Hannah Dreier es una reportera galardonada con el Premio Pulitzer que forma parte del equipo de investigaciones en The New York Times.

En Grand Rapids, Míchigan, hay un grupo de jóvenes trabajando pasada la medianoche, en su mayoría inmigrantes de bajos recursos que, a pesar de atentar contra los derechos de los niños, se ven en la necesidad de trabajar en este tipo de fábricas.

El trabajo es peligroso, al tener contacto con poleas y engranes hay riesgos de cortes, desmembramiento de dedos, incluso hay un caso de desgarre del cuero cabelludo.

Tras las denuncias por exposición de menores a trabajos de alto riesgo, todos aquellos jóvenes que trabajaban para Heartside Food Solutions fueron despedidos.

Las industrias se están haciendo de nueva mano de obra barata que alimenta una economía basada en la explotación infantil, niños inmigrantes que se ven en la necesidad de conseguir trabajo y a quienes les son otorgados los oficios más duros del país. Esta forma clandestina de obtener trabajadores lleva casi 100 años y se presenta a lo largo de todo el país (dato crucial 1).

Las cifras de empleo infantil han ascendido en los últimos 10 años; se trata de niños que durante la pandemia tuvieron que abandonar sus hogares en busca de solventar la economía familiar. Son explotados hasta el agotamiento, aprovechando su riesgo de ser deportados.

La información para el reportaje se recabó en entrevistas con abogados, trabajadores sociales, educadores y funcionarios. Se conocen casos de niños lavando trastes a altas horas de la madrugada, repartiendo comida, cosechando café, lavando sábanas en hoteles, trabajos de por sí mal pagados.

Profesores de inglés de secundaria y bachillerato notan que, al terminar la clase, usualmente casi todos los alumnos salen a cumplir jornadas laborales de hasta 12 horas diarias.

El trabajo de estos niños beneficia principalmente a las empresas transnacionales. Empresas como J. Crew Hornean, helados Ben & Jerry’s y Fruit of the Loom tienen niños etiquetando camisas, horneando panecillos, deshuesando pollo y fabricando calcetines; incluso en Michigan, Ford y General Motors los tienen fabricando piezas de automóviles.

Tan solo en 5 años, se triplicó el ingreso de menores sin acompañantes (dato crucial 2). No son niños que el país desconozca, el gobierno sabe que están en Estados Unidos, y se supone que el Departamento de Salud y Servicios Humanos, HHS debe hacerse cargo de mantenerlos protegidos y fuera de la explotación.

Con este aumento de jóvenes inmigrantes, la Casa Blanca ha levantado exigencias de asignación de patrocinadores de manera inmediata. A pesar de estar constituido en la ley que debe garantizar el contacto de los jóvenes con sus patrocinadores, en los últimos años se ha perdido contacto de un tercio de ellos (dato crucial 3).

A menudo, con esta presión de conseguir dinero para enviar a sus familias, y el que los patrocinadores les exigen pagar los gastos de manutención, obliga a los niños y jóvenes a trabajar. Y los funcionarios presentan poco interés al respecto, se conforman con que puedan tener horas de comida y poder cobrar horas extra en las empresas para las que trabajan.

Los patrocinadores tienen la obligación de enviar a la escuela a los niños; sin embargo, muchos de ellos ignoran esa obligación y prefieren que ese tiempo trabajen.

TURNO DE NOCHE

Carolina es una joven que con tan solo 14 años que salió de su pueblo con un grupo de adultos que buscaban llegar a Estados Unidos. Ella estaba acostumbrada a trabajar pues comenzó a hacerlo a los 8 años.

Supervisores de Hearthside son conscientes de que están empleando a jóvenes con identidades falsas, pero no importa, hacían comentarios acerca de cambiar eso, comprometiéndose a no volver a cometer esos errores; sin embargo, nunca se llegó a la acción.

Otro caso documentado es el de Kevin Toas que, con solo 13 años, junto a su hermano de 7 años, iniciaron en una empresa local de fábrica de autopartes para Ford y General Motors, con jornadas que terminaban a las 6:30 de la mañana, lo que les hacía imposible mantenerse despiertos en la escuela.

MUCHAS SEÑALES DE ALARMA

Este conjunto de situaciones es causa directa de la ignorancia social pues, mientras profesores y educadores de las escuelas no hacen nada por creer que terminarían afectando más a los jóvenes; en tanto, las empresas pasan por alto todas las disposiciones de la ley referente al trabajo infantil.

En 2010 se hizo el consenso y la mayoría de los niños y jóvenes eran enviados por sus padres, pagaban a contratistas para trasladarlos desde países centroamericanos. Actualmente esos acuerdos de traslado son caros y los jóvenes terminan endeudados.

Solo un tercio de los menores terminan con sus padres, el resto con parientes e incluso desconocidos.

Actualmente el ingreso de niños a Estados Unidos supera los que HHS puede procesar, por lo que tienen que permanecer por un tiempo en instalaciones inadecuadas, campamentos en donde no pueden dormir adecuadamente, ni tener los servicios médicos necesarios.

El tener que acelerar el proceso de asignación lo hace, hasta cierto punto, ineficiente, con lo que no quedan conformes los encargados de llevar a cabo el proceso en la HHS, les preocupa que estas “liberaciones” prematuras están estrechamente relacionadas con el aumento de mano de obra.

"ERAN MENTIRAS"

Nery Cutzal conoció a su patrocinador en Facebook messenger, con tan solo 13 años, cuando llegó a Florida se le hizo acreedora a una deuda de 4 mil dólares y tenía que buscar en dónde vivir; no conformes con ello, sus patrocinadores la amenazaban con cobrarle el resto de las cosas que le habían comprado como ropa y comida.

En algunos casos de liberación, los niños son enviados con sus patrocinadores sin ningún tipo de apoyo extra. No existe ningún seguimiento formal que garantice el respeto de los niños y que no exista explotación.

Ha habido casos en los que los jóvenes se ven en la necesidad de llamar a la línea de emergencia, y aun así no reciben el servicio pertinente. Juanito Ferrer, con tan solo 15 años fue llevado a Manassas a pintar casas y tomar guardia por las noches, dormía en un sótano y no recibía ningún tipo de paga. Cuando decidió llamar a la línea de ayuda solo tomaron su denuncia, pero no enviaron ningún tipo de apoyo policiaco a revisar su situación.

93% de los niños no son entregados a sus padres, aumentado la probabilidad de que terminen siendo obligados a trabajar largas jornadas. Los niños saben que tendrán que trabajar, pero nunca se esperan qué tanto se les presionará y que ellos, en muchos casos, ni siquiera consiguen dinero propio, todo es confiscado por sus patrocinadores, los cuales consideran que están haciéndoles un favor al no dejarlos en las instituciones gubernamentales.

El sistema tiene sus fallas, hay veces que se asignan más de un niño al mismo patrocinador o dirección, sin ser parientes.

RIESGOS OCUPACIONALES

Hearthside posee 39 fábricas a lo largo de Estados Unidos, en las que los riesgos para los trabajadores no parece reducir: el trabajo con bandas transportadoras, produjo al menos 11 trabajadores amputados; en 2015 hubo un percance con una máquina, en la que una trabajadora perdió parte del cuero cabelludo. Esto solo muestra la calidad de condiciones en las que se encuentran los trabajadores (Dato crucial 4).

En las fábricas de Flammin’ Hot Cheetos hay grandes cantidades de polvo picante, causa irritación en la garganta y pulmones, además de los riesgos con las bandas transportadoras. A pesar de lo comentado, la ley federal no las considera peligrosas.

La ley prohíbe que los menores realicen trabajos peligrosos como; construcción de techos, horneado, ni deben trabajar después de las 7:00 pm entre semana.

Los trabajos que son realizados por estos jóvenes son los mal pagados y de mayor riesgo, los que un adulto no aceptaría. Incluso ha habido muertes laborales: tan solo en 2017 más de 12 jóvenes trabajadores fallecieron. Entre ellos un joven repartidor de 14 años, un chico de 16 años fue aplastado por un tractor de 35 toneladas, y uno de 15 años cayó de un techo de 15 metros de altura. En Nashville, Karla Campbell ayudó a trasladar dos cadáveres infantiles en 2021.

LOS INTERMEDIARIOS EN LA MIRA

La gerente de recursos humanos de Farm Fresh Foods comienza a notar dificultades para retener al personal, los niños y jóvenes mienten en las entrevistas de trabajo, y han buscado estrategias para conseguirlos; sin embargo, los fuerzan a admitir su edad, pero aun así les da el trabajo.

El trabajo infantil está esparcido a lo largo del país en grandes marcas y comercios como Ford, General Motors, J. Crew y Walmart, por mencionar algunas. La empresa Ben & Jerry 's expuso que se aseguraban de que los proveedores de lácteos cumplieran con las condiciones de trabajo. Durante años se mantuvo en secreto que los principales trabajadores en el mayor proveedor de carne en el mundo, JBS, eran niños migrantes liberados por el HHS.

Este mismo año se realizaron inspecciones en distintos horarios del día y se hallaron al menos 22 menores hispanohablantes trabajando en la planta JBS, al mismo tiempo algunos trabajadores adultos mencionaron haber sufrido quemaduras con químicos corrosivos usados en la planta (Dato crucial 5).

“NO ES LA IMAGEN QUE TENÍA”

Solo ellos saben las cosas que tienen que pasar en la travesía de cruzar la frontera, en muchos de los casos quedan decepcionados pues su estancia no es lo que tenían en mente, puede incluso ser deprimente haber tenido que pasar por todo y al final obtener un resultado decepcionante.

Lejos de sus familias, sin apoyo, los que parecen ser sus protectores terminan pidiéndoles todo su dinero, incluso son ellos quienes en muchos casos les consiguen trabajo. Como es el caso de Cristian, su tío es quien lo lleva a la fábrica y, al ver que el dinero que obtiene de él no es suficiente, planea llevarse a su hermana menor, Jenifer, de 12 años a trabajar. Solo esperaba que en algún momento el HHS enviara a alguien a ver cómo se encontraban, pero tras no obtener respuesta, no volvió a esperar.