Keith Bradsher es el jefe de la oficina de The New York Times en Shanghai y ganador del premio Pulitzer. Anteriormente se desempeñó como jefe de la oficina de Hong Kong y jefe de la oficina de Detroit para The Times. Antes de esas publicaciones, fue corresponsal en Washington para The Times que cubría la Reserva Federal y el comercio internacional, y un reportero de negocios con sede en Nueva York que cubría el transporte y las telecomunicaciones para The Times.

Lisa Friedman es reportera de la mesa climática, que se enfoca en la política climática y ambiental en Washington. Ha cubierto ocho charlas internacionales sobre el clima y perseguido historias relacionadas con el clima.

China debe alejarse del carbón para poder mantener temperaturas estables en la Tierra. La creciente demanda de energía y los apagones continuos indican que probablemente no lo hará. En Dongguan, China unos trabajadores reemplazan una planta de energía de carbón por una de gas. Esta ciudad está teniendo una creciente demanda de energía que ha provocado apagones que se están extendiendo al este de China y amenazan las cadenas de suministro internacionales. La ciudad está construyendo varias plantas de gas por esta demanda. Este espacio de centrales eléctricas se está convirtiendo en una realidad inquietante en la lucha global para frenar el cambio climático.

China es la principal fuente del planeta de gases invernadero porque quema más combustibles fósiles que cualquier otro país. Xi Jinping anunció que China comenzará a reducir sus emisiones para 2030, y para 2060, ya no los emitirá. Los científicos del clima dicen que los países deben alejarse de los combustibles fósiles para evitar consecuencias catastróficas. La atención está centrada en China y en si reducirá sus emisiones. La principal agencia de energía del mundo dijo en octubre de 2021 que China “tiene los medios y la capacidad” para reducir su contaminación. Las acciones de China podrían tener consecuencias para el clima del planeta.

Alok Sharma, miembro del parlamento de Reino Unido, dijo que quieren ver la ambición de China. China ha dado pasos importantes en 2021 para comenzar a frenar el uso del carbón. En abril, Xi dijo que “controlaría estrictamente los proyectos de generación de energía a base de carbón”. Los gobiernos locales retrasaron las aprobaciones de nuevos proyectos de energía de carbón después de que hubo un gran aumento en 2020. Algunas provincias exigieron durante el verano que se cerraran algunas plantas de carbón antiguas y menos eficientes. Xi anunció en septiembre en Naciones Unidas que China ya no financiaría centrales eléctricas de carbón en otros países.

China también está haciendo grandes inversiones en energía limpia, es el líder mundial en energía hidroeléctrica, solar y eólica. David Fishman, analista de energía de Lantau Group, dijo que a pesar de estas otras inversiones en energías nuevas aún no es suficiente porque no están a la altura del crecimiento de la demanda. Estados Unidos y Europa han podido reducir las emisiones más fácilmente porque sus economías han crecido lentamente. El uso de energía estadounidense se mantuvo casi pleno una década anterior al inicio de la pandemia y cayó drásticamente en 2020. El uso de la energía en Europa estaba disminuyendo desde antes de la pandemia.

Estados Unidos ha cambiado la energía del carbón por la del gas, la cual emite casi la mitad de dióxido de carbono cuando se quema. China debe buscar la manera de reducir sus emisiones y eso es una tarea difícil. Estados Unidos ha liberado más dióxido de carbono generado por humanos durante el siglo pasado que cualquier otro país, aunque China es ahora el mayor emisor actual por un amplio margen y está alcanzando rápidamente las emisiones acumuladas. La ambición climática de Biden es muy grande y China lo sabe, esto debido a que Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo de París durante su administración. Joanna I. Lewis, experta en política climática china, dijo que Estados Unidos no está en condiciones de decirle a China qué hacer.

La administración de Biden está molesta con China por amenazar con retener la cooperación sobre cambio climático, si Estados Unidos continúa desafiando a Beijing en materia de derechos humanos y otras cuestiones. El crecimiento de China en consumo de energía está impulsado por su sector manufacturero. El apetito chino por acero y cemento es el mayor impulsor de las emisiones del país.

Algunas estaciones municipales de bombeo de agua han estado detenidas en el noreste de China debido a la escasez de electricidad. Este problema y otros como los apagones justifican aún más la inversión en centrales eléctricas de combustibles fósiles. La inversión en minas de carbón que se detuvieron alrededor de 2016 han vuelto a funcionar por la escasez de energía. La construcción de centrales eléctricas de carbón está permitida hasta 2025.

Muchos esperan que las plantas de carbón estén prohibidas. Las empresas eléctricas chinas están tratando de decidir si apresuran la finalización de más plantas de energía de carbón. Esta energía aún puede ser rentable en algunas áreas de la costa de China donde la energía solar y eólica no son tan viables. La energía renovable en el interior de China a veces genera más electricidad de la que los consumidores cercanos pueden usar, pero en otras ocasiones produce muy poca. China ha abordado este problema construyendo líneas de transmisión de voltaje ultra alto que unen el interior del país con centros cercanos a la costa. Lewis cree que la demanda actual puede satisfacerse con fuentes de energía más limpias.

Beijing está usando las fuerzas del mercado para expandir las energías renovables. Kelly Sims Gallagher, profesora de la Escuela Fletche y especialista en políticas climáticas de China, cree que el gobierno central limita la producción de carbón y los gobiernos locales hacen lo contrario. Estas provincias quieren reactivar y construir nuevas plantas para reactivar sus economías. Song Hewan, un mecánico que vive cerca de la nueva planta de energía de gas dice que al parar la planta de carbón no se perdió nada porque la ropa se ensuciaba si se colgaba afuera y los autos también. Song no está entusiasmado por las plantas de energía en general.