The big breakup

Cita: 

Surowiecki, James [2021], "The big breakup", MIT Technology Review, 124(4): 78-81, Boston, julio-agosto, https://www.technologyreview.com/2021/06/30/1026502/big-tech-breakup-mon...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Junio 30, 2021
Tema: 
Los monopolios de las "Cuatro Grandes" y cómo solucionarlo.
Idea principal: 

James Surowiecki escribió la columna Financial Page de The New Yorker de 2000 a 2017. Llegó a The New Yorker desde Slate, donde escribió la columna Moneybox. También ha sido editor colaborador en Fortune y redactor en Talk. Anteriormente, fue columnista de negocios de Nueva York. Ha colaborado con Wall Street Journal, Wired, la revista Times, el Washington Posty Lingua Franca, y ha escrito sobre temas que van desde Silicon Valley hasta baloncesto universitario. Su libro, "La sabiduría de las multitudes” fue publicado en 2004. Vive en Brooklyn, Nueva York.


Para Apple, Amazon, Facebook y Alphabet, la COVID-19 fue una bendición económica. A pesar de que la pandemia llevó a la economía a una gran recesión económica, éstas plataformas (llamadas las “Cuatro Grandes” de la tecnología) prosperaron, (dato crucial 1).

Asimismo, han sido objeto de ataques por parte de políticos y organismos reguladores de Estados Unidos y Europa. La audiencia del Congreso ha acusado a Facebook sobre censuras hacia los conservadores y de que no hace lo posible por frenar la desinformación y la incitación al odio. Sin embargo, las empresas se enfrentan a amenazas mucho más grandes.

La Comisión Federal del Comercio y 48 fiscales generales estatales, demandaron a Facebook por mantener ilegalmente un monopolio en las redes sociales “a través de una conducta anticompetitiva de años”. Posteriormente, el Departamento de Justicia de Estados Unidos demandó a Google por mantener ilegalmente un monopolio en los mercados de búsquedas y publicidad. Asimismo, Apple está en un juicio civil con el desarrollador de juegos Epic Games que está desafiando el control de Apple sobre su App Store por motivos antimonopolio.

El Comité Judicial de la Cámara de representantes de Estados Unidos, concluyó una investigación de 19 meses sobre la supuesta actividad anticompetitiva de los gigantes tecnológicos. El informe de 450 páginas describía a las empresas como "el tipo de monopolios que vimos por última vez en la época de los barones del petróleo y los magnates del ferrocarril" y recomendaba que el gobierno tomara medidas contra ellas.

Joe Biden ha nombrado a algunos críticos reconocidos de las grandes empresas tecnológicas como Tim Wu (profesor de la Universidad de Columbia) y Lina Khan (asesora especial del Comité Judicial), para que desempeñen funciones importantes durante su administración. Además, Europa está poniendo en marcha una normativa para limitar el poder de las grandes tecnologías.

Actualmente estamos en un cambio de paradigma del debate intelectual en donde se ha facilitado la persecución de las grandes empresas tecnológicas. Hemos vuelto a la visión de políticas antimonopolio que determinó Estados Unidos en el siglo XX donde había una visión más dispuesta a ser agresiva para evitar que las empresas ejercieran su poder monopólico.

Estas leyes antimonopolio se redactaron en Estados Unidos a principios del siglo XX. La Ley Antimonopolio Sherman de 1890 y la Ley Clayton de 1914 siguen vigentes hoy en día; el objetivo, atacar a los monopolistas que se dedicaban a los que llamaban “restricción del comercio”.

Un claro ejemplo fue Standart Oil que había construido un imperio que le otorgaba control total del petróleo en Estados Unidos. Empero, la ley antimonopolio se utilizó para bloquear las fusiones y detener una serie de prácticas anticompetitivas.

Con la administración de Reagan en la década de 1980, dejaron de preocuparse por el impacto de las grandes empresas sobre los competidores o los proveedores, los reguladores y los tribunales, y se centraron en el “bienestar del consumidor”. De esta manera, si se demostraba que una fusión o las prácticas de una empresa provocaban un aumento de los precios, intervenían; de no ser así, los reguladores antimonopolio no intervenían. A consecuencia, empresas como Instagram y WhatsApp por parte de Facebook, la de Zappos por parte de Amazon y las de DoubleClick, YouTube, Waze e ITA por parte de Google pasaron por el proceso de aprobación regulatoria sin problemas.

Durante los últimos cuatro años, académicos, políticos y defensores públicos han impulsado una nueva idea de lo que debería de ser la política antimonopolio, argumentando que se debe dejar a un lado el “bienestar del consumidor” y considerar una gama más amplia de consecuencias como: el daño a los proveedores, los trabajadores, los competidores, la elección del cliente e incluso el sistema político en su conjunto.

El control del poder de las grandes empresas tecnológicas dependerá de a qué empresa se está persiguiendo.

Objetivos

Apple, Amazon, Google y Facebook, los cuatro gigantes “guardianes” que controlan el acceso a la economía digital, siempre son agrupados por los defensores de las leyes antimonopolio; sin embargo, tienen negocios muy diferentes que plantean cuestiones antimonopólicas muy distintas por lo que las soluciones antimonopólicas deben ser específicas para cada una.

Apple, es la empresa más valiosa y más rentable del mundo, valuada por 2 billones de dólares en 2021. Sin embargo, cuando se habla de antimonopolio, Apple a menudo parece una idea tardía. Esto se debe a que se ha convertido en una gigante por sí misma: Apple ha hecho muchas adquisiciones, pero su reciente crecimiento se debe a los tres productos más exitosos y lucrativos de la historia, además de que sigue convenciendo a los clientes de actualizarse a la siguiente generación de productos.

Los problemas antimonopólicos de Apple se centran en su exigencia de que todos los desarrolladores que hacen aplicaciones para el iPhone y el iPad vendan sus productos a través de la App Store, con lo que Apple cobra una cuota del 30%. Por lo que Apple deberá dejar que los desarrolladores vendan directamente a los consumidores.

Así que, a pesar de todo, Apple no parece tener mucho de qué preocuparse por las presiones antimonopólicas.

Por otro lado, la situación de Amazon es más complicada. Al igual que Apple, Amazon tiene a su favor el crecimiento orgánico, es decir, ha crecido por sí misma. Su mayor problema antimonopolio es Amazon Marketplace.

Marketplace permite que vendedores externos compitan con productos de Amazon y se vendan en su plataforma, donde Amazon se queda con parte de los beneficios.

Brad Stone en su libro, Amazon Unbound, menciona que los vendedores de Marketplace acusan a la empresa de manipular los resultados de las búsquedas para recompensar a los que utilizan sus servicios de entrega en lugar de realizar los pedidos por su cuenta; de recompensar a los vendedores que se anuncian en el sitio; de potenciar los productos de la propia marca de Amazon en las clasificaciones; y de utilizar los datos de Marketplace para identificar productos especialmente exitosos y luego imitarlos para subcotizar a los vendedores de Marketplace. Sin embargo, sus ventas totales siguen siendo inferiores a las de Walmart, e incluso en el comercio online su cuota de mercado es inferior al 50%.

A pesar de eso, no es cuestionable que Amazon controla Marketplace y los vendedores no tienen muchas opciones para acudir a otros lugares, por lo que se le ha defendido la idea de exigirle a Amazon la escisión de Marketplace, mientras que otros han sugerido que se impongan normas estrictas sobre la gestión del sitio.

Asimismo, Facebook y Google susceptibles a ser demandadas porque son más fáciles de encajar con la definición tradicional de monopolio (dato crucial 2). Las adquisiciones de DoubleClick e ITA, han desempeñado un papel fundamental para Google. Ahora se está enfrentando a una demanda por parte de Europa tras manipular los resultados de las búsquedas para situar su comparación de compras en la parte superior de la clasificación y los sitios de los servicios rivales en la parte inferior.

Google tiene en su poder el destino económico de muchos sitios web de todo el mundo, un cambio de algoritmo en YouTube puede costar miles de clientes o espectadores. Anteriormente los reguladores no se preocupaban porque no afectaban los precios al consumidor, ya que todo lo que hace Google es gratis; empero, con el nuevo modelo antimonopolio, el gran alcance de la empresa la convierte en un buen objetivo.

Facebook, por su parte, tiene más posibilidades de sufrir las consecuencias reales de la revolución en la política antimonopolio (dato crucial 3). Se ha mostrado implacable eliminando a la competencia, ya sea duplicando sus funciones como lo hizo con Snapchat y Twitter o comprándolos como sucedió con WhatsApp e Instagram que son justo el tipo de adquisiciones anticompetitivas que la normativa pretende frenar. Además, su falta de transparencia sobre la forma en la que utiliza los datos de los clientes se ha hecho notoria.

¿Cómo sería una ruptura realmente?

Las Cuatro Grandes están en la mira de los gobiernos. Sin embargo, sus acciones son más valiosas por lo que los inversores apuestan que el alboroto antimonopolio no tendrá mucho sentido.

Una de las razones es porque al perseguir a las grandes empresas tecnológicas, los cazadores de confianza van por las empresas más populares de Estados Unidos. Las encuestas revelan que Amazon es la empresa más fiable de Estados Unidos; Google y Apple están muy cerca de ser admiradas y Facebook es la excepción, sin embargo, aunque a la gente no le guste, la encuentra útil.

Los defensores de la competencia buscan tomar en cuenta otro tipo de daños, sin ignorar los intereses de los consumidores. Los beneficios que obtienen las personas de las empresas son fáciles de demostrar, pero los daños provocados a los usuarios pueden ser imposibles de definir, y comúnmente se basan en ideas abstractas de opciones restringidas para el consumidor y los costes de la pérdida de innovación futura.

Es decir, los costes son reales, empero no son suficientes para conseguir apoyo para remediar la disolución de las empresas ya que, a pesar de que hablamos de la ley, en la práctica todas las decisiones sobre los casos que se presentan y contra quién se presentan están determinadas por la política que a su vez se determina por la opinión popular.

Aunque exista una campaña para reducir las grandes tecnologías, es probable que se desarrollen soluciones específicas para cada empresa. Es decir, que Amazon tenga que cumplir una normativa más estricta en Marketplace y restricciones para que no pueda manipular sus resultados de búsqueda; el monopolio de Apple en la Apple Store podría terminar; asimismo, Google puede enfrentarse a regulaciones más estrictas sobre lo que puede hacer con los datos y cómo clasifica su motor de búsqueda.

En los últimos años, estas empresas han tenido que cambiar prácticas cuestionables en respuesta a casos judiciales o consultas de los reguladores, sin embargo, esto no les ha impedido perder el ritmo.

Por otro lado, el caso de Facebook podría ser diferente, ya que corre el riesgo de sufrir una ruptura como Standard Oil y AT&T, con Instagram y WhatsApp divididos como empresas diferentes. Esto sería logísticamente difícil para Facebook, ya que ha trabajado mucho para integrar los tres servicios; sin embargo, no imposible.

Si el movimiento antimonopolio quiere cambiar la economía digital, no será suficiente con desafiar las prácticas irregulares de las Cuatro Grandes. La mayor ventaja de estas empresas es su acceso legal a grandes cantidades de datos de los usuarios, ya que éstos ayudan a entender perfectamente al usuario y de esta manera mejorar continuamente sus productos y servicio, que, a su vez mantiene la fidelidad de usuarios y añade nuevos que genera más datos y así sucesivamente.

Para desafiar a las Cuatro Grandes, se debe replantear la forma en la que las empresas recopilan y utilizan los datos y quién tiene acceso a ellos. Pueden exigir que se compartan datos o que los algoritmos sean transparentes y que los usuarios tengan más control acerca de lo que comparten.

Datos cruciales: 

1. Apple, Amazon, Facebook y Alphabet juntas tienen unos ingresos anuales de más de un billón de dólares, y el valor de sus acciones se ha disparado: juntas valen 2.5 billones de dólares más que en 2020.

2. Más de 90% de todas las búsquedas en Internet se realizan a través de Google, y junto con Facebook controlan alrededor de 80% del mercado de la publicidad digital.

3. Facebook obtiene 61% de todas las visitas a las redes sociales en Estados Unidos.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las llamadas "Cuatro Grandes" (Facebook, Amazon, Google y Apple), están siendo cuestionadas acerca de su funcionamiento, ya que violan leyes antimonopólicas. Esto les ha dado mucho poder en el mercado y mayor control económico por lo que no tienen gran competencia y de ser así, tienen una gran ventaja competitiva por lo que los gobiernos están buscando la manera de regular estas prácticas anticompetitivas; sin embargo es un camino difícil de solucionar.