A raíz de la guerra en Ucrania, el pueblo de Camden, al sur de Arkansas, comenzó a aparecer en las primeras planas de los periódicos estadounidenses debido a su cercanía y lazos con el Parque Industrial Highland, reconocido por ser el hogar de las fábricas de algunos de los mayores productores de armas de Estados Unidos: Lockheed Martin y Raytheon Technologies.

De acuerdo con Michael Preston, Secretario de Comercio de Arkansas, la relación de Camden con Highland siempre se mantuvo en “secreto” gracias al bajo perfil del pueblo. No obstante, desde febrero de 2022, ha salido a la luz que Camden es el lugar en donde se fabrican las armas que Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania para combatir al ejército ruso: misiles Javelin, misiles Himars, cohetes gmlrs. Lo previo, no solo ha provocado que se hable de Camden y de sus productos en redes sociales; sino que, ha llevado a diversos columnistas a realizar análisis acerca del complejo militar-industrial estadounidense, mismos que han tenido como conclusión el hecho de que la defensa de Estados Unidos no cumple con las expectativas que se esperan de ella en medio de un conflicto.

El inicio del ataque de Rusia a Ucrania, así como el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y China, provocó que se propusiera un aumento en el presupuesto de defensa de Estados Unidos para 2023, incluyendo presupuesto para la adquisición de nuevo armamento de fuego. Asimismo, los aliados de los estadounidenses, principalmente los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), prometieron desde febrero que también aumentarán su presupuesto en defensa.

Este contexto significa ganancias para los fabricantes de armas, ya que indica que la demanda de materiales para la fabricación, así como la producción y la exportación de armas estadounidenses aumentará para 2023. Sumado a ello, se encuentra que frente a mayor demanda, es probable que el número de inversiones en las empresas fabricantes también vean un incremento, lo que en tiempos de turbulencia económica ha resultado en que estas compañías superen el rendimiento del índice S&P500 (Dato crucial 1).

A pesar de los aparentes éxitos, la realidad de las grandes empresas armamentísticas estadounidenses no es tan positiva como los números la hacen ver. En el caso de Lockheed Martin, se ha registrado que el incremento de inversiones en esta compañía no es resultado de sus ventas ni de la forma en cómo se desempeñan sus productos; sino, en el hecho de que la empresa ha prometido devolver a sus accionistas grandes cantidades de dinero (Dato crucial 2).

Esta realidad se ha extendido a Camden y sus habitantes. Desde el inicio del conflicto en Ucrania, los locales de Camden no han detectado aumentos en la producción de armamento, ya que: se ha registrado que parte de armamento que Estados Unidos ha enviado a Ucrania data de la Segunda guerra mundial y se encontraba resguardado en bunkers; asimismo, se ha detectado que la industria armamentística también sufrió la pandemia de COVID-19, lo que ha provocado aumento de la inflación, tensiones en la cadena de suministro y escasez de mano de obra.

Contrario a las expectativas, la industria del armamento no es inmune a la estanflación (stagflation en inglés), es decir, al estancamiento económico y a la inflación. En la industria armamentística, se llevan a cabo contratos de “coste incrementado” (cost-plus en inglés) los cuales le permiten a las empresas garantizar un margen de beneficio sobre el costo unitario de producción; no obstante, mientras el Congreso de Estados Unidos no apruebe el nuevo presupuesto de defensa, muchos programas para el desarrollo de armamento que son financiados por el gobierno, no lograrán compensar los altos costos por materiales y mano de obra que implica la producción de armas, lo que se posiciona como un problema para la cadena de suministro.

De acuerdo con el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, las cadenas de suministros son frágiles; como consecuencia de ello, el aumento de los precios ha hecho que los proveedores de materiales para la producción de armas no quieran asumir compromisos a largo plazo. Por lo anterior, grandes empresas armamentísticas, como Lockheed, se han visto obligadas a pagar por adelantado a los proveedores para poner en marcha una mayor producción, producción que no ha sido autorizada por el Pentágono. En adición a esto, se ha vuelto complicado contratar personal que quiera trabajar en el Parque Industrial Highland; en el caso particular de Camden, a pesar de que en la universidad local se hace promoción de oportunidades y beneficios laborales en Highland, las ofertas de empleo superan desde hace tiempo al número de contrataciones.

Existen dos ideas distintas acerca de lo que es el armamento pesado en la industria armamentista estadounidense y por lo tanto, sus esfuerzos no se enfocan en la creación, producción, exportación del mismo armamento: por un lado, el gasto en defensa, el cual está presentando un crecimiento, ha comenzado a destinarse a programas enfocados en el espacio y tecnología hipersónica; por otro lado, el armamento terrestre que engloba vehículos y misiles de largo alcance, ha comenzado a tener menor prioridad a pesar de que son las armas más utilizadas, hecho que ha comenzado a generar molestia en el ejército.

Las acciones que las grandes empresas de armamento buscarán emprender para superar sus problemas, deben considerar el clima político de Estados Unidos. Normalmente, el negocio de las armas se ve beneficiado cuando en las elecciones intermedias los candidatos republicanos toman la delantera sobre los candidatos demócratas; sin embargo, Sarah Huckabee Sanders, la candidata republicana para la gubernatura de Arkansas, tiene una clara influencia de Donald Trump, lo que podría significar una división de opiniones respecto a la participación de las empresas de armamento en el conflicto ucraniano y a la alianza de Estados Unidos con la OTAN.

Por el momento, a los habitantes de Camden y a las empresas que residen en el Parque Industrial Highland solo les queda esperar que la producción de armas mejore en los próximos años y que los proveedores, clientes y público en general se vean atraídos por las mejoras que se están instaurando en la comunidad para obtener mano de obra: la construcción de nuevos espacios para que proveedores y clientes se acerquen, la planificación de nuevas viviendas para los trabajadores, la apertura de una cervecería en Camden para ofrecer distracción y vida nocturna. Las previas, como parte del nuevo estatus de Camden, el cual pasó de ser un pueblo desconocido a una comunidad que es reconocida por su papel en la industria de las armas.