En años recientes, las acciones de algunos billonarios han generado un creciente cuestionamiento y crítica entre algunos estadounidenses sobre la idea e imagen de los multimillonarios como salvadores benévolos. Un cuestionamiento más amplio y ruidoso se levantó a propósito de sus acciones. Se plantea que su existencia se sostiene debido al vasto poder político que poseen, así como a la aceptación popular de mitos como la generosidad, el genio, el espíritu renegado y la superioridad que conforman nuestros placeres colectivos. Si suficientes personas se juntaran, sería posible desarrollar mecanismos de control de los billonarios a través de políticas laborales, fiscales, antimonopolio y regulatorias para abordar la concentración de riqueza.

Recientemente, las acciones de Elon Musk tras la compra de Twitter generó polémica en relación con el mito del genio multimillonario. Se decía que sus éxitos en los viajes espaciales y los autos eléctricos, presagiaban modificaciones importantes para la red social. Sin embargo, sus acciones han tenido malos resultados hasta ahora, al punto de que se habla de la posible desaparición de Twitter. Este personaje ha centrado su atención en el dinero electrónico y ha reclamado crédito por avances en investigaciones realizadas por otros, además de enfrentar críticas por su gestión deficiente y acusaciones de fraude. De esta forma, se cuestiona la imagen de un genio incontenible y se plantea un escepticismo sobre sus ideas educativas y políticas.

Jeff Bezos, fundador de Amazon muestra otra pretensión de benevolencia multimillonaria con su pose de generosidad. En noviembre de 2022, anunció que piensa donar la mayor parte de su fortuna a la lucha contra el cambio climático y la promoción de la unidad, al tiempo que su empresa despedía a miles de trabajadores(Dato Crucial 1). Sin embargo, sus actitudes no demuestran nada de generosidad, ya que si tenemos en cuenta que la riqueza de Bezos se obtuvo a través de la evasión de impuestos, tráfico de influencias, prácticas laborales deshumanizantes, así como un poder monopólico y demás mecanismos causantes de la situación socioeconómica de la población estadounidense moderna. Lo anterior demuestra que Bezos solo se beneficia a sí mismo, ya que incluso los mecanismos de distribución como donaciones mediante fundaciones sirven para hacer inmensas deducciones de impuestos, a su vez que le genera una buena imagen frente a la sociedad incrementando su poder en la vida pública. Mientras dona 100 millones de dólares al "Premio valor y civilidad", otorgado a Dolly Parton, los trabajadores de Amazon luchan por sindicalizarse sin que nadie reconozca su esfuerzo.

Sam BankmanFried fundador de FTX, representa otra forma de la benevolencia plutocrática, la del renegado, un hombre común que se convierte en multimillonario. Este personaje participó de forma importante en el auge y caída de las criptomonedas, que hizo desaparecer miles de millones de dólares que pertenecían a miles de pequeños ahorradores. La creación de las criptomonedas se planteó como una lucha contra el estado de cosas, contra los grandes bancos y los poderes fácticos, así como guiado por los ideales del altruismo efectivo, pensamiento originado como una moda que alienta a las personas a salir y ganar la mayor cantidad de dinero posible para poder sanar el mundo, mientras sus actitudes afirman un juego persuasivo de discursos correctos en la sociedad para atraer estima (Dato Crucial 2).

Otra forma de pretensión multimillonaria, que se considera la más peligrosa es la del héroe, el único que es capaz de salvarnos, representada por Donald Trump, que interactuó con el sistema a su antojo, manipulando a los políticos y generando concentración de dinero en condiciones de corrupción. En la arena política, su actuación parece nociva para el Partido Republicano y algunos personajes le aconsejan no postularse.

La autora concluye afirmando que "los multimillonarios no son nuestros salvadores. Ellos son nuestro error".