El mundo tiene que elegir: cooperar o colapsar

Cita: 

Comité Editorial [2022], "El mundo tiene que elegir: cooperar o colapsar", The New York Times, New York, 20 de junio, https://www.nytimes.com/es/2022/06/20/espanol/opinion/escasez-alimentos-...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Lunes, Junio 20, 2022
Tema: 
El papel de la gobernanza internacional ante las crisis mundiales de inflación, guerra y alimentos
Idea principal: 

El Comité Editorial del periódico estadounidense The New York Times está conformado por periodistas que investigan y debaten temas importantes sobre la coyuntura mundial.


Múltiples amenazas azotan al mundo entero en la actualidad: la pandemia por la COVID-19, la escasez de alimentos, la inflación y el calentamiento global. El artículo menciona cómo esto podría poner en peligro la estabilidad y prosperidad de todos los países. Mientras, la globalización y la cooperación internacional corren el riesgo de retroceder.

La inflación es un fenómeno global que, según expertos, corresponde principalmente a la interrupción mundial del abasto de combustible, alimentos y mercancías, (Dato crucial 1). En el caso de Estados Unidos, también se debe a los fondos de ayuda que el gobierno otorgó para afrontar la pandemia y que derivaron en la sobreestimulación de su economía nacional.

Por lo anterior, la Reserva Federal -el órgano gubernamental encargado de regular la inflación de la economía estadounidense- tiene como actual estrategia el encarecimiento de los créditos, con el fin de disminuir la demanda de bienes y servicios. En junio de 2022, la Reserva Federal elevó su tipo de interés de referencia en 0.75%. Con ese gran aumento, la Reserva Federal busca que el descenso de la demanda permita que el gobierno elabore medidas para ampliar la disponibilidad de productos y servicios.

Pero no todos los problemas pueden resolverse dentro de las fronteras nacionales. Por ejemplo, la inminente y grave crisis alimentaria. Aunque la falta de suministro de alimentos ya es muy denunciada en el continente africano, la actual guerra en Ucrania detona nuevas dificultades para el mundo entero, (Dato crucial 2).

Las exportaciones ucranianas de grano y semillas ocupan el cuarto lugar a nivel internacional. No obstante, desde el comienzo del enfrentamiento bélico, su capacidad de intercambio disminuyó en gran medida.

Otros factores se añaden a la lista para configurar la crisis de alimentos: el estancamiento de los granos ucranianos, la falta de espacio en los silos para las próximas cosechas, la reducción del suministro mundial de fertilizante (debido a las sanciones contra Bielorrusia y Rusia), los bombardeos a los graneros ucranianos, la suspensión de las exportaciones de trigo de otros países para asegurar su autoabasto y el obstaculizado acceso a los alimentos en todo el mundo.

La suspensión de exportación de granos de Ucrania está causada por el bloqueo ruso de sus puertos, que son las vías en que mayor cantidad de bienes se puede transportar. Si las exportaciones se realizan a través de carreteras, vías férreas y o ríos, la cantidad de granos exportados diminuye, (Dato crucial 3).

Rusia ofreció la apertura de un corredor seguro para Odesa -el puerto ucraniano más importante- a cambio de la anulación de algunas sanciones en su contra. Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados se han negado; mientras, “los ucranianos dicen que no se puede confiar en Rusia”.

La resolución del bloqueo a las exportaciones de granos es urgente: se corre el riesgo de que éstos caduquen, (Dato crucial 4). Aún si en el corto plazo se consiguiera un acuerdo para liberar Odesa, la logística exportadora tomaría semanas para organizar una flotilla dispuesta a entrar en zona de guerra.

Por lo anterior, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha señalado que una solución efectiva para la crisis alimentaria precisaría de la reintegración de las producciones agrícolas tanto ucraniana como rusa en los mercados mundiales, “a pesar de la guerra”.

La ONU sugirió a Europa y Estados Unidos que atenuaran sus sanciones impuestas a Rusia, dado que ello resultaría en que los granos ucranianos pudieran exportarse. Por su parte, Occidente argumenta que “la suavización de las sanciones que pide Rusia sería ceder ante la agresión de Rusia y a su intento de chantaje humanitario”.

Asimismo, emerge la interrogante sobre el tipo de participación que debería tener Estados Unidos ante esta coyuntura. Esta podría ser una oportunidad para que, mediante el apoyo o liderazgo, coadyuvara a resolver las distintas problemáticas que aquejan al mundo.

Datos cruciales: 

1. En el año 2022 atravesamos el periodo de inflación más alta desde 1980.

2. Entre las más importantes razones que dan paso a la escasez de alimentos en África están las temperaturas extremas provocadas por el cambio climático, la crisis económica acelerada por la pandemia y el histórico acceso desigual a los insumos básicos.

3. Antes del comienzo de la guerra en Ucrania, el país del noreste europeo exportaba de 3.5 millones de toneladas de granos al mes, en promedio. En marzo de 2022, el promedio bajó a 300 000 toneladas y en abril del mismo año, aumentó a poco más de 1 millón de toneladas.

4. Según la ONU, 25 millones de toneladas de granos ucranianos se echarían a perder, en caso de no se exportarse a la brevedad.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las crisis nunca son demasiado pequeñas o insignificantes para un sistema-mundo tan integrado -o acaparado- como el capitalista. Así, una guerra local y un coágulo comercial han dado paso a una devastación alimentaria para todo país y estómago vacío.

Con todo esto, la industria militar fósil, la mayor responsable histórica del caos climático, no ha parado un segundo y los sectores más básicos (por ejemplo, el de la producción alimentaria) empiezan a desmoronarse porque no son lo suficientemente estratégicos como para que el capital los salvaguarde a toda costa.

No obstante, como es posible ver las modalidades de (re)funcionalización del capital, también sus limitaciones salen a la luz. El llamado a la conformación de frentes comunes contra tales problemas comunes no son exclusivos de los organismos intergubernamentales. Son, más bien, un reflejo del agotamiento tanto ideológico como concreto de la capacidad capitalista para mantenerse como sistema hegemónico. “El tiempo se acaba”, dice el artículo.