The energy crisis. How to fix the world's energy emergency without wrecking the environment

Cita: 

The Economist [2022], "The energy crisis. How to fix the world's energy emergency without wrecking the environment", The Economist, London, 25 de junio, https://www.economist.com/leaders/2022/06/23/how-to-fix-the-worlds-energ...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 25, 2022
Tema: 
La tensión entre la crisis energética del 2022 y la seguridad climática del siglo XXI.
Idea principal: 

El shock energético del 2022 causado por los altos precios del combustible y de la energía, ha provocado una grave serie de problemas sociales, económicos y políticos a nivel internacional: estancamiento, inflación, pauperización y confrontaciones políticas. Más aún, se teme que dicho contexto facilite un retorno hacia los combustibles fósiles y, por ende, mayores obstáculos para estabilizar el clima del planeta.

En Europa se temía la falta de abasto energético para el invierno, pero ahora una ola de calor está orillando a aumentar la demanda energética de España, (Dato crucial 1). Por su parte, el galón de petróleo cuesta 5 dólares en Estados Unidos, lo que acelera la inflación. En Australia el mercado energético falla.

El caos político es paralelo a la crisis por la energía, (Dato crucial 2). El aumento irrefrenable de precios vuelve impagable los bienes o servicios básicos y las políticas fallan en proteger a las poblaciones más afectadas, a la par que continúa intensificándose la producción de combustibles fósiles, (Dato crucial 3).

Encima de la exención de impuestos y la aplicación de subsidios públicos a la industria de los hidrocarburos, la transición hacia las “energías limpias” se torna mucho más difícil. Es por esta razón que se recomienda impulsar sólo a los proyectos de la industria fósil cuyo plazo de funcionamiento ronda entre 15-20 años, (Dato crucial 4).

The economist hace una serie de recomendaciones para mejorar la respuesta ante la crisis climática. Algunas son: el deber de los gobiernos para mejorar su capacidad, alcance y almacenamiento de sus redes de suministro energético; el apoyo público para facilitar la adición de capacidad renovable a su abasto; y la constante mejora, tanto de redes como de mercados eléctricos, por parte de las y los tomadores de decisiones.

Respecto de las fuentes de energía, se sugiere invertir en: la captura de hidrógeno del agua o del gas natural en vapor, mediante electricidad “renovable”; la energía nuclear, con mejores medidas de seguridad y nuevas formas de almacenar desechos. Esas sugerencias no descartan por completo el uso de los combustibles o de la energía nuclear.

Por lo anterior, la configuración de redes y tecnologías eficientes de las “energías de cero emisiones” permitiría formar una dependencia segura y efectiva en ese abasto de energía. Puesto que la transición energética requiere un incremento masivo de la inversión, la “predictibilidad” de dicha industria, en consecuencia, se torna un requisito para lograrlo, (Dato crucial 5).

Sin embargo, otros obstáculos deberán ser esquivados, como los que representan el greenwashing, el proteccionismo de compañías estatales dedicadas a las energías renovables y las prohibiciones de la banca hacia los proyectos de gasoductos.

De igual forma, se deberá señalar a las empresas las externalidades que éstas provocan, aumentar los precios del carbón para compensar los costos de su contaminación e implementar regulaciones para facilitar el abandono de las tecnologías fósiles. Esto podría servir “para resolver el conflicto entre tener un suministro de energía más seguro y un clima más estable”.

Datos cruciales: 

1. El 14 junio del 2022, los precios del gas aumentaron 50%, luego de que Rusia redujera el flujo del gasoducto Nord Stream 1, el cual abastece al occidente de Europa.

2. El aumento de 8% en la inflación se explica por el alza internacional de costos en el combustible y la energía.

3. Entre los actuales planes de la administración de Biden, destaca una suspensión de los impuestos al petróleo en Estados Unidos, además de la visita presidencial a Arabia Saudita para solicitar una mayor extracción fósil. En Alemania, el aire acondicionado ha sido insuficiente, por lo que se ha reiniciado el uso de plantas eléctricas alimentadas por carbón. A su vez, compañías mineras estatales de India y China extraen cantidades récord de carbón.

4. Con el fin de que los nuevos proyectos de la industria fósil se ajusten a la agenda de cortar las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero para 2050, se señala que las compañías del sector energético y los gobiernos deberán considerar: esquemas diseñados a corto plazo, contratos que garanticen un beneficio adecuado en poco tiempo y apoyos públicos que promuevan proyectos “más limpios” para el ambiente, como la captura y almacenamiento de carbón.

5. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, para alcanzar las emisiones netas cero en el 2050, las inversiones anuales en las “energías renovables” tienen que duplicarse 5 billones de dólares por año.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El colapso bioclimático es enorme, así como también la capacidad tecnocientífica de los monopolios u oligopolios transnacionales (de todo sector industrial, sobre todo su ala energética) para coadyuvar en mayor y más rápida medida a la recuperación del ecosistema planetario.

No obstante, se trata de una tarea que requiere de toda la cautela y seria vigila internacional, apegada a la transformación socioecológica sistémica. De lo contrario, la “guerra contra el clima” se tornaría un área estratégica para la acumulación de las grandes corporaciones que, siendo las principales responsables de la catástrofe ecológico-civilizatoria, podrán aprovecharse de la premura que la situación requiere para continuar exponenciando sus ingresos y, por tanto, acelerar el aniquilamiento de la Tierra, en la competencia por sus remanentes.