Dispossessions in Historical Capitalism: Expansion or Exhaustion of the System?

Cita: 

Bin, Daniel [2019], "Dispossessions in Historical Capitalism: Expansion or Exhaustion of the System?", International Critical Thought, 9(2): 194-213.

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Febrero, 2019
Tema: 
Capitalismo: acumulación general que provoca que el sistema se expanda y se límite al llegar a su nivel máximo
Idea principal: 

Daniel Bin es un profesor brasileño que trabaja en la Universidad de Brasilia. Ha escrito publicaciones relacionadas con la “democracia deliberativa”, “la macroeconomía” y la “microeconomía” vinculadas al modelo del neoliberalismo económico y político.


Introducción

Daniel Bin hace un análisis acerca del comportamiento del sistema capitalista con base en la acumulación general y los diferentes niveles en los que actúa. Esto remarcando que el modelo neoliberal, a pesar del discurso que promociona acerca de una economía más justa y eficiente, la reducción del papel estatal en su control genera límites en la acumulación de capital haciéndola menos generativa. En ese sentido el autor hace hincapié en los procesos de despojo, importantes para la existencia del capitalismo ya que, si no se encuentran nuevas formas de producción a los métodos de acumulación y no se tiene una cantidad considerable de mano de obra, el sistema no será capaz de sostenerse por sí mismo.

Igualmente, aunque esta cuestión aviva la pertinencia de la investigación marxista clásica cuyo enfoque gira en torno a “la explotación laboral”, Daniel Bin puntualiza la relevancia en el tema del "despojo", pues éste va provocando el agotamiento del sistema que enfrenta obstáculos establecidos por su propio desarrollo. Esto debido a que cuando el sistema capitalista se expande, la oferta de la tierra y la mano de obra se reducen, por consiguiente, los costos de producción incrementan. Y la manera de afrontar estos incrementos es añadir más capital constante y más fuerza del trabajo al sistema. Sin embargo, “estos procesos enfrentan límites como la resistencia por parte de aquellos dañados por el despojo”.

Es por eso que Daniel Bin, tomando en cuenta estas cuestiones acerca del capitalismo, crea una hipótesis relacionada con el despojo de los medios de subsistencia y producción. Éste se ve a través del capitalismo tardío y representa un agotamiento del modo de producción por sí mismo. Dicha cuestión se evidencia por los límites del espacio y las posibilidades de ampliación (el sistema se aproxima a la plena capitalización y proletarización), lo cual también genera la oposición de aquellos potencialmente desposeídos.

Así pues, el autor divide el artículo en cuatro partes. En la primera, se encuentra la introducción previamente explicada. En la segunda, se menciona la interpretación del debate actual sobre los despojos, remarcando distinciones teóricas específicas para entender la relación entre el despojo, sus variaciones, formas y mecanismos con la acumulación capitalista. En la tercera, se muestra la diferencia entre el capitalismo como abstracción conceptual y como sistema histórico. Dicho argumento crea un marco de referencia para la comprensión de la cuarta sección que puntualiza el papel del nivel de sistema-mundo en la investigación, mostrando los procesos de despojo como parte integral del sistema de expansión.

La llamada acumulación por despojo y expansión del despojo

Con respecto a la concepción marxista de la acumulación capitalista, Bin considera que ésta es la consecuencia de una relación que se basa en el distanciamiento de los propietarios de los medios de producción y los que tienen su propia fuerza de trabajo. Cabe destacar que estos propietarios independientes se encuentran libres de cualquier “lazo de servidumbre” y a la vez están separados de los medios de producción. Esto les permite vender fuerza de trabajo al mercado y como resultado el capitalismo se encarga del proceso productivo a través de un excedente sobre el valor de la fuerza de trabajo obtenida.

Tomando esto como referencia, es relevante mencionar que la acumulación capitalista según la teórica marxista Rosa Luxemburgo, se trata de una situación en la que el dinero se transforma en mercancía y a través del trabajo se modifica en una mercancía más valiosa. Posteriormente, ésta es vendida en el mercado con una ganancia. Dicho proceso es descrito como “espiral”, puesto que en cada ciclo hay un incremento de dinero.

En este punto, Daniel Bin cita a Karl Marx para agregar “la forma clásica de la acumulación primitiva” al análisis. Él puntualiza que esta forma fue “la expropiación de tierras de siervos feudales que dejaron el campo para el mercado laboral vinculado a la industria textil que surgió en Inglaterra entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI”. En esa época se dio la expropiación masiva de campesinos por 150 años. Situación que aumentó en el siglo XVI, con la “Reforma sobre Expropiación de Propiedades” llevada a cabo por la institución de la Iglesia Católica. Luego, a finales del siglo XVII ya no había ninguna propiedad de tierra ocupada por los campesinos. Como resultado de este proceso de expropiación, se desencadenó una acumulación capitalista atinada desde la expropiación de tierra comunales que provocó que los campesinos tuvieran que moverse a las ciudades y convertirse en proletarios.

En ese sentido, “la acumulación primitiva” fue la piedra angular que inició la centralización de los medios de producción, cuestión que provocó la proletarización y la capitalización de medios de subsistencia (anteriormente poseídos por productores locales). Con base en esto, Bin utiliza una fórmula para relacionar la acumulación primitiva y la acumulación capitalista con la primitiva. Ésta es la tasa de ganancia (s / [c + v]) y permite delimitar que “la acumulación primitiva” creó al capital variable (v) y al capital constante (c), dejándolos disponibles para que los capitalistas obtuvieran una plusvalía mediante la producción. Entonces, esta acumulación primitiva, por medio del capitalismo transformó a los “productores directos” en productores que dependian de los salarios y de los medios de subsistencia y producción en “capital”.

Este modelo de producción capitalista ha provocado varias críticas. Por un lado, el filósofo francés Louis Althusser menciona que esta idea puede describirse a nivel abstracto, pero que en la práctica se trataría de un proceso continuo. Por otro lado, la socióloga alemana Saskia Sassen señala que el pronunciamiento victorioso del libre mercado y del neoliberalismo, como la mejor forma para impulsar el crecimiento económico, sentó las bases para la financiarización de la economía, que ha traído de regreso a la "acumulación primitiva". No obstante, algunos otros autores consideran que la acumulación primitiva tiene un carácter continuo y que ésta representa la base de la construcción social en la que hay una explotación laboral.

Sobre esta línea, se hace referencia al concepto de Acumulación por Despojo (AbD, por sus siglas en inglés) del geógrafo David Harvey. Éste consiste en el uso de métodos de acumulación originaria para mantener un sistema capitalista. Sin embargo, el concepto supone una explicación borrosa sobre los elementos de la acumulación expandida. Es por eso que Michael Levien, siguiendo la definición del “uso de coerción extraeconómica para expropiar a los medios de subsistencia y de producción”, dice que la AbD contribuye a eliminar las barreras de la acumulación para el capitalismo. No obstante, la concepción de Levien señala que la AbD no se vincula a todo el proceso de acumulación. Así, Bin concluye que “el despojo no conduce automáticamente a la acumulación expandida”.

Bin, usa el concepto de acumulación primitiva de Marx, para criticar la AbD de Harvey puntualizando que, con base en su fórmula de tasa de ganancia, la circulación del dinero se estanca y la valorización del capital igual, por lo que se ve una redistribución de excedentes que no incrementa el capital constante (c), ni el capital variable (v). En ese sentido, Bin propone tres conceptos para resolver dicho problema teórico. Estos están relacionados con el despojo y se diferencian por la conexión que tienen con la “acumulación capitalista” y “el impacto en la tasa de ganancia”.

En primer lugar, está el Despojo Redistributivo (RD, por sus siglas en inglés) que cuenta con vías de apropiación, producción o subsistencia, pero no implica procesos de “proletarización”, “capitalización” y “mercantilización”. Igualmente, la unión del RD con el proceso general de la acumulación capitalista se describe como una dependencia del RD con esa acumulación. Con esto puede explicarse que el RD se trata de una redistribución de capital c o v, o de excedentes agregados anteriormente. Así, mencionando los procesos descritos anteriormente, el RD retiene los excedentes, pero no aumenta la capitalización, mercantilización ni la proletarización.

Lo que Bin llama “el Despojo Expansivo” tiene que ver con la manera en que la proletarización introduce a la explotación laboral. Dicha noción da luz a la expropiación de campesinos que han sido despojados para el desarrollo de sitios económicos, principalmente en zonas rurales, como es el caso de países como India. Y, aunque quepa la posibilidad de que los despojos no incrementen el porcentaje de trabajadores desplazados en producción, éstos siguen presentes. Dada esta situación, los empleados que no eran tan dependientes del trabajo asalariado y que han sido agregados al mercado laboral, sufren una disminución de salarios de los que ya habían sido contratados tiempo atrás.

Aunado a esto, “el crecimiento de reserva de la mano de obra provocado por el despojo de los medios de subsistencia tiene un papel en el aumento de la tasa de beneficio (s / [c + v]) por medio de la disminución de (v)”, (Bin, 2019). En ese sentido, la tasa aumenta por medio de la disminución del capital constante.

Tomando esto como referencia, el segundo concepto teórico es la capitalización. Ésta se basa en transformar los medios de producción o medios de subsistencia que no son capitalistas per se, como elementos constitutivos del Despojo Capitalista Expansivo (ECpD). Es relevante tomar en cuenta que la capitalización sigue moviendo a los productores directos de la tierra contribuyendo a la acumulación de capital. No obstante, al expandirse los medios de la capitalización, cada vez hay más desplazados con el fin de crear nuevos grandes proyectos que funcionen como medios de producción. Es aquí donde el término de ECpD juega un papel importante, ya que crea una combinación de proletarización y capitalización que provoca una reducción de costos de capital variable (V) y también de capital constante (c) y aumenta la tasa de ganancia.

Asimismo, Bin plantea otro medio para causar este efecto en la tasa de ganancia que es la “Expansión del Despojo de Mercancías” (ECmD). Ésta se refiere a la mercantilización de medios de subsistencia sometiéndolos a un intercambio de valores. Es relevante destacar que una necesidad por el acceso universal de estos medios ha incrementado, debido a la privatización de servicios anteriormente financiados por el estado. La ECmD ayuda a la creación de industrias que cubren servicios como la educación, la salud y las pensiones, cuyo razonamiento gira en torno al traslado hacia el intercambio controlado por los costos de producción.

Dicho de otra manera, la ECpD se refiere a la “capitalización” y la ECmD a la “mercantilización” pero ambos despojos contribuyen a la proletarización, pues los dos están vinculados a la acumulación capitalista y buscan lugares y condiciones para su expansión. Igualmente, ambos modifican la “tasa de ganancia agregada”, disminuyendo los costos de (v) y (c). Con base en esto, el ECpD “es el despojo de medios de subsistencia y producción que aumenta la proletarización y la capitalización, pero no implica mercantilización”, (Bin, 2019), mientras que la ECmD plantea lo mismo, remplazando a la capitalización por la mercantilización. Añadiendo al RD a la discusión, la diferencia entre éste y los otros dos despojos es que el ECpD y el ECmD preparan el ambiente para la explotación, sin embargo, el RD no lo hace.

Capitalismo abstracto y capitalismo histórico

Ahora bien, cuando se elige al capitalismo como objeto de estudio y se utiliza al enfoque marxista para analizarlo, es importante mencionar la diferencia entre ver al capitalismo como un “modo de producción”, poniéndolo en un nivel abstracto y como sistema histórico en una dimensión concreta. Dicha distinción fue fundamental en el debate sobre el carácter del desarrollo económico de América Latina llevado a cabo entre las décadas de 1960 y 1970. Este altercado se dio entre el grupo que consideraba a las sociedades latinoamericanas como feudales y el grupo que las veían como capitalistas. El primero de ellos era descrito como opositor al cambio y no estaba compuesto por una economía de mercado. En cuanto al segundo, éste ya había alcanzado la etapa capitalista. Incluso, algunos expertos mencionan que América Latina ha sido capitalista desde la época colonial.

El escritor postmarxista argentino Ernesto Laclau, refiriéndose a esta distinción entre el feudalismo y el capitalismo, considera que ambos enfoques ven al enlace de la región con el mercado como un factor que define dicha diferencia. Esta crítica va encaminada a lo que el sociolólogo alemán, Andre Gunder Frank llama sistema capitalista como un sistema capitalista mundial, cuyo intercambio de mercancías se introdujo profundamente al “mundo subdesarrollado”. Empero, pese a que Laclau coincidía con Frank en la influencia de la economía de mercado en América Latina, este autor no estaba de acuerdo con la idea del sociólogo alemán de que este tipo de economías fueran consideradas "capitalistas".

Sin embargo, Laclau tiene críticas negativas acerca de la idea de Frank de que su concepción del capitalismo era similar a la Marx, puesto que para el economista alemán el capitalismo era un modo de producción. Asimismo, no habría capitalismo en el sentido marxista donde no hubiera mercado laboral. Este punto de vista se asemeja al del sociólogo ecuatoriano, Agustín Cueva en la zona latinoamericana. Para Cueva, el modo de producción capitalista puede estar únicamente formado de propiedad capitalista de los medios de producción, así como de la creación de fuerza de trabajo libre.

Sobre este tipo de análisis, se propone que el modo de producción capitalista puede alcanzarse a nivel teórico. Pareciera que éste podría considerarse como un “tipo ideal” en un sentido abstracto. En ese sentido, Althusser, al igual que Cueva, indica que este término de “modo de producción” hace que los estudiosos del capitalismo entren en una confusión en los niveles de análisis y lo malinterpreten, puesto que “mientras más abstracto sea el modo de producción, más concreta será la formación social”, (Cueva, 1979).

Laclau, por su parte, hace un apunte relevante, pues, menciona que el modo de producción se refiere a un todo integrado de fuerzas y relaciones sociales productivas, mientras que el sistema económico tiene la capacidad de añadir a los modos de producción. En cuanto al nivel de formaciones sociales, existe un movimiento entre los modos de producción, no obstante, la diferencia en el ámbito teórico se muestra por medio de la existencia del elemento de “libre trabajo asalariado”.

Empero, el modo de producción visto desde esta perspectiva, no toma en cuenta que el capital se encuentra en una categoría histórico-filosófica, es decir la diferencia histórica resulta constitutiva para éste y le añade otro sentido más allá de ser solo una abstracción. “El proceso de verdadera abstracción es simultáneamente un proceso de concretización de la definición de leyes históricas específicas”, (Banaji 1977). Un ejemplo de esto podría ser el trabajo asalariado que puede cambiar de entrar en una categoría abstracta a una histórica.

A este respecto, hay que tomar en cuenta que las cuestiones abstracto-espaciales sugieren la pureza del elemento a estudiar como central, alejando al concepto de contexto que ayuda a explicarlo. Es por eso que remarcar la diferencia entre lo concreto y lo abstracto provocaría la separación de la historia de lo abstracto. Por tanto, la abstracción y la verificación histórica son considerados como procesos “dialécticos”. Sin embargo, el capitalismo, no es un concepto sino un fenómeno histórico que cambia según la aplicación que se le dé y el lugar donde se estudie.

“Al momento de localizar el modo de producción se plantea un problema en el nivel de análisis en términos de lo que sería una formación social”, (Bin, 2019). No es claro si éste podría ser determinado como una unidad productiva, una región o un estado, pero cuando se trata una de acumulación a nivel global, ninguno de estos conceptos es una opción redituable.

En ese sentido, el sociolólogo Jorge Gibert pone un ejemplo concreto de esto a partir de la fase colonial en América Latina (AL). Pese al control feudalista y esclavista en el sistema de producción, la estructura económica importante del sistema capitalista mundial también tenía cabida en la región. A diferencia de la forma de pensar del señor feudal, el latifundio colonial no tenía como meta ser autosuficiente, sino producir para un mercado externo. Añadiendo al economista estadounidense Immanuel Wallerstein en este argumento en dicho periodo, el teórico del sistema-mundo destaca a la historia y a la geografía en el estudio del capitalismo.

Sumándose al punto de vista de Laclau acerca del sistema feudal, Wallerstein recalca que algunos países de Europa Occidental a finales del siglo XVII contaban con empleados sin tierra, mientras que en la región de AL los trabajadores eran más bien “siervos”. La cuestión a considerar aquí es si sería pertinente ver a estas dos partes como modos de producción separados o como una sola unidad económica mundial, preguntándose cuál sería el modo de producción de esta única unidad.

Wallerstein responde a estas interrogantes mencionando que el capitalismo no se refiere a un sistema que se encuentra dentro de un solo estado, más bien se ubica en un sistema-mundo. Es por eso que el mundo económico moderno solo puede tomarse en cuenta como capitalista, con base en un nivel de análisis que viene del “sistema-mundo capitalista”. Asimismo, cabe precisar que las distinciones espaciales dentro de este sistema siempre serán capitalistas por la existencia de “la división del trabajo” entre el centro, la semi-periferia y la periferia. En este punto, la exterioridad al capital respecto al fenómeno de “despojo” no permite la definición no capitalista. Incluso, estos despojos no son acumulativos, pero sí capitalistas por los procesos de acumulación en los que contribuyen a nivel internacional.

A este respecto, los teóricos del sistema mundial creen que en la noción del capitalismo, el desarrollo histórico está por encima de la geografía. Esta situación es notable cuando se habla de la cuestión de las "cadenas mercantiles". Elementos de procesos de producción vinculados donde ambos son capaces de expandirse de una manera geográfica. Éste está relacionado con la geografía y el desarrollo histórico porque consiste en traspasar fronteras, por las múltiples formas de control laboral que se incluyen en el desarrollo histórico del capitalismo. Aunado a esto, de acuerdo con Wallerstein, "en términos de control laboral, en el capitalismo temprano existía una diferencia entre el trabajo libre en el núcleo del sistema y el trabajo forzado en sus áreas periféricas", (Wallerstein, 2011).

Ahora bien, a pesar de que la incapacidad de excluir este trabajo forzado, el que sea menos relevante en el ámbito económico que en el periodo esclavista quiere decir que actualmente éste se encuentra en los niveles de proletarización. Como es el caso de los cambios en la producción del Norte y del Sur en busca de mano de obra más económica. En ese sentido, Wallerstein considera que el capitalismo empieza como sistema mundial y debe continuar como uno. Un ejemplo de esto puede verse con la ex Unión Soviética que a pesar de considerarse “comunista” debía seguir siendo parte del sistema-mundo capitalista, debido a que dependía de la maquinaria avanzada y los bienes de prestigio con los que esta región contaba.

Volviendo al tema del concepto de “despojo”, éste debe de considerarse como un sistema histórico que abarca a la economía mundial en su conjunto. “Solo a ese nivel se pueden entender las relaciones entre la expansión de los despojos y los procesos de acumulación capitalistas”, (Bin, 2019) pues es aquí donde los despojos son considerados como externos al capitalismo, al borrarse del sistema. No obstante, el capitalismo es dependiente de estos despojos para poder extenderse y mantener su acumulación. Tomando esto como referencia, Bin explica la forma en que el análisis del sistema-mundo puede facilitar la comprensión de la relación orgánica entre la acumulación capitalista por medio de la explotación laboral y los despojos que podrían fundamentar esta cuestión.

Expansión del despojo en el sistema-mundo

Al cuestionar el hecho de que el punto de producción es el lugar central de la acumulación del capital, se da una crítica en el argumento de que el sistema-mundo se centra en la circulación en vez de en la producción. Así pues, Robert Brenner, director del Centro de Teoría Social e Historia Comparativa, al no estar de acuerdo con el capitalismo representado como una "división del trabajo" basada en el comercio, puntualiza que “la producción con fines de lucro a través del intercambio” tendrá el efecto sistemático de acumulación y desarrollo de fuerzas productivas únicamente "donde el trabajo haya sido separado de la posesión de los medios de producción y donde los trabajadores se hayan emancipado de cualquier relación directa de dominación”,(Brenner, 1977). Posteriormente se pregunta si hay una necesidad de producir en tiempo y trabajo socialmente necesarios para la supervivencia y para afrontar el nivel de productividad que se requiere para proteger a la supervivencia continua del capitalismo.

En ese sentido, en la primera parte del análisis, Brenner habla de la noción del “trabajo libre” como diferencia al capitalismo. Aquí, Wallerstein puntualiza la relevancia del nivel de economía mundial, pues el trabajo solo puede existir a este nivel. Así pues, en lugar de utilizar el concepto de “economía mundial”, Brenner lo transforma a lo “socialmente necesario”. Sin embargo, el problema con esto es la confusión que se mencionó anteriormente entre lo abstracto y lo histórico, implicando un modo de producción abstracto al hablar de lo “socialmente necesario”.

Por lo que se refiere a la segunda parte del discurso, Brenner toca la disputa entre la abstracción y la concreción dentro de la teoría marxista clásica. Ésta se refiere a la venta libre de fuerza de trabajo de los empleados por el costo de reproducción y que posteriormente se haga un trabajo real que provoque un excedente sobre el valor de la fuerza de trabajo ya comprada. Empero, dicho argumento únicamente encaja con el nivel de lo “socialmente necesario”, pues el capitalismo histórico no entra aquí, por los modos de control laboral en los que se basa su funcionamiento actual. Al mismo tiempo, en términos de tasa de ganancia, en el sistema-mundo hay diversos resultados posibles para la tasa. “En el capitalismo histórico, la abstracción de los trabajadores pagados al costo de su reproducción, da lugar a la concreción de los salarios reales, incluyendo la posibilidad de ningún salario”, (Bin, 2019).

Sin embargo, Brass considera que el mapa de la proletarización se encuentra incompleto. Él subraya que no hay ningún inconveniente para el trabajo de los productores capitalistas de empleados no libres en momentos donde ocurre una coyuntura entre el productor y el consumidor, cuestión que se da cuando la acumulación es global. En dicho nivel, podría mencionarse que el capital cuenta con la confianza y el poder disponer del trabajo. Es decir, “ahora pueden tomar en cuenta a un ejército industrial de reserva de trabajo, pues los empleadores no tienen que acoplarse más a los intereses de los trabajadores”, (Brass, 2010). Dicho de otra manera, el capitalismo encarna en condiciones para que propia desaparición.

Por esta razón, es posible que el capitalismo igualmente sea lógicamente incompleto en términos de proletarización, mercantilización y por la libertad parcial de los factores de producción, éste también estaría incompleto en la noción de capitalización. Dicho elemento se refiere a los procesos que se llevan a cabo para la creación y reproducción del capitalismo. De esta forma, los “despojos” juegan un papel importante en la expansión, ya que al momento de incluir al nivel de relaciones sociales estos participan como una “fuerza creadora” en ellos.

Así pues, los obstáculos del desarrollo del capitalismo delimitan los espacios en los cuales el capital deberá esforzarse para establecer lugares con el fin de expandir la acumulación. Este es el motivo por el cual, el capitalismo histórico se relaciona con maneras sucesivas de acumulación por desposesión en cada etapa del desarrollo de su sistema. Tal es el caso del capitalismo atlántico que intentó dominar al mundo por medio de bases de despojo de las regiones periféricas.

De modo que, los orígenes sociales de algunos estados como Australia y Canadá que han experimentado los procesos simultáneos de expansión geográfica del capitalismo europeo y la creación de nuevas regiones dentro del mercado ampliado, han tenido que construir nuevos límites en el marcado mundial capitalista. Además, de que esta expansión ha implicado el despojo de tierras de las comunidades locales, vinculando la formación del estado colonial con el proceso de acumulación primitiva.

El profesor Philip McMichael, por su parte hace hincapié en un aspecto relevante de la relación entre el capitalismo a nivel sistema-mundo y de las relaciones sociales a nivel local. Para el autor, el trabajo de régimen de servidumbre y la imposibilidad de aumentar el proceso laboral crea la diferencia entre la acumulación primitiva y la capitalista. En ese sentido, él desarrolla su argumento en un sistema-mundo refiriéndose a una división imperial del trabajo tomando como caso a Gran Bretaña y Australia. Según el concepto de Wallerstein sobre la división del trabajo del centro a la periferia, ambos conforman un sistema capitalista mundial. Como consecuencia, por una parte, la acumulación en expansión no resulta acumulativa, pero por otra parte el capitalismo depende de ella para expandir su acumulación.

Con base en este discurso, la acumulación primitiva es el proceso que crea condiciones previas a la producción capitalista refiriéndose al mantenimiento de las condiciones necesarias para la reproducción de la acumulación capitalista. “Esto indica que ni el capitalismo ni los procesos de expansión del despojo están contenidos dentro de fronteras geopolíticas”, (Bin, 2019), ya que desde el comienzo del desarrollo del capitalismo como sistema-mundo, el despojo ha contribuido a su expansión geográfica. Esto considerando que el capitalismo se ha expandido a través de procesos económicos de producción y circulación de mercancías, pero también por medio de despojos mundiales.

En este aspecto, podrían ponerse por caso varias situaciones relacionadas con el desojo de tierras y opresión de personas. La región de América Latina colonial es el ejemplo por excelencia de esto, al igual que las nuevas tierras de Norteamérica. La primera etapa de la acumulación primitiva de Estados Unidos se dio por medio del robo de tierras nativas y el reclamo de tierras que no se utilizaron. Y, si se proyecta esta cuestión en el escenario actual, ha habido manifestaciones locales que se pronuncian en contra de las consecuencias de los movimientos del capital a nivel mundial, (Dato crucial 1).

En resumen, del despojo relacionado con el nivel del sistema-mundo, conviene subrayar que cuando se describe a un territorio como capitalista es aplicable únicamente cuando se estudia parte por parte, puesto que si éstas se unen ya no hay lugar para la distinción entre lo que es capitalista y lo que no lo es. Así pues, Bin se basa en el marxismo ortodoxo para distinguir las relaciones capitalistas de las no capitalistas y lo sitúa en este nivel de economía mundial para relacionarlo con otros procesos económicos. Lo que se ve es que mientras que el trabajo asalariado y "los estándares de vida relacionados tienen a los países centrales como escenario principal, el capitalismo opera a nivel del sistema-mundo en búsqueda de mano de obra, materia prima y tierra más baratos", (Bin, 2019).

Es ahí cuando se considera que los procesos de expansión de despojo ayudan a la comprensión del crecimiento del capitalismo, agregando más fuerza de trabajo y capital. No obstante, es importante indicar que el proceso no es interminable y la magnitud y velocidad del capitalismo proyectan su propio destino.

Despojo expandido y exhaustivo

Ahora bien, el agotamiento capitalista se conecta con la expansión despojo, ya que ésta puede provocar su desarrollo, según la magnitud que tenga. Esto pone como primera hipótesis que el mundo económico capitalista resulta no estar completo mientras la proletarización que fue mencionada anteriormente, no esté completa. Por consiguiente, como segunda hipótesis, los medios de subsistencia y producción no se encuentran incluidos en el camino de la acumulación de capital. En este contexto, remarcando la tercera hipótesis, el sistema se predispone hacia la integridad hecha por medio de la incorporación de productores directos y medios de producción a los procesos de acumulación en su conjunto. Y cuando esto ocurre o el capitalismo llega a un punto insostenible, el sistema colapsa por la naturaleza económica del mismo capitalismo.

Empero, tomando en cuenta esta hipótesis, es esencial resaltar que esto no solo se refiere a un sistema económico, sino a un sistema sostenido y amenazado por la cuestión política. “Cuando las luchas políticas van más allá de una lucha de clases por la explotación laboral para convertirse en luchas que también aborden el despojo, pueden surgir nuevas amenazas al capitalismo”, (Bin, 2019).

El hecho de que el capitalismo se incline a la proletarización tiene como fin la extensión de trabajo más productivo para aumentar excedentes. No obstante, es probable que el capitalismo nunca haya podido alcanzar una proletarización total. Pues, ésta ha disminuido los beneficios por el aumento de los costos laborales, entonces el sistema intenta incorporar más proletariados al proceso para no depender de una mano de obra proletarizada. En otras palabras, el capitalismo histórico depende de los niveles de proletarización señalados por ayuda social que da el estado como herramienta para que la producción interna se encuentre más allá del trabajo asalariado en el que los productos puedan persistir.

El funcionamiento del capitalismo hace que busque “trabajo” constantemente. Pero, esto provoca que el mismo sistema se imponga obstáculos en el aumento de costos laborales. “Cuanto más mano de obra necesiten los capitalistas, más capaces serán los trabajadores de impulsar precios más altos de la fuerza de trabajo”, (Bin, 2019). Wallerstein a este respecto señala el destino del sistema-mundo moderno apuntando que se ha alejado del equilibrio y limita la acumulación de capital. Para el teórico existen tres costos fundamentales del proceso de producción, los costos de personal, los costos de insumos y los impuestos. Estos han ido creciendo y llegado a un punto en el que resulta difícil que el sistema regrese a ese equilibrio. Tomando esto como referencia, algunos capitalistas usan procesos de acumulación por despojo con el objetivo de crear nuevos lugares en los que capital ya esté estancado, mientras que otros utilizan los procesos para tener insumos humanos y materiales que permitan acrecentar ganancias.

En cuanto a los poderes y las empresas transnacionales, éstas buscan eliminar “la escasez relativa” por medio de procesos de acumulación por despojo para contar con suficiente cantidad de suministro de mano de obra o materia prima. Esto muestra que el despojo puede utilizarse como herramienta para afrontar las crisis estructurales que deje el capitalismo. Es por esta razón que, a nivel económico mundial, se cree que dichos movimientos evidencian al despojo como forma de supervivencia de la expansión capitalista, pero también por su estancamiento. Cabe mencionar que los obstáculos históricos y geográficos resultan importantes en la limitación de la expansión del sistema, pues sus límites materiales y sociales determinan un momento en que la expansión ya no será posible. Tal es el caso de la desruralización que afecta al campo y a las zonas urbanas.

Al mismo tiempo, conviene agregar otro ejemplo más preciso sobre el agotamiento de despojos que no provocan una expansión. De acuerdo con el geógrafo David Harvey, “la incapacidad de acumular mediante la reproducción ampliada en una base sostenida ha ido acompañada de un aumento de intentos de acumular por desposesión”, (Harvey, 2003). Sin embargo, es relevante considerar que en ciertos procesos que menciona Harvey, la RD no muestra que la acumulación pueda seguir. Es por eso que si el capitalismo utiliza la redistribución su sistema se estancará y como consecuencia no podrá atraer objetos cuyo despojo provoque una reproducción ampliada.

Por otro lado, con respecto a la acumulación primitiva, Saskia Sassen considera que sus adaptaciones contemporáneas son particularidades de un cambio económico específico. Éste está determinado por el deterioro de capitalismos tradicionales “para extraer lo que puede ser extraído para una mayor profundización del capitalismo avanzado”, (Sassen, 2010). No obstante, pese a que la profundización capitalista, Sassen propone que la etapa keynesiana conlleva a una ampliación de la población que incluye empleados y consumidores, por la valoración que se les da, pero éste no será el caso de la última fase del capitalismo avanzado.

El punto importante aquí es que lo que Bin llama RD puede ser uno de los culpables del agotamiento del capitalismo, ya que muestra los obstáculos que impiden que el capitalismo encuentre maneras de expandirse. Por tanto, al no lograr tener salidas productivas para la inversión, los capitalistas buscan resolver el problema a través del saqueo. Un ejemplo de esto sería cuando los capitalistas tuvieron que recurrir al sector financiero con el objetivo de conservar un nivel de apropiación masiva de plusvalía mundial. Cabe mencionar que este sector ha sido importante para la redistribución de los excedentes a través de mecanismos como el saqueo. Este último se refiere al RD cuya incrementación representa uno de los límites en la acumulación de capital.

Continuando con el tema de acumulación de capital, el hecho de que el RD esté aumentando más que la expansión del despojo trae como resultado nuevos retos para esta acumulación. Entonces, el despojo no resulta la mejor forma de afrontar los límites de la acumulación de capital a nivel global, pero puede decirse que esto sí funciona a nivel de capitalistas individuales. “En términos micro sociales el saqueo o el despojo pueden ser rentables, pero a nivel macroeconómico no hace ninguna diferencia”, (Bin,2019).

Agregando otro elemento al análisis, el autor hace referencia a la posibilidad de que la lucha de clases sea otro obstáculo para la expansión del sistema. La cuestión principal aquí es la falta de fuerza de trabajo causada por la resistencia a la proletarización. De acuerdo con la académica italiana Silvia Federici, la primera crisis capitalista consistió en que, durante el periodo del capitalismo emergente, la expropiación no hiciera que los campesinos y artesanos despojados fueran trabajadores asalariados, pues era más posible que se convirtieran en "criminales" o "mendigos".

Empero, la situación ha cambiado, por el desarrollo capitalista hay una notoria escasez en la mano de obra. Es por eso que los costos de personal que van en aumento provocan que los capitalistas tengan que localizar nuevos trabajadores y nueva fuerza de trabajo barata. Por consiguiente, desde una perspectiva de sistema-mundo, las empresas tienden a mover cada vez más la producción desde el centro hacia la periferia. Sin embargo, no hay que omitir que el problema con esto es que el sistema cada vez tiene menos lugar para expandirse y al momento de expandirse lidia con cierta resistencia de los grupos perjudicados por el intento del incremento de suministros.

Un ejemplo es esto puede verse en América Latina colonial, pues durante el dominio de los colonos la región sufrió una expropiación de tierras. En ese momento hubo un movimiento evidenciado por rebeliones campesinas y reformas agrarias estatales que transformaron a los campesinos locales en una fuerza política relevante para la región. Asimismo, visto desde otras regiones, a finales de 1990 las protestas en contra de los grandes proyectos mineros, petroleros y extractivos privatizados se ampliaron hasta América Latina.

Así pues, algunos casos de países que han enfrentado despojo y se han pronunciado en contra como India, han experimentado procesos respaldados por el estado ligados “a la expropiación de tierras a los agricultores para abastecer la industria privada, la infraestructura y los proyectos de bienes raíces”, (Levien 2011, 2013). Esta situación ha causado levantamientos agrarios provocando la detención o reubicación de varios proyectos.

Acerca de dichas resistencias por la expansión del capital, éstas muestran la necesidad de incorporar al marxismo clásico en el estudio de esta noción de lucha de clases. Empero, "Harvey señala que el enfoque marxista clásico en contradicción con el capital, el trabajo y la producción representa luchas que se pronuncian en contra de un despojo irrelevante”, (Bin, 2019). Al mismo tiempo, el sociológo británico Michael Burawoy se pregunta cuál es la experiencia más destacada, pues por un lado se encuentra la explotación que junta a los trabajadores asalariados a través de una escala geográfica, y por otro lado, está la mercantilización que reúne a los empleados agricultores expropiados, individuos que exigen acceso al agua y a electricidad.

Sin embargo, aunque estas luchas se den entre clases, la diferencia entre los dos grupos que señala Burawoy tiene que ver con la importancia que del despojo para la expansión capitalista. Esto porque es menos probable que se institucionalicen las luchas por el despojo de la tierra que las luchas laborales, lo cual trae como consecuencia que los movimientos rurales contra la acumulación resulten un reto para el capitalismo. “La acumulación de capital se ha basado cada vez más en el despojo como una forma de posponer las sus crisis tardías”, (Kaup 2013, 124). En ese sentido, mientras los campesinos luchan por el despojo, los trabajadores lo hacen contra la explotación. Y en ciertos momentos del tiempo es posible que se cree una conexión orgánica y que las luchas entre estas dos partes de clase se unan.

Conclusión

En resumen, dicho artículo puntualiza que el despojo en los medios de subsistencia y producción son la causa del agotamiento capitalista. Con base en esto, Bin trató tres cuestiones para ayudar a la comprensión de la relación entre el despojo y la acumulación del capital. La primera hace una diferencia entre los despojos relacionados y los no vinculados a la acumulación capital. La segunda habla acerca de la distinción del capitalismo como construcción abstracta y como sistema histórico. La tercera se refiere al nivel de análisis que propone Wallerstein, el sistema-mundo.

Tomando esto como punto de referencia, el despojo es el hilo conductor de las tres dimensiones que menciona el autor. Éste lleva al capitalismo hacia una proletarización total de los productores directos y hacia la capitalización total de los medios de subsistencia y producción. De acuerdo con los estallidos de crisis que ha sufrido el capitalismo, se han creado nuevas reformas para evitar o retrasar su agotamiento. Siguiendo esta lógica, actualmente hay un escenario en el que los políticos y académicos buscan devolver la estabilidad al sistema, mientras que los trabajadores quieren mantener la protección social en el neoliberalismo. En ese sentido, es cuestionable que el modo de producción capitalista sea sostenible.

Aquí cabe mencionar que, el sistema no puede mantenerse por medio de procesos de redistribución. Estos sólo resultan funcionales para los capitalistas individuales, pero no para el sistema capitalista como un conjunto. Razón por la cual se ha dado la aumentación de procesos sociales como la acumulación primitiva y las manifestaciones en contra del despojo.

Finalmente, es importante puntualizar que, si el capital afronta sus crisis por medio de procesos de proletarización y mercantilización, ir en contra de ellos es luchar contra la capacidad de reproducción del capitalismo. Así pues, los movimientos progresistas visualizan un desafío en la expansión del capitalismo y sus crisis. La forma de ver esto depende de la capacidad de bloquear los medios por los cuales el capital retrasa su agotamiento. Asimismo, depende de la unión entre las luchas contra la explotación laboral y las luchas contra el despojo de los medios de subsistencia y producción.

Datos cruciales: 

1. En las viviendas de la ciudad de Nueva York, en 1980, el autor Neil Smith observó que la frontera de gentrificación llegó a su curso por medio del vecindario tras vecindario. Este proceso no se limitó a la vivienda, pero el patrón de desarrollo golpea a la vida social urbana a nivel ampliado. Gentrificación y falta de vivienda en la nueva ciudad son un microcosmos particular de un nuevo orden global grabado ante todo por la voracidad del capital, (Smith, 1996).

Trabajo de Fuentes: 

Banaji, Jorge (1977) ,Modes of Production in a Materialist Conception of History. Capital & Class 1 (3): 1–44.

Brass, T. (2010), Capitalism, Primitive Accumulation and Unfree Labor Imperialism, Crisis and Class Struggle: The Enduring Verities and Contemporary Face of Capitalism. H. Veltmeyer, 67–131. Leiden: Brill.

Brenner, R. (1977), The Origins of Capitalism Development: A Critique of Neo-Smithian Marxism. New Left Review 104: 25–92.

Cueva, A. (1979), Teoría social y procesos políticos en América Latina [Social Theory and Political Processes in Latin America]. México: Edicol.

Harvey, D. (2003), The ‘New’ Imperialism: Accumulation by Dispossession . Socialist Register 2004: The New Imperial Challenge, edited by L. Panitch and C. Leys, 63–87. London: Merlin.

Kaup, B. Z. (2013), In Spaces of Marginalization: Dispossession, Incorporation, and Resistance in Bolivia.” Journal of World-Systems Research 19 (1): 108–129.

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Sassen, S. (2010), A Savage Sorting of Winners and Losers: Contemporary Versions of Primitive Accumulation. Globalizations 7 (1/2): 23–50.

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Wallerstein, I. (2011), The Modern World-System I: Capitalist Agriculture and the Origins of the European World-Economy in the Sixteenth Century. Berkeley: University of California Press.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Bin muestra un escenario en el cual puede vislumbrase la adaptación de las corporaciones transnacionales frente a la destrucción del ambiente, por medio de estrategias y acciones como el despojo, ocultando su responsabilidad ambiental corporativa. Esto con el fin de mantener el funcionamiento del capitalismo, a pesar de provocar movimientos en contra creados por sujetos sociales. Cabe mencionar la importancia de la crisis civilizatoria y económica del capitalismo como dos perspectivas para analizar su transformación. Siendo la primera el desborde de la economía y la segunda el conjunto de relaciones que permiten el funcionamiento de la sociedad capitalista. Esto relacionado con dimensiones de quiebre ambiental, energético, crisis política, social, sanitaria y migratoria que adelantan el agotamiento del capitalismo.

En ese sentido, destacando la destrucción de ambiente en estas crisis, es relevante añadir que se está provocando una detención en los procesos metabólicos como el clima, haciendo énfasis en las corporaciones como principales culpables de la situación. Es por eso que el capital sufre una modificación en sus fronteras, pues se encuentran nuevos campos de valoración del capital definidos por búsquedas y avances científicos, tecnológicos y sociales. Esto destacando que la codificación de la vida, ciencias cognitivas, exploración del espacio exterior, nanotecnologías, remediación ambiental y manipulación del clima como las más relevantes.