la derecha estadounidense tiene estas preocupaciones porque Donald Trump ya no será presidente y el Green New Deal es popular.

Esto es preocupante para los políticos de derecha y las compañías petroleras que los respaldan. Es por eso que el primer alarmismo sobre The Great Reset provino del Instituto Heartland, think thank que se dedica a promover la negación del cambio climático.

Asimismo, Klein encuentra que las teorías de la conspiración se vuelven populares y se viralizan porque las personas han tenido que enfrentar el sacrificio individual en pro de la colectividad durante la pandemia, mientras los gobiernos han gastado miles de millones de dólares para respaldar los mercados y rescatar a las multinacionales.

En este tenor, la autora se enfoca en Alberta, Canadá, y en el político de derecha Jason Kenney. Kenney despidió a 20 000 trabajadores de la educación en marzo de 2020, supuestamente para cubrir los costos de la pandemia. También promovió un subsidio de 7 mil millones de dólares al oleoducto Keystone XL, a pesar de que la cuarentena creó un exceso masivo de crudo. En el otoño de 2020, despidió a 11 000 trabajadores de la salud, en un claro esfuerzo por utilizar la crisis de Covid-19 para abrir la puerta a una privatización parcial de la atención médica al estilo estadounidense.

Respecto a The Great Reset, Kenney se demostró en contra de la iniciativa de Klaus Schwab. El político canadiense describió al plan como una "bolsa de sorpresas de ideas de izquierda para menos libertad y más gobierno" e "ideas políticas socialistas fallidas".

Y aunque Kenney se apresuró a decir que The Great Reset no era una teoría de la conspiración y que el coronavirus es real, sus declaraciones fueron tomadas en serio por el creciente número de personas que están seriamente convencidas de que la Covid-19 es un engaño preparado por el FEM.

La autora menciona que esta situación hace difícil pensar el profundo realineamiento que la economía y la sociedad internacional necesitan después de la pandemia. Klein apunta que no se trata de una conspiración elaborada sofisticadamente sino, como Steve Bannon demostró con la campaña de Trump, la estrategia efectiva es desinformar a las personas y llenarlas con ideas sin sentido.

En la práctica, se observa que estas teorías de la conspiración reúnen elementos de extrema izquierda y extrema derecha colocadas sobre una bandeja de desinformación. Así, The Great Reset se presenta como el plan de Bill Gates para usar el ADN de las pruebas Covid-19 con el objetivo de convertir a Estados Unidos en Venezuela.

Finalmente Klein concluye que el hecho de que esto no tenga sentido beneficia a personas como Bannon y Kenney. Así, pueden luchar en contra los planes ecológicos que intentan sustentar y continuar la vida de la Tierra.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La pandemia llega en un momento en que el capitalismo se encuentra en decadencia. Sus contradicciones generan una serie de problemáticas socioeconómicas que se han visibilizado globalmente. En este sentido, la pandemia remata la situación inestable del mundo y acentúa los problemas que el capitalismo mismo crea. El artículo de Klein pone de relieve un nuevo intento de las élites gobernantes por establecer una narrativa que dé un nuevo aliento a la lógica del capital como modo civilizatorio frente a la pandemia con soluciones de mercado. En lugar de que se vislumbre una alternativa y un apoyo a la clase trabajadora, a los sistemas sanitarios y a la educación, se observa un momento de confusión y de reproducción de la desinformación que termina beneficiando a las multinacionales, a políticos y comentaristas reaccionarios, así como a las élites de derecha (sin olvidar a élites globalistas y neoliberales).