Los intereses del Grupo Texas Public Policy Foundation han llegado hasta la costa de Massachusetts, ya que mediante el financiamiento a una empresa pesquera interpusieron una demanda para bloquear el proyecto Vineyard Wind, como el primer gran parque eólico marino de la nación, impugnando en los permisos federales, esto debido a que la fundación respalda los intereses de compañías de petróleo y gas.

Por consiguiente, mediante la influencia en campañas y acciones legales se promueven los combustibles fósiles, a su vez que detienen la transición a una economía de energía renovable, además a pesar de la última ley climática más relevante en Estados Unidos, el grupo sigue en continuos esfuerzos por mantener en funcionamiento empresas de petróleo, gas y carbón. Asimismo, desde Texas la fundación ha apoyado la primer ley denominada "boicot energético", esto con el propósito de castigar a las instituciones financieras que disminuyan sus inversiones en combustibles fósiles, ley que ya ha sido aprobada en cuatro estados. Con la ley a su favor, el grupo promovió una iniciativa conocida como "Life: Powered", que justifica un argumento moral a favor de los combustibles fósiles, destacando que la prosperidad estadounidense está guiada por una economía basada en los combustibles fósiles.

Un grupo local se vuelve nacional

El grupo Texas Public Policy Foundation (tppf) se fundó por James Leininger en 1989, como una organización sin fines de lucro, promoviendo las escuelas autónomas pero con fondos públicos, o causas como la justicia penal, la inmigración, la seguridad fronteriza, impuestos y energía, esto como mecanismo para mediar intereses con las autoridades del gobierno de Texas, y acercarse a puestos políticos relevantes.

De esta forma, gran parte de los recursos de la fundación provienen de donaciones de conservadores, entre ellos Charles G. Koch y David H. Koch, los cuales poseen Koch Industries una refinería de petróleo, plantas petroquímicas y miles de kilómetros de oleoductos y gasoductos, mientras en su historial de financiación buscan bloquear la acción climática. Asimismo, otros donantes registrados desde el sector energético fueron compañías como Exxon Mobil, Chevron y el gigante del carbón Peabody Energy (Dato Crucial 1).

De igual forma, el TPPF ha intervenido en las condiciones de la Estación Generadora Navajo en Arizona, ya que promovían mediante aspectos culturales o nacionales su inversión, a pesar de eso, en 2019 cerró la estación. De igual forma, durante más de una década la estación quemó carbón liberando mercurio, dióxido de azufre y óxidos nitrosos de sus chimeneas.

Por tal motivo, en el mismo contexto la fundación presentó una demanda contra el proyecto Vineyard Wind, con alrededor de 84 turbinas, esto por medio de la empresa pesquera y la promoción de un video en YouTube que ataca la energía eólica y su proceso.

Tomando nuevas peleas

Por su parte, las propuestas del actual gobierno de Joe Biden prometen priorizar la acción climática, no obstante, la fundación no ha hecho más que aumentar sus acciones por combatir lo que consideran una respuesta exagerada al calentamiento global, asegurando la inviabilidad de la energía eólica y solar, así como menospreciar el acuerdo climático de París de 2015.

De forma particular, en los apagones de 2021 en Texas la fundación culpaba a las turbinas eólicas congeladas, sin embargo, la causa fueron los suministros de gas natural. Algunos estados como Virginia Occidental, Kentucky, Tennessee, Oklahoma y Texas han aprobado leyes similares para impedir las relaciones comerciales con empresas que ignoren la industria de los combustibles fósiles, tal caso de Goldamn Sachs, JPMorgan y BlackRock.

Por último, otra demanda en el aspecto ambiental, fue puesta a la Agencia de Protección Ambiental, esto debido a la designación de los gases de efectos invernadero como una causa de peligros para la salud y el bienestar humano. Por tal motivo, la fundación espera integrar más influencia política sobre los representantes en Washington.