Yes, There Has Been Progress on Climate. No, It’s Not Nearly Enough

Cita: 

Plumer, Brad y Nadja Popovich [2021], "Yes, There Has Been Progress on Climate. No, It’s Not Nearly Enough", The New York Times, New York, 25 de octubre, https://www.nytimes.com/interactive/2021/10/25/climate/world-climate-ple...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Lunes, Octubre 25, 2021
Tema: 
Las acciones en contra del cambio climático aún no son suficientes.
Idea principal: 

Brad Plumer es reportero enfocado en el cambio climático y las políticas para eliminar el bióxido de carbono.

Najda Popovich es reportera de estadísticas sobre temas como el cambio climático y políticas energéticas.


En 2014, antes del Acuerdo de París, se estimaba que el mundo alcanzaría un aumento en la temperatura de 4°C para final del siglo. Debido a las políticas recientes, hemos reducido el aumento a alrededor de 3°C para 2100, lo cual es positivo, pero sigue siendo una amenaza para la supervivencia humana en el futuro. Muchas de las acciones necesarias existen solo en papel, si estas se concretan el aumento podría reducirse a un rango de 2 a 2.4°C. No obstante, de acuerdo con la comunidad científica el nivel que nos mantendría a salvo sería 1.5°C para 2100.

Desde la era preindustrial, la humanidad ha calentado al planeta en 1.1°C con la quema de carbón, petróleo y gas para obtener energía, con la tala de bosques y selvas que ayudan a absorber el bióxido de carbono. En 2021, las consecuencias se manifestaron en forma de altas mareas en el noroeste del Pacífico, inundaciones devastadoras en Alemania y China e incendios fuera de control en Siberia, Turquía y Estados Unidos.

Cómo las cosas han mejorado

Climate Action Tracker, un grupo de científicos que evalúa las políticas ambientales y estima el impacto de ellas en el calentamiento global, espera que en 2021 el aumento para final del siglo sea de 2.9°C, un mejor escenario que el que estimó en 2014. “El progreso ha sido demasiado lento, aún no es suficiente, pero vemos un cambio real”, comentó Niklas Hohne, un climatólogo alemán.

En 2015 cuando 195 países firmaron el acuerdo de París, por primera vez las naciones emprendieron acciones voluntarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La Unión Europea reforzó la captura de emisiones industriales, China y la India se inclinaron hacia la energía renovable, Egipto redujo los subsidios a los combustibles fósiles e Indonesia comenzó a penalizar la deforestación ilegal. Sin embargo, también hubo un retroceso en el hemisferio occidental, la administración de Trump desmanteló muchas políticas ambientales mientras que en Brasil la deforestación aumentó con el presidente Jair Bolsonaro. A pesar de todo, los países están haciendo más que hace diez años.

El progreso en la energía limpia ha sido mejor de lo predicho, los costos de los paneles solares, las turbinas de viento y los vehículos eléctricos han descendido considerablemente en diez años. Al mismo tiempo, el carbón, la fuente principal de emisiones, ha empezado a disminuir su demanda, en parte debido al trabajo de los activistas ambientales, que ejercen presión a los gobiernos y a los bancos para dejar de financiar los combustibles fósiles. Después del acuerdo de París, 76% de las propuestas para nuevas plantas de carbón han sido canceladas.

Entre el 2000 y 2010 las emisiones de carbono aumentaron 3% en promedio anual, pero entre 2011 y 2019 las emisiones han aumentado a una tasa de 1% en promedio anual. La Agencia internacional de energía ha proyectado que las emisiones globales de carbono podrían alcanzar un pico a mediados de la década de 2020, para después empezar a descender gradualmente. Ello podría poner al mundo en el camino de menos de 3°C para 2100.

No obstante, aún existen incertidumbres sobre las políticas actuales. Aunque el aumento de la temperatura para 2100 ha disminuido sigue siendo un nivel extremadamente peligroso considerando el deshielo de los casquetes polares en Groenlandia y el oeste de la Antártida, lo cual tiene la capacidad de aumentar el nivel del mar en 40 pies (12.1 metros), inundando gran parte de las zonas costeras.

Promesas en papel

Antes de la cumbre de Glasgow, en octubre de 2021, al menos 140 países actualizaron sus planes para reducir las emisiones de carbono para 2030. Sin embargo, muchas de estas promesas sólo existen en papel. Estados Unidos y la Unión Europea se comprometieron a realizar cortes más drásticos, Argentina y Sudáfrica prometieron reducir el crecimiento del uso de los combustibles fósiles, mientras que China e India no realizaron ninguna actualización en sus planes de corto plazo. Si las naciones siguieran las políticas, el aumento de la temperatura para 2100 podría reducirse a 2°C, según Climate Action Tracker.

Pero muchos compromisos no se han materializado en política lo que indica que muchos países no están en camino a implementarlas. Un estudio reciente de Grupo Rodhium reveló que, aunque la administración de Biden implementará un robusto paquete de medidas climáticas y todos los estados individuales las adoptarán en su conjunto, Estados Unidos apenas se mantendría en su camino a su meta.

La parte más difícil es que, aunque 50 países y la Unión Europea se hallan formalmente comprometidos a alcanzar cero emisiones para 2030, Estados Unidos dijo que podría hacerlo para 2050 y China para 2060. Climate Action Tracker estima que si todos los países cumplieran su palabra de cero emisiones, el calentamiento global para el final del siglo podría reducirse a 2°C.

La meta de 2°C también requiere de la reducción acelerada de plantas de energía de combustibles fósiles, de fábricas y vehículos que utilicen carbón o petróleo y la creación de nueva tecnología para desplazar rápidamente el bióxido de carbono de la atmósfera. La falta de políticas gubernamentales concretas hace del objetivo de las emisiones cero meramente aspiracional.

Un camino estrecho hacia adelante

Los estudios más recientes de la comunidad científica demuestran que pequeños aumentos en la temperatura incrementaría potencialmente el daño al ambiente. Los daños de un aumento de 1.5 a 2°C son por lejos mucho más devastadores, en la realidad podría traducirse en millones de personas afectadas por el aumento en las olas de calor, la falta de agua en las inundaciones costeras. Medio grado podría ser la diferencia entre un mundo con arrecifes de coral e hielo en el Ártico y un mundo sin ellos.

El presidente Joe Biden señaló que la meta de 1.5°C debe mantenerse, aunque países como China no se han adherido al objetivo. El problema es que un aumento de 1.5° es extremadamente difícil de alcanzar considerando el progreso en la agenda ambiental, no es siquiera suficiente para alcanzar el pico de las emisiones globales en los próximos años que comiencen a descender gradualmente.

La Agencia internacional de energía estima que para 2030 los autos eléctricos tendrían que representar la mitad de las ventas de automóviles globales, para 2035 que las naciones ricas hayan reducido todas sus plantas de combustibles fósiles y reemplazado con energía limpia como la eólica, la solar o la energía nuclear. Para 2040 el remanente de plantas de energía de carbón tendrá que ser suspendidas o convertidas para captar las emisiones de carbono y depositarlas en el suelo.

Por otro lado, la agencia estima para mantener la meta de uno 1.5°C, las políticas actuales mundiales tendrían que eliminar una quinta parte del total de emisiones globales. Sin acciones inmediatas, el objetivo climático podría ser fácilmente inalcanzable en el corto plazo.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las consecuencias del cambio climático son más que evidentes en el aumento del nivel de mar, la escasez de agua, el aumento de la temperatura y la desaparición de diversas especies, sin embargo, los gobiernos continúan priorizando la agenda política que la ambiental. El progreso de las energías alternas en los últimos años indica que acelerar la transición energética es posible para 2050, lo que modificará la competencia capitalista por los negocios de remediación y adaptación climática.