El creciente poder de mercado de las grandes empresas: implicaciones económicas

Cita: 

Costas Comesaña, Antón [2020], "El creciente poder de mercado de las grandes empresas: implicaciones económicas", La oligopolización de la economía, Dossieres EsF n. 39, otoño, pp. 9-12, https://ecosfron.org/portfolio/dossieres-esf-n-o-39-la-oligopolizacion-d...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
2020
Tema: 
La nueva ola de oligopolización de la economía y sus implicaciones en el salario, la precarización del empleo y la distribución del ingreso.
Idea principal: 

Antón Costas Comesaña es un economista español. Es catedrático de política económica de la Universidad de Barcelona.


Nuevamente el capitalismo ha adquirido uno de sus rasgos más sustanciales. Al igual que a finales del siglo XIX y XX: la concentración empresarial ha aumentado considerablemente en la mayoría de los sectores de la vieja economía y, en lo que va del siglo XXI los monopolios se han multiplicado en los sectores relacionados con la tecnología de Internet.

La tendencia a formar estructuras de mercado oligopólicas o monopólicas será acentuada por la pandemia de COVID-19, ya sea por la desaparición de empresas debido a la recesión generalizada o al aumento de las fusiones y adquisiciones como remedio para sobrevivir.

Las implicaciones económicas de la nueva ola de oligopolización de los mercados varían respecto a su naturaleza. En primera instancia, se encuentran aquellas relacionadas con el funcionamiento de las industrias (barreras de entrada, reducción del número de competidores, débil productividad, baja inversión, pérdida de capacidad de innovación y dinamismo económico). En segundo lugar, están aquellas de índole socioeconómica (bajos salarios, precarización del empleo, desigualdad de renta y riqueza). Y están los efectos políticos y las consecuencias en la ética del capitalismo, como la influencia sobre ideologías políticas y la corrupción de los más ricos.

Tomando como referencia los trabajos de Joan Robinson, pionera en el análisis de la competencia imperfecta y sus consecuencias salariales, el artículo se centra en la relación del poder de mercado con los bajos salarios, la precarización del empleo y la desigualdad en la distribución de la renta.

La nueva-vieja piel del capitalismo: la concentración empresarial

“La evidencia empírica sobre el aumento de la concentración y oligopolización de las economías desarrolladas es incuestionable” (p. 9). Un artículo de The Economist publicado en noviembre de 2018 y escrito por Patrick Foulis, señala que nos encontramos en una era dominada por oligopolios de la vieja economía y monopolios de la nueva economía, los cuales debilitan la competencia intersectorial.

En la publicación también se enlistan las características de las industrias no competitivas, las cuales describen la realidad del siglo XXI: elevada concentración en muy pocas empresas de las ventas, del empleo, de los derechos de propiedad o los datos, retornos sobre el capital anormalmente elevados durante largos períodos de tiempo y pocas entradas de nuevos competidores.

Existen importantes diferenciadores entre los oligopolios de la vieja y nueva economía, el principal es el modelo de negocios. En lugar de una transacción monetaria a cambio de bienes y servicios, los nuevos oligopolios tecnológicos ofrecen servicios sin costo a los consumidores a cambio de usar sus datos, entonces la cuota de mercado es sobre la mente y tiempo de los individuos, particularmente la población joven. De esta manera el número de horas a la semana que el consumidor pasa navegando, el número de personas que usan las redes sociales, el uso de las redes para comparar precios y hacer compras online, etc. muestra una tendencia al alza en el largo plazo.

Otros son el acelerado ascenso de los nuevos oligopolios para consolidar su posición de dominio mediante la concentración de propiedad y una elevada tendencia a absorber nuevos competidores que representen una amenaza, “lo cual es equivalente a establecer barreras de entrada en sus mercados”.

El sector tecnológico se ha convertido en la nube que cubre a toda la economía del consumo, difícil de sustituir y de cambiar de proveedor. Por otro lado, el desarrollo de la inteligencia artificial conlleva el riesgo de que las redes con las que interactuamos, a través de nuestros datos, elijan bienes y servicios de precios y calidades distintos de los que elegiríamos nosotros.

Otro problema es la expectativa de los beneficios por parte de los inversores. La capitalización en bolsa de los oligopolios tecnológicos es desproporcionada en comparación con los beneficios como porcentaje del PIB. “Los inversores anticipan que el poder de mercado de los oligopolios tecnológicos ira al alza, por su mayor capacidad que los oligopolios de la vieja economía a la hora de extraer renta de los consumidores y de otras empresas del resto de la economía” (p. 10).

Poder de mercado y bajos salarios: releyendo a Joan Robinson

Después de la crisis financiera de 2008 el interés por el estudio de la capacidad de los oligopolios para influir sobre la determinación de los salarios ha adquirido mucha importancia, debido a las implicaciones macroeconómicas de los bajos salarios sobre la demanda agregada.

El estancamiento de los salarios ha sido ser un resultado imprevisto por los economistas, en particular para los banqueros centrales preocupados por las estimaciones de la curva de Phillips y las tendencias deflacionistas, ya que una reducción del desempleo debió haber inducido a un aumento de los salarios, sin embargo, ello no se materializó. Lo anterior llevó a los economistas a voltear a ver las condiciones de desigualdad de la distribución del ingreso y del salario.

Joan Robinson, economista británica destacada por romper con el paradigma clásico del modelo de competencia perfecta, escribió en 1933 el libro The Economics of Imperfect Competition en el que abordó las implicaciones del poder de mercado sobre el mercado laboral. Robison apuntó que “la última unidad vendida, la unidad marginal, determina el valor de lo que el trabajador ha producido, lo cual, a su vez, determina el salario […] pero si los mercados son imperfectamente competitivos, algunas empresas pueden tener poder de mercado, que les permita obtener rentas económicas extraordinarias ” (p. 11). Paralelamente, introdujo el concepto de ‘monosopnio’ para referirse a la capacidad de las empresas con poder de mercado de determinar los salarios, que se manifiesta cuando los empleadores pagan al trabajador un salario menor al valor de la producción.

Actualmente el campo de la investigación de la elevada concentración empresarial, la caída de los salarios y los elevados beneficios se ha ampliado significativamente. De manera que los trabajos sobre los efectos macroeconómicos del poder de mercado sobre el aumento de la desigualdad en las economías desarrolladas también se han multiplicado.

Soluciones al poder de mercado de los oligopolios

El nivel salarial ha fluctuado dependiendo del periodo histórico: en la década de 1950 y 1960 los salarios crecieron intensamente, para que en la década de 1980 el crecimiento de los salarios se redujo, etcétera. El estancamiento de los salarios se ha atribuido a la globalización, al cambio técnico y a la automatización de los procesos productivos, no obstante para Joan Robinson el responsable es el poder de mercado.

En el libro The Great Economists. How their ideas can help us today publicado en 2018, Linda Yueh se pregunta cómo respondería Robinson al reto de los bajos salarios y sus causas. En el texto se proponen soluciones como otorgarle mayor poder de negociación a los trabajadores, mediante el fortalecimiento de los sindicatos o dándole voz en los consejos de administración de las empresas.

No obstante, la recomendación principal es aumentar la competencia en los mercados oligopólicos, ya sea reformando la legislación de patentes y los mercados para eliminar las barreras de entrada o introduciendo cambios importantes en la política de competencia.

Las reformas de la política de competencia parecen ser un poco más urgentes debido a que tiene un papel más que importante en la determinación del poder de mercado, en contraste, la herramienta de mayor fuerza de la tradicional política antimonopolio es la división del monopolio, lo cual no es lo más eficiente dado el modelo de negocios de los nuevos oligopolios. “Una vía alternativa sería tratar las plataformas como Facebook, Alphabet, Uber o Twitter como empresas de servicios públicos, en las que los datos de sus clientes fuesen de acceso libre a otras empresas” (p.12).

El gran reto del siglo XXI consiste en los esfuerzos necesarios de las autoridades de competencia, los gobiernos y los economistas, de emprender acciones para gestionar el creciente poder de mercado y las implicaciones sobre el deterioro de los salarios y el aumento de la desigualdad.

Datos cruciales: 

El 78% de los beneficios extraordinarios se producen en la economía estadounidense, el 28% en la europea y el 2% restante en el resto de las economías, incluida China.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las empresas tecnológicas se han convertido en el rasgo central del capitalismo en el siglo XXI, ya que el aumento de su poder de mercado en las últimas décadas conlleva no solo implicaciones salariares, sino que comienzan a afectar variables macroeconómicas como la demanda agregada y el consumo, pero también afectan los patrones de comportamiento al utilizar los datos de cada usuario en el mundo.

En tal contexto, en imprescindible desarrollar esquemas que limiten y controlen el poder de mercado de los nuevos oligopolios tecnológicos.