Only the dead. The persistence of war in the modern age

Cita: 

Braumoeller, Bear [2019], Only the dead. The persistence of war in the modern age, Oxford, Oxford University Press, 314 pp.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2019
Tema: 
La guerra parece estar pasando por un periodo de declive, principalmente después de la culminación de la Guerra Fría
Idea principal: 

Bear Braumoeller es un profesor del Departamento de Ciencias Políticas. Ha formado parte de la plantilla de la Universidad de Harvard y en la Universidad de Illinois. Es parte de los consejos de redacción de diversas revistas así como consejero de la Peace Science Society. Sus áreas de investigación se centran en las áreas de seguridad internacional y ciencias sociales computacionales. En la actualidad investiga la relación entre el orden internacional y el conflicto internacional.


Desde tiempos remotos, los conflictos armados han sido una realidad dentro de las relaciones internacionales, no obstante éstos no se han presentado de la misma forma, sino que se han ido transformando a lo largo del tiempo por diversos factores tales como los cambiantes conflictos políticos, el ascenso de nuevos actores y sujetos de la guerra, así como el desarrollo de nuevas tecnologías.

Con base en lo anterior, el presente libro se enfoca en indagar los cambios que la guerra ha experimentado en los últimos años, así como a la respuesta emitida por los Estados a los conflictos armados y las causas que llevan a un problema a convertirse en una guerra.

La Militared Interstate Dispute es una “base de datos de conflictos que se remonta a 1816”. Los datos obtenidos a través de esta base permitieron hacer una ponderación inicial tomando en cuenta “el número de iniciaciones de disputas interestatales militarizadas que ocurrieron en cada año”; todo ello con la finalidad de rastrear las tendencias de los conflictos bélicos entre los últimos años y si éstos han descendido o aumentado.

Los datos iniciales demuestran que con el paso de las décadas el desarrollo de conflictos armados se ha intensificado “al menos en los dos últimos siglos, cuestión que responde en gran medida a un aumento de países en el mundo”.

Por lo que las tendencias de la guerra en muchos casos demuestran que entre mayor cantidad de países vecinos existan para otro, esto podría significar un mayor choque entre los mismos y a su vez un aumento de conflictos y guerras en la zona, del mismo modo, los países con poco contacto entre sí tienen menos posibilidades de generar conflictos mutuos, aunque han existido ciertas excepciones como el conflicto entre Colombia y Etiopía.

Del mismo modo, dentro de los bloques regionales hay países con capacidad de iniciar guerras y otros como Estados Unidos con grandes capacidades militares que les permiten comenzar conflictos bélicos en cualquier parte del mundo sin importar si se encuentra cerca del país con el que tiene una disputa.

La información anterior muestra los cambios que ha experimentado la guerra en los últimos años, plantea la interrogante de si es posible afirmar que la guerra se encuentra en un periodo de declive, situación que no es algo nuevo ya que desde 1910 Norman Angell se planteó esta posibilidad y postulo dicha teoría a través de su libro The Great Illusion, y cuyos estudios continuaron con el trabajo de WL Grane y su trabajo The Passing of War, quienes sostenían que la guerra había entrado en declive desde años atrás, no obstante tiempo después el mundo se enfrentaría a dos guerras mundiales.

Finalizadas las guerras mundiales y el periodo de Guerra Fría, diversos teóricos comenzaron a realizar escritos en los que exponían que el mundo estaba cerca de un periodo de paz, ejemplo de de ello es Anatol Rapaport, quien afirmaba que “la paz mundial se encontraba cerca y que los seres humanos contaban con el poder de desacreditar la institución de la guerra”.

Los estudios sobre la guerra y su vigencia continuaron con el paso de los años, tan solo en 2009 Steven Pinker publicaba The Better Angels of Our Nature, publicación en la que sostenía que “todas las formas de violencia habían estado en declive durante un largo periodo de tiempo”, del mismo modo se generó un apego a las ideas ilustradas (la ciencia, la razón y el progreso) como principales responsables de la pacificación del mundo, dicho discursos fue difundiéndose alrededor del mundo.

De acuerdo con Oliver Burkeman, este sentimiento de pacificación y declive de la guerra, así como los teóricos e investigadores que lo sostienen, son denominados New Optimists, y sus estudios llevan décadas propagándose por los ámbitos académicos del mundo.

Por su parte, las tendencias de la guerra y sus fluctuaciones no pueden ser medidas a través de gráficas y estadísticas únicamente debido a que aunque éstas permiten entender de mejor forma los cambios del desarrollo de los conflictos bélicos, es necesario incorporar análisis sociales y políticos que traten de explicar el comportamiento de la misma a lo largo de los años, ya que las teorías y los estudios no siempre se acoplan a la realidad.

Todos esos análisis y estudios ayudan al enriquecimiento de la ciencia en cuestión, ya que cualquier disciplina o ciencia se conforma a través de un proceso “iterativo que involucra a muchas personas, con sus prejuicios, puntos ciegos y deficiencias”, por lo que ofrecer estudios completos con la información pertinente permite que cualquier investigación, ciencia o teoría tenga mayores posibilidades de llegar a la respuesta correcta, por lo que exponer la información obtenida al público genera desacuerdos útiles, lo que significa dar la bienvenida a desacuerdos útiles, incluso si eso significa que el autor, investigador o erudito estaba equivocado”.

Por su parte, la crítica entre investigadores permite que la teoría o proyecto en cuestión sea más creíble al pasar por un proceso de evaluación y reestructuración por parte de un grupo de científicos.

Only the Dead

Desde hace siglos, la humanidad se ha enfrentado de forma constante a conflictos bélicos; no obstante, la Segunda Guerra Mundial es catalogada como una de las más mortíferas de la historia, seguida por conflictos como la Guerra de Vietnam y la Guerra de Corea, mismas que también se llevaron millones de vidas, convirtiendo al siglo XX en uno de los más violentos de la historia.

Aunado a las guerras suscitadas en dichos años, los regímenes políticos y militares de ese periodo ocasionaron la muerte de millones de personas, tales como “China, en donde fueron asesinadas 77 millones de personas con medidas como el Gran Salto Adelante, la Unión Soviética con alrededor de 61 900 000 millones de personas o la Alemania nazi con aproximadamente 20 millones de personas, situación que en total generó la muerte de 212 millones de personas”.

Los datos anteriores muestran la violencia a la que se encuentran expuestos los individuos, además se puede desencadenar de un momento a otro por diversas razones, lo que provoca crisis sociales, económicas, desplazamientos, entre otras cosas.

A pesar de la violencia vivida en los últimos años del siglo XX hasta la actualidad, ha comenzado a gestarse una percepción relacionada con el nivel de participación que los individuos en actos violentos o conflictos bélicos; no obstante, esta afirmación genera una severa duda respecto a si verdaderamente han disminuido los conflictos armados, tomando en cuenta el alto nivel de militarización entre los Estados así como los problemas políticos entre los mismos y el ascenso de nuevos actores dentro de la guerra.

Con base en lo anterior, es sumamente utópico pensar en el fin de la guerra y el declive de la misma, debido a que en la realidad “la guerra se ha vuelto cada vez más letal”, situación derivada del ascenso de nuevas tecnologías y los conflictos de intereses entre actores internacionales, todo ello a pesar de la disminución de conflictos, principalmente después de que finalizara la Guerra Fría.

De acuerdo con el autor, hablar del declive de la guerra en la actualidad es prácticamente una utopía, debido a que ésta no se ha vuelto menos letal, ya sea medida en términos absolutos o en relación con las poblaciones; del mismo modo, las causas de la guerra no se han vuelto menos potentes, ya que aunque la tasa mundial de iniciación de conflictos ha disminuido, principalmente después de la Guerra Fría, ésta había mostrado grandes aumentos a finales de 1990.

Cabe recalcar que lo anterior no se traduce en una falta de paz absoluta en el contexto internacional, ya que sí han existido periodos de quietud a escala global, mismos que se han vuelto más comunes y persistentes. Lo anterior se debe en gran medida a la unión de diversas naciones con intereses en común, tales como “el Concierto de Europa y el orden liberal occidental de posguerra”.

A pesar de estos periodos de paz, el orden internacional imperante es una fuente de conflictos constante, debido a que “los órdenes internacionales hacen más probable el conflicto militar con terceros, tanto al crear o exacerbar conflictos de intereses como al socavar las negociaciones que podrían impedirles producir una guerra”.

De acuerdo con el autor, el conflicto podría ser menor ante la existencia de un único orden internacional; por el contrario el desarrollo de nuevos órdenes internacionales puede generar múltiples conflictos, ejemplo de lo anterior es la Guerra Fría y la lucha de poderes entre “occidente y el bloque comunista”, en donde los conflictos indirectos se desataron de forma exponencial.

Por su parte, el predominio del orden liberal en las relaciones internacionales, podría disminuir las “tensiones con otras potencias importantes, como Rusia o China, que encuentran preocupantes el poder y la ambición del orden occidental actual”. No obstante, “un orden liberal occidental debilitado podría permitir que surjan fricciones entre sus miembros y reducir su posibilidad de prevenir conflictos en otros lugares”.

Las tendencias de la guerra y la paz se han modificado y éstas han dependido en gran medida de las potencias y ordenes dominantes del momento, mismos que son capaces de desencadenar diferentes realidades en el concierto internacional. En caso de surgir órdenes alternativos que se basen en autoritarismos, la paz se enfrentaría a una combinación letal, es decir, “dos órdenes internacionales grandes y poderosos, basados en principios de legitimidad en conflicto, con la capacidad de disputar la influencia de los demás en cualquier parte del planeta”. A pesar de la existencia de bloques de cooperación entre diversos países, mismos que pueden amortiguar los conflictos, se pueden generar nuevas disputas entre bloques u órdenes internacionales rivales.

Las relaciones entre los Estados y los sucesos que éstas desencadenan parecen mostrar que la guerra no se encuentra en un estado de obsolencia; no obstante, “existen tres argumentos principales en la literatura sobre el declive de la guerra”. De acuerdo con el profesor Jonh Mueller, la institución de la guerra parece estar pasando de moda; cuestión que radica principalmente en cambios de actitud de los países desarrollados. Con base en las afirmaciones de Mueller, las armas nucleares se han vuelto cada vez más irrelevantes, asimismo “la prohibición normativa contra la guerra entre los Estados nucleares” es una garantía para el mantenimiento de la paz.

Por su parte, Joshua Goldstein afirma que “la disminución de la guerra es un fenómeno reciente y no hay garantía de que sea irreversible”. Desde su perspectiva, esta baja en los conflictos armados no radica en que la sociedad haya producido normas de no violencia, sino a una serie de altibajos que terminaron en el desarrollo de las dos Guerras Mundiales”.

De acuerdo con Goldstein, el desarrollo y culminación de la Guerra Fría detonó una reducción de la violencia al finalizar la década de los ochenta del siglo XX; desde esta perspectiva el mundo experimentó un proceso de mantenimiento de la paz. Cabe recalcar que Goldstein afirma que a pesar de este periodo de mantenimiento de la paz, no hay nada que garantice que ésta dure.

Otra teoría sobre la guerra fue formulada por Steven Piker quien afirma que “ha habido una disminución gradual de la violencia en general a lo largo de milenios; los conflictos internacionales han disminuido desde 1945 y que el mundo está experimentando el periodo más pacífico de la historia”.

De acuerdo con Piker existen tres causas principales para este periodo de paz, mismas que son el proceso de civilización, el fortalecimiento gradual de la autoridad nacional junto con la expansión del comercio mundial, así como la revolución humanitaria, misma que comprende “la expansión de la empatía que desencadenó la abolición de la esclavitud, los duelos y el castigo físico cruel y que poco a poco permitió el desarrollo del pacifismo”.

Piker delimita cuatro componentes en las tendencias a largo plazo en la guerra interestatal, los cuales son la inexistencia de ciclos, “una gran dosis de aleatoriedad, una escalada, recientemente revertida, en la destructividad de la guerra que genera que todas las dimensiones de la guerra disminuyan”.

Con base en las percepciones de la guerra de los tres autores enunciados anteriormente, es posible remarcar tres argumentos principales que componen la teoría del declive de la guerra: el primero de ellos es que “ya sea debido a la difusión de normas pacificas o al aumento de la eficacia del mantenimiento de la paz, las causas de la guerra están perdiendo fuerza lo que ha ocasionado que las guerras se den con mucha menos frecuencia” que hace uno o dos siglos, asimismo la letalidad de ésta ha disminuido como resultado de la emergencia de nuevas normas de no violencia.

Dentro de este entramado, Jennifer Mitzen habla de la “ironía del pinkerismo” en una reseña de un libro de Steven Pinker se asevera que “la humanidad parece más inclinada a trabajar por la paz internacional cuando el peligro de guerra es más evidente, por lo general, como consecuencia de grandes guerras como las dos guerras mundiales”.

A pesar de que diversos teóricos hablan de la posibilidad de la existencia del declive de la guerra, la
recopilación de datos muestra que éstos no son muy convincentes ya que parecen indicar que la guerra continua vigente, lo que no quiere decir forzosamente que los teóricos del declive de la guerra estén equivocados sino que la pregunta sobre si ésta continua vigente o no, aún no se ha respondido con totalidad.

Si bien, los datos obtenidos después de la Guerra Fría mostraron un menor número de iniciación de conflictos, eso no demuestra que realmente haya una baja de la incidencia de los conflictos bélicos; y aunque algunos de ellos se están volviendo menos potentes, un número casi igual se está volviendo más poderoso.

En conclusión, es impreciso afirmar que la guerra está pasando por un momento de declive ya que los números muestran que los conflictos bélicos continúan llevándose a cabo a pesar de existir ciertos factores que parecen ayudar a que se mantenga la paz a nivel internacional. Lo anterior no significa que aquellos que aseveran que la guerra está en declive estén equivocados o acertados sino que faltan más pruebas y análisis para responder de manera adecuada a la pregunta de si la guerra está en declive o no.

Datos cruciales: 

1.- Colombia y Etiopía, perdieron más de 200 soldados en combate en la Guerra de Corea.

2.- La Segunda Guerra Mundial fue la guerra más sangrienta de la historia de la humanidad. Mató 65 millones de personas, un total que representa casi 3% de la población total del mundo.

3.- Eclipsada por la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Vietnam mató a aproximadamente 4.2 millones de personas, un número aproximadamente igual al número de personas muertas durante la totalidad de las Guerras Napoleónicas. La Guerra de Corea mató aproximadamente a 3 millones, pero el hambre y la represión que siguieron a su paso pueden haber matado a otros 12 millones.

4.-Hoy en día, 68 500 000 millones de personas, una de cada 112 en todo el mundo, han sido desplazadas de su hogar como resultado de conflictos, persecuciones o violencia.

5.- Hubo al menos cuatro crisis en los años previos a la Primera Guerra Mundial que podrían haber producido la chispa necesaria para encender una guerra de gran magnitud: la Primera Crisis Marroquí (1905-1906), en la que Francia y Alemania se enfrentaron por Marruecos; la crisis de Bosnia (1908–1909), en la que Rusia y Serbia estaban preparadas para ir a la guerra por la anexión austrohúngara de Bosnia y Herzegovina; la crisis de Agadir (o "segundo marroquí") de 1911, en la que Gran Bretaña amenazó con la guerra para evitar la agresión alemana contra Francia en Marruecos; y las Guerras Balcánicas de 1912-1913.

6.- La Guerra de los Pasteles de 1838-1839 tiene sus raíces en disputas económicas entre México y Francia, pero fue provocada por el saqueo de una pastelería francesa en la Ciudad de México.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las relaciones entre las naciones parecen estarse modificando, no obstante, es impreciso hablar del declive de la guerra considerando las problemáticas actuales entre diversos Estados, mismas que parecen intensificarse cada vez más por la ambición de adquirir más poder dentro del concierto internacional, así como una posible lucha de recursos naturales en un futuro por la escasez de los mismos. Lo anterior puede romper con el supuesto periodo de paz que la sociedad está viviendo.