Facing the Anthropocene: An Update

Cita: 

Angus, Ian [2020], "Facing the Anthropocene: An Update", Monthly Review, 1 de noviembre, https://monthlyreview.org/2020/11/01/facing-the-anthropocene-an-update/

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Noviembre 1, 2020
Tema: 
Actualización de la obra "Facing the Anthropocene: Fossil Capitalism and the Crisis of the Earth System" de Ian Angus.
Idea principal: 

Ian Angus es un activista ecosocialista. Es autor de numerosos libros y artículos, incluidos A Redder Shade of Green y Facing the Anthropocene: Fossil Capitalism and the Crisis of the Earth System. Actualmente es editor de Climate and Capitalism.


Este artículo es una adaptación del epílogo a la edición alemana del libro de Ian Angus Facing the Antropocene, publicado en 2016, en el cual el objetivo del autor es crear un puente que una a las ciencias de la Tierra y al ecosocialismo.

El propósito de Angus con el epílogo a la edición más reciente de su obra es incorporar al análisis los avances en dos campos involucrados con la ciencia del antropoceno que no fueron explorados en la primera edición de Facing the Antropocene: la geología y las ciencias de la Tierra.

Formalización

El primero de estos nuevos aportes tiene que ver con la escala geológica del tiempo para definir al antropoceno. De acuerdo con Angus, en mayo de 2019 los miembros del Anthropocene Working Group votaron a favor de identificar el inicio de una nueva época -el antropoceno- en la mitad del siglo veinte. Esta propuesta modificaría la escala geológica del tiempo utilizada en 2016; no obstante, siguiendo a Angus, se requiere aún de mucho trabajo e información para que la propuesta de una nueva época geológica pueda ser formalizada y aceptada por la comunidad científica.

Las evidencias físicas identificadas por el Anthropocene Working Group para considerar el inicio de una nueva época son, por ejemplo, “depósitos de antropoceno” encontrados en Inglaterra que no existían o se consideraban anormales antes de la Segunda Guerra Mundial como desechos radioactivos, plásticos y cenizas de combustibles fósiles. Una segunda evidencia mencionada por Angus son los restos de pollos producidos para la alimentación humana, debido a que estos son “morfológicamente, genéticamente e isotópicamente distintos de los pollos domésticos antes de mediados del siglo veinte”. Esto último simboliza la transformación de la biosfera para adecuarse a la evolución de los patrones de consumo humano.

Más allá de la geología

El autor señala que es importante tener en mente que los debates sobre la aceptación del antropoceno son exclusivos de la geología, y que la idea de este como una nueva época en la historia planetaria se ha convertido en una parte clave del análisis del cambio global. Ejemplo de esto último es la aceptación del antropoceno como la actual era geológica por parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en el año 2018. Según Angus, esta declaración marca un avance importante en el trabajo de esta organización ya que da paso a visualizar al cambio climático como una emergencia global que amenaza la relación metabólica entre la sociedad y el resto del Sistema Tierra.

¿La Ciencia del Antropoceno culpa a toda la humanidad?

Para responder a las críticas derivadas del entendimiento del término antropoceno como un concepto que responsabiliza a toda la humanidad por la crisis ambiental global (debido a que anthropos significa humano en su raíz griega), Ian Angus retoma dos artículos en los cuales la comunidad científica del antropoceno ha subrayado que las presiones al sistema Tierra provienen principalmente de la población de mayores ingresos y de los países más ricos, no de la sociedad en su conjunto. El autor señala que, si bien dichos artículos no constituyen análisis ecosocialistas perfectos, ayudan a desmitificar la idea según la cual la ciencia del antropoceno culpa a la humanidad entera de la crisis ambiental.

¿Hacia la Tierra de Invernadero?

En esta sección, Ian Angus retoma sólo algunos de los datos más recientes que evidencian que la biosfera se degrada a un ritmo sin precedentes. Paralelamente, menciona que el antropoceno es más que la acumulación de problemas ambientales ya que este significa una crisis del sistema Tierra materializada en la disrupción de sus procesos biológicos, químicos y físicos, los cuales, a su vez, se interfieren y desestabilizan unos con otros. Angus centra su atención en esta última dinámica ya que, según apunta, algunas de las investigaciones actuales más importantes subrayan que la desestabilización recíproca de los procesos de la Tierra puede desencadenar la perturbación del sistema en su conjunto.

El autor señala que algunos de los científicos del sistema Tierra más connotados han identificado diez procesos que se pueden ver radicalmente acelerados con pequeñas alzas en la temperatura. Estos son: el deshielo del permafrost, la liberación de hidratos de metano en el fondo del océano, la absorción de dióxido de carbono terrestre y oceánico debilitado, el aumento de la respiración bacteriana en los océanos, la muerte regresiva de los bosques amazónicos y boreales, la reducción de la capa de nieve del norte, la pérdida de hielo marino del Ártico y/o Antártico y el derretimiento de las capas de hielo polares.

Además de que cada uno de estos procesos puede acelerar el calentamiento global por sí mismo, Angus señala que, de traspasar cierto límite, cualquiera de ellos puede acelerar otros en un "efecto cascada". De suceder este efecto cascada, el resultado será una “Tierra Invernadero” en la cual las condiciones serán inhóspitas para los humanos y para la mayoría de las especies contemporáneas.

Asimismo, el autor retoma otro estudio publicado en Science para argumentar que exceder un punto de inflexión en un ecosistema empuja a otros “al límite” -incluso a ecosistemas distantes. Angus complementa lo dicho en ese artículo con otro publicado en Nature en el año 2019, donde se argumenta que si estos efectos cascada ocurren, no se puede descartar un punto de inflexión global que amenace existencialmente a la civilización y cuya temporalidad puede estar fuera de nuestro control.

Ian Angus cierra afirmando que al posicionar al cambio climático en el contexto del antropoceno se desafía a la visión que pretende resolver al calentamiento global mediante cambios menores y reformas de mercado. Es así que Facing the Anthropocene tiene por objetivo señalar a los cambios en el capitalismo durante y después de la segunda guerra mundial como una “red interrelacionada de fracturas globales” (retomando la noción de fractura metabólica de Karl Marx). “El mayor desafío al que se enfrenta nuestra generación es curar esas inmensas rupturas en los sistemas de soporte vital de la Tierra antes de que sea demasiado tarde.”

Datos cruciales: 

1. Los cinco años más calurosos de los que se tiene registro son 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019.
2. Las poblaciones de insectos terrestres han disminuido 25 por ciento desde 1990.
3. La capa de hielo en el verano en el océano Ártico está disminuyendo casi 13 por ciento al año.
4. Aproximadamente 90 por ciento de las poblaciones de peces marinos se encuentran totalmente explotadas, sobreexplotadas o agotadas.
5. Dependiendo de la ubicación, el suelo fértil se erosiona entre diez y cien veces más rápido que el tiempo que tarda en formarse de nuevo.
6. En promedio, un área de árboles del tamaño de Reino Unido se perdió entre 2014 y 2018.

Trabajo de Fuentes: 

Lenton Timothy et al. [2019], “Climate Tipping Points—Too Risky to Bet Against”, Nature, 27 de noviembre, https://www.nature.com/articles/d41586-019-03595-0

Steffen, Will [2019], “Mid-20th-Century ‘Great Acceleration,’” Jan Zalasiewicz et al. (eds), The Anthropocene as a Geological Time Unit, Cambridge, Cambridge University Press, pp. 254–260.

Will Steffen et al. [2018], ”Trajectories of the Earth System in the Anthropocene”, Proceedings of the National Academy of Sciences, August 6, 8252–59.

Juan C. Rocha et al. [2018], “Cascading Regime Shifts within and Across Scales,” Science, December 21, 1379–83.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Facing the Anthropocene, aunado a las investigaciones recientes de Ian Angus, dan cuenta de que la raíz del colapso ambiental es la relación humano-naturaleza en el marco del modo de producción capitalista. El epílogo a la nueva versión alimenta la obra de Angus con gran cantidad de datos provenientes de las ciencias de la Tierra que ayudan a visualizar el devastador panorama al que nos acercamos si no se actúa rápido. Sin embargo, también es importante voltear a ver los cambios en las configuraciones sociales como el aumento de la polarización económica y el negacionismo climático; un ámbito al que Ian Angus hace alusión, pero al cual parece dejar en un segundo plano en el trabajo de actualización de su obra.