China Is Writing the Story of the Climate Future

Cita: 

Wallace-Wells, David [2022], "China Is Writing the Story of the Climate Future", The New York Times, New York, 14 de septiembre, https://www.nytimes.com/2022/09/14/opinion/environment/china-climate-cha...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Septiembre 14, 2022
Tema: 
El futuro climatológico en China
Idea principal: 

David Wallace-Wells es escritor de opinión y columnista de Times. Es el autor de “La tierra inhabitable”.


El evento meteorológico más llamativo del llamado “verano de desastres” de 2022, puede haber sido el calor y la sequía simultánea que cubrió la mayor parte de China. El país ha estado experimentando un calor extremo durante casi tres meses, afectando a más de 900 millones de personas. Hasta 66 ríos en una sola área se han “secado”.

China es el país más poblado del mundo y el mayor emisor de gases de efecto invernadero, y bien puede ser la fuerza más determinante que da forma al futuro del planeta. Sin embargo, para la mayoría de los estadounidenses, es como si el cambio climático estuviera ocurriendo allí solo detrás de una pantalla. Debido a la poca transparencia de los informes que emergen de China, su confiabilidad es poca. El costo humano de la ola de calor ahí es seguramente mayor de lo que se sabe.

Un episodio climático sin precedentes en China también es difícil de procesar porque el país ocupa un papel tan inestable en las historias que se cuentan sobre el calentamiento global. Cuando el clima extremo golpea a China, el "significado" es más confuso. Si no se sabe qué hacer con China, es más difícil dar sentido al sufrimiento climático.

Durante años, China ha servido como una piedra de toque retórica conveniente para la mentalidad climática, a menudo descrita como un mal actor y un socio poco confiable por los nacionalistas del clima y la energía, y por ambientalistas agitados. China no es solo el mayor contaminador climático del mundo, sino que ahora es responsable de aproximadamente la mitad de todo el uso global de carbón y casi un tercio de todas las emisiones globales de carbono.

Pero si China está haciendo mucho más daño al futuro del clima que cualquier otra nación ahora, también el país ha sido la fuerza más consistente para producir energía limpia. En 2021, China instaló más capacidad renovable que la que se desplegó en Estados Unidos, Europa, América Latina, Medio Oriente, el Sudeste Asiático y África combinados.

China juega simultáneamente al héroe y al villano. Pero también parece ocupar un lugar en el panorama de la geopolítica climática porque ese panorama también ha cambiado últimamente. Hace cinco años la diplomacia climática a menudo significaba llamados retóricos a la cooperación global mezclados con esfuerzos de realpolitik para avanzar contra sus rivales. Hoy en día, la descarbonización sigue ocurriendo con lentitud, pero lo suficientemente rápido como para pasar de una rivalidad de inacción hacia una aparente rivalidad de acción.

La dinámica de poder también está cambiando, no solo en términos de acuerdos comerciales, como la cancelación de las conversaciones climáticas bilaterales entre Taiwán y China después de la visita de Nancy Pelosi. Desde la elección de Donald Trump y la respuesta estadounidense a la pandemia, esas narraciones complacientes del declive estadounidense a menudo miraban a China como un sucesor imponente e inevitable. Pero los acontecimientos recientes han complicado esa imagen sin complicaciones del futuro de China.

Primero, resulta que el país no es tan grande como se pensaba, y está en camino de volverse un poco más pequeño. La ONU ahora proyecta que la población de China puede reducirse hasta la mitad para fines de siglo, ya que también envejece abruptamente.

En segundo lugar, el “modelo chino” parece menos envidiable desde el punto de vista económico, dado el repentino colapso de la industria inmobiliaria y de la construcción del país.Debido a la negativa masiva a realizar pagos hipotecarios en todo el país y las cifras de crecimiento tan anémicas, los bancos centrales chinos están bajando sus tasas de interés, en medio de una inflación significativa. En 2021, se pronosticaba que la economía China se convertiría en la más grande del mundo a fines de la década; ahora algunos economistas se preguntan si alguna vez lo será.

En tercer lugar, la respuesta a la pandemia del país se ha convertido en algo más parecido a una broma global, con bloqueos en toda la ciudad que siguen a raíz de nuevos casos individuales y un programa nacional de vacunación que no ha logrado llegar ni siquiera a muchos de los más vulnerables, con inyecciones chinas en las que el gobierno no parece confiar mucho.

Esto no significa que una "burbuja de China" esté a punto de estallar. Sin embargo, en gran parte gracias a los cierres por la pandemia y una economía tambaleante, las emisiones chinas cayeron 8% en el segundo trimestre de 2022, una caída mayor que la que experimentó el país en las profundidades del bloqueo pandémico.

La lucha por el “acuerdo paralelo” de permisos que el Senador Joe Manchin de Virginia Occidental alcanzó como condición de su compromiso con la Ley de Reducción de la Inflación. El acuerdo aún no se ha hecho público, pero los demócratas de la Cámara ya se han comprometido a votar en contra. Un equipo de investigadores de Oxford que estudia los posibles caminos para la transición energética descubre que es probable que la transición a un sistema de energía neta cero para 2050 sea económicamente beneficiosa". Tal vez tanto como 12 mil millones de dólares en ahorros netos.

Datos cruciales: 

1. Los daños por inundaciones en Pakistán continúan asombrando, con estimaciones de daños totales de hasta 30 mil millones de dólares (más del 10% del PBI de Pakistán). Algunos informan que entre 80 y 90% de los cultivos del país se han visto afectados. Jeffrey Sachs argumentó en una columna de opinión que Pakistán contribuyó con aproximadamente 5 200 millones de toneladas de dióxido de carbono entre 1850 y 2020, aproximadamente lo que emite Estados Unidos emite casa año.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Debido a la continua destrucción del ambiente, los climas extremos se están presentando más frecuentes y en zonas donde antes no ocurrían. China se ha convertido en el blanco debido a que es el país que más hace daño al clima que cualquier otra nación, pero también el país que más apuesta por la energía limpia de cara al futuro. Sin embargo, los acontecimientos mundiales recientes, han debilitado las proyecciones chinas.