The world economy. Inflation and rising demands on governments are changing economic policy

Cita: 

The Economist [2022], "The world economy. Inflation and rising demands on governments are changing economic policy", The Economist, London, 8 de octubre, https://www.economist.com/special-report/2022/10/05/inflation-and-rising...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Miércoles, Octubre 5, 2022
Tema: 
Combate a la inflación: políticas monetarias restrictivas
Idea principal: 

A nivel global las políticas monetarias de los bancos centrales han estado incrementando las tasas de interés como medida para contener la inflación mundial ocasionada por la fuerte expansión monetaria en los años de pandemia (dato crucial 1 y 2). Durante 2020 y 2021 gastaron alrededor del 10% del PIB apoyando a sus economías y proporcionó otro 6% de los préstamos. La combinación de políticas monetarias flexibles, que definió gran parte de la década de 2010 se está volcando hacia una política fiscal y monetaria estricta.

El resultado es un tira y afloja entre bancos centrales agresivos y gobiernos derrochadores que hará que la inflación sea más difícil de combatir.

Regreso al futuro

La última vez que el mundo luchó contra un brote de inflación fue en la década de 1980, cuando la política monetaria y fiscal funcionaron en conjunto para exprimir el gasto excesivo del sistema. Entre 1978 y 1984 Gran Bretaña, Alemania y Japón redujeron drásticamente sus déficits presupuestarios; Francia y Canadá lo hicieron a un ritmo más suave. La gran excepción fue Estados Unidos, donde los recortes de impuestos de Ronald Reagan pisaron el acelerador económico incluso cuando la Reserva Federal estaba tratando de frenarlo de golpe. Finalmente, los impuestos estadounidenses aumentaron y los déficits presupuestarios cayeron en la segunda mitad de la década de 1980, impidiendo que la inflación repuntara como lo había hecho después las recesiones de la década de 1970. Varios economistas argumentan que el cambio en la política fiscal fue crucial para poner la inflación bajo control.

Sin embargo, una reducción fiscal similar parece muy poco probable hoy en día. En Gran Bretaña, Liz Truss, la nueva primera ministra, ha dejado de lado la austeridad fiscal que promulgaron sus predecesores conservadores en la década de 2010. Su gobierno buscará pedir más prestamos para financiar los recortes de impuestos, criticando la "ortodoxia" económica de Gran Bretaña de las últimas dos décadas. Por otro lado, La Unión Europea está repartiendo su fondo "Next Generation" de 807 mil millones de euros (782 mil millones de dólares) diseñado para respaldar la solidaridad en el bloque, y otorgando un nivel de integración fiscal y generosidad que era inimaginable antes de la pandemia. Los gobiernos de Japón y Corea del Sur están retóricamente comprometidos a reducir el endeudamiento, pero en la realidad, Japón se ha alejado del objetivo de equilibrar su presupuesto para 2025, y Corea del Sur dice que planea reducir pronto los impuestos corporativos y de ingresos. Mientras que Estados Unidos recientemente aprobo la Ley de Reducción de la Inflación, que reducirá el préstamo gubernamental, pero el efecto desinflacionario será marginal, y la cancelación propuesta por el presidente Joe Biden de la deuda estudiantil costará aproximadamente el doble de lo que se ahorrará con dicha ley (dato crucial 3). Por otro lado, los gobiernos están gastando libremente para ayudar a los hogares con facturas altísimas de energía, especialmente en Europa, que se está adaptando a la vida con mucho menos gas ruso. Proteger a los de bajos ingresos en 2022 costaría menos del 1% de PIB, según el FMI. Pero los gobiernos van mucho más allá. Alemania ha nacionalizado Uniper, su mayor importador de gas, y está gastando 200 mil millones de euros (5.2% del PIB) en un “escudo de defensa económica” que incluye subsidios que reducirán los precios del gas. Francia está limitando los precios de la energía y ha nacionalizado EDF, una empresa gigante de energía. Aunque los impuestos extraordinarios sobre las empresas de energía pagarán parte del gasto de Europa, los déficits también aumentarán. Gran Bretaña podría pedir prestado hasta 6.5% del PIB para limitar los precios de la energía. Alemania está eludiendo sus habituales límites a la acumulación de deuda.

Una larga lista

La presión sobre los gobiernos para gastar no disminuirá mucho. El envejecimiento de la población eleva los gastos en salud cuidados y pensiones. Además los gobiernos quieren descarbonizar sus economías, lo que requerirá una importante inversión pública. Está también el incremento del gasto público en defensa por parte de los miembros de la OTAN. En combinación, estos gastos presionan los presupuestos públicos.

La dificultad inmediata es que los grandes gastos de los gobiernos harán que sea más difícil (y tal vez imposible) para los bancos centrales alcanzar sus objetivos de inflación del 2%. Es poco probable que los gobiernos se queden de brazos cruzados observando a los banqueros centrales infligir dolor a sus economías en nombre de reducir la inflación. En su lugar, podrían emitir diversos estímulos fiscales, antes de que se complete la tarea de bajar la inflación. El peligro es aún mayor cuando las economías ya se ven afectadas por cambios del lado de la oferta, en particular la crisis energética. Sin arreglar las carencias subyacentes, los gobiernos no pueden apoyar, solo pueden redistribuir para proteger a los pobres. Si los políticos tratan de proteger el nivel de vida de todos, harán que los precios suban más lejos.

Sería un error acumular deudas simplemente para posponer decisiones difíciles, agotando el espacio fiscal que puede ser necesario en futuras crisis, no solo el cambio climático, sino también desastres imprevistos como pandemias. Sin embargo, controlar el gasto en pensiones y atención de la salud es más fácil pensar que aplicar.

Datos cruciales: 

1. La inflación global ha aumentado 9.8% en 2022.

2. De acuerdo con el Banco de pagos internacionales, 33 de 38 bancos centrales monitoreados han incrementado las tasas de interés en 2022.

3. En 2022 la estimación del presupuesto de Estados Unidos proyectaba un monto equivalente al 5% del PIB durante el resto de la década, suficiente para impulsar la tasa de endeudamiento público del PIB al 105%.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Los gobiernos enfrentan un panorama inédito adverso: una alta inflación en un contexto donde es urgente aumentar el gasto para asuntos estratégicos. La dicotomía puede ser resumida de la siguiente manera: estabilidad financiera o supervivencia.