Cada vez es más corto el lapso de tiempo restante para lograr limitar el aumento de la temperatura a 1.5°C. Las medidas que se tomen en 2022 son decisivas, menciona el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en el tercer volumen de su sexto informe. El primer volumen habla sobre la ciencia detrás del cambio climático y el segundo sobre los impactos. En este sentido, el tercer volumen aborda una amplia gama de estrategias que los países podrían adoptar para cumplir con el Acuerdo de París donde se estableció la meta de limitar el aumento de la temperatura a 1.5°C por encima de la temperatura preindustrial.

Dentro de las opciones del reporte se aborda la eficiencia energética, transporte, infraestructura, urbanización, agricultura, seguridad alimentaria, entre otras. Para que el objetivo siga dentro del alcance debemos actuar rápido y en todos los aspectos, declaró el copresidente del informe, Jim Skea, del Imperial College de Londres. Sin embargo, las medidas del reporte son tan estrictas que parece casi imposible lograr el objetivo de los 1.5°C. Aun así, los científicos insisten en que la magnitud de los desastres aumenta considerablemente con cada fracción de grado, por lo que de igual forma debemos esforzarnos.

Ahora o nunca

En este tercer volumen del informe se habla sobre el presupuesto de carbono, referente a la cantidad de dióxido de carbono que se puede emitir a la atmósfera antes de un determinado calentamiento. En este sentido, para limitar el calentamiento a 1.5°C para 2100 no se pueden emitir más de 500 mil toneladas de dióxido de carbono después de 2020, lo equivalente a una década de emisiones al ritmo actual. Asimismo, para evitar superar los 1.5°C de calentamiento, el punto máximo de emisiones deberá ser en 2025 y disminuir 43% para 2030 (dato crucial 1).

Sin embargo, las sociedades humanas aumentan sus emisiones cada década debido a sus economías estructuradas en torno a los combustibles fósiles, lo cual hace la transición mucho más lenta. De cualquier forma, tanto en el escenario de 1.5°C como en el 2°C, la reducción en el uso de combustibles fósiles es drástica, en ambos casos no hay cabida para más proyectos en torno a los hidrocarburos y los ya existentes deberán reducirse rápidamente (dato crucial 2). En este sentido, las centrales eléctricas y refinerías deberán acortar su vida útil o implementar tecnologías de captura de carbono para enterrarlo, no obstante, las empresas y gobiernos llevan décadas prometiendo desarrollar estas medidas y no lo han hecho.

Por otro lado, no todo es negativo, el costo de la energía eólica y solar ha disminuido considerablemente (dato crucial 3), asimismo, el mercado de los vehículos eléctricos ha aumentado cien veces, cerca de 24 países han disminuido paulatinamente sus emisiones durante la última década y la selva brasileña del Amazonas ha aumentado su cubierta forestal. En 2020 20% de las emisiones globales ya estaban cubiertas por impuestos de carbono y más de 50 países han expedido leyes climáticas con la finalidad de reducir las emisiones.

De igual forma, la intensidad energética de la economía mundial (cantidad de energía gastada para generar una unidad de PIB) y la intensidad de carbono (cantidad de dióxido de carbono emitida por cada unidad de energía producida) han disminuido, lo que indica que la energía se está volviendo más ecológica. Sin embargo, estas medidas son insuficientes de acuerdo con los modelos del informe (dato crucial 4). En este sentido, los investigadores recomiendan incorporar medidas para eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera debido a que se prevé que habrá emisiones residuales incluso bajo los supuestos más optimistas. Asimismo, aún no existen alternativas viables para que la industria pesada y de aviación deje de utilizar combustibles fósiles.

Las opciones para eliminar las emisiones pueden ser ecológicas (reforestación, restauración ecológica) o químicas (utilizando minerales o reactivos que se unen selectivamente al dióxido de carbono atmosférico y permiten almacenarlo bajo tierra, bajo el agua o en forma sólida) (dato crucial 5). Las alternativas ecológicas resultan bastante accesibles, sin embargo, presentan varios inconvenientes: los bosques requieren gestión constante, en un futuro cálido y seco se quemarán más y estas soluciones compiten con la tierra de cultivo.

Aguantar

Por otro lado, las soluciones tecnológicas de eliminación de carbono siguen siendo prototipos y son bastante caras (dato crucial 6). No obstante, los defensores de estas tecnologías mencionan que los componentes modulares que se utilizan en las tecnologías de energía solar y eólica son fáciles de emplear y podrían utilizarse para la captura de carbono.

Finalmente, resulta difícil alinear el discurso de la eliminación de los combustibles fósiles como fuente de energía en un mundo donde Europa busca desesperadamente sustituir los suministros rusos de gas que se vieron comprometidos por el conflicto en Ucrania. Sin embargo, sí se están tomando medidas para reducir las emisiones tales como: mejora en la eficiencia energética, aumento del uso del transporte público y disminución de la demanda energética por parte de los consumidores. Estos son algunos esfuerzos que cuentan para disminuir algunas fracciones de grado, incluso si no se logra el objetivo de 1.5°C. Sin embargo, la desestabilidad económica causada por la pandemia de Covid-19 generó una respuesta irregular en cuanto al aumento de las iniciativas ambientales, mientras que Occidente se enfrenta a una crisis ecológica igual de severa que la crisis energética.