Unruly response. Xi Jinping's assault on tech will change China's trajectory

Cita: 

The Economist [2021], "Unruly response. Xi Jinping's assault on tech will change China's trajectory", The Economist, London, 14 de agosto, https://www.economist.com/leaders/2021/08/14/xi-jinpings-assault-on-tech...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Agosto 14, 2021
Tema: 
Las primeras acciones de China para rediseñar el sector tecnológico.
Idea principal: 

Las nuevas políticas de China en materia de competencia dejan entrever la oposición del estado a convertirse en Estados Unidos, pero también su negación a compartir el poder con el capital financiero-tecnológico.

De todos los logros alcanzados en China en las dos últimas décadas, el más notable es el progreso en la tecnología. La revolución tecnológica ha permitido el desarrollo nuevas áreas, como el cuidado digital de la salud y la inteligencia artificial (IA), lo cual desafía la supremacía de Estados Unidos.

Por lo anterior, la multa del presidente de China Xi Jinping al sector tecnológico de 4 trillones de dólares es tan sorprendente. Se han registrado alrededor de 50 acciones regulatorias contra prácticas monopólicas y violación de datos, las cuales han representado un costo de 1 trillón de dólares para los tenedores de acciones.

La motivación de Xi es controlar los mercados digitales y humillar a los magnates, pero la ambición del Partido es más profunda: rediseñar la industria de acuerdo con su proyecto de nación. Los autócratas chinos esperan potenciar la tecnología al máximo, mientras garantizan competencia en los mercados y beneficios a los consumidores. Tal parece que la guerra comercial con Estados Unidos ha estimulado la necesidad de China de ser autosuficiente en áreas críticas como los semiconductores.

La creación de alta tecnología solo podría materializarse si el estricto control de las redes sociales, las empresas de videojuegos, entre otras, dirige ingenieros hacia ella. Sin embargo, prevalece el riesgo de que tal apuesta perjudique a largo plazo a las empresas y al crecimiento económico.

De las mayores preocupaciones de China es la tendencia de los monopolios y empresas tecnológicas a imitar el comportamiento de las corporaciones estadounidenses, como apropiarse de datos, abusar de los proveedores, explotar a los trabajadores y socavar la moral pública. La regulación era necesaria pues en el periodo de apertura, China mantuvo control estricto sobre las finanzas, las telecomunicaciones y el sector energético, pero el sector tecnológico creció sin medida. Las empresas tecnológicas en ausencia de autoridades crecieron más que rápido, aplastando pequeñas empresas y prohibiendo a los proveedores vender a más de un cliente, además algunas compañías han negado a los trabajadores beneficios básicos. Todo ello amerita la intervención del Partido para erradicar tales conductas.

En los próximos años China se convertirá en un laboratorio de política de competencia, su misión será tratar de controlar infraestructura clave en pleno siglo XXI, el cómo es la gran incógnita. En los planes del gobierno se encuentra hacer de los datos, considerados como factor de la producción como el capital o la tierra, de propiedad pública, y regular algoritmos adictivos. Las acciones del gobierno sin duda dañarán los beneficios financieros, pero podría hacer funcionar mejor a los mercados.

La represión del gobierno es al mismo tiempo una demostración del poder ilimitado del Partido comunista de China. En el pasado, el Partido era objeto de múltiples intereses, solo la corrupción era neutralizada por la necesidad de crear empleo y controlar el capital extranjero. Hoy en día, sus esfuerzos se dirigen a establecer nuevas reglas, y su naciente autoridad antimonopolio, con apenas 50 personas, no impedirá que elimine agencias de un chasquido.

El estricto control sobre la industria tecnológica es visto en China como un refinamiento de la política del capitalismo de estado: una nación próspera y estable con el Partido en el poder.

El intento del gobierno de rediseñar el sector tecnológico puede verse fácilmente frustrado. En primer lugar, es probable que el exterior obstaculice la venta de servicios y el establecimiento de nuevos estándares tecnológicos en siglo XXI. Segundo, la conducta del gobierno puede incluso socavar el espíritu emprendedor de China debido al aumento del costo del capital. Tercero, en la medida en que el país se convierte en una economía de servicios es necesario el mercado de capitales para la asunción espontánea de riesgo.

Ralentización del inicio

Las autoridades de competencia comienzan a afectar el desempeño de las acciones de las empresas tecnológicas ya que cotizan ahora con un descuento medio del 26% por dólar de ventas en relación con las empresas estadounidenses.

“El desarrollo económico se basa en gran medida en la destrucción creativa. Los líderes autocráticos de China han demostrado que pueden gestionar la destrucción, pero si este tumulto tecnológico fomentará también la creatividad sigue siendo una gran duda”.

Nexo con el tema que estudiamos: 

China no solo enfrenta una disputa hegemónica con Estados Unidos, sino que al interior comienza a manifestar desacuerdos con el sector tecnológico, el gran protagonista de su acelerada industrialización. La libertad que concedió al sector al inicio del proceso de desarrollo económico empieza a salirse del control del Partido comunista, si bien están aun lejos de replicar los hábitos de las empresas tecnológicas en Estados Unidos ignorar su comportamiento en el presente llevaría a un proyecto de nación muy distinto del trazado por el gobierno.