Clifford Krauss es corresponsal comercial nacional con sede en Houston que cubre energía, así como ganador del premio Overseas Press Club Award por reportajes ambientales internacionales.

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Después de un próspero año 2022 para el sector energético empresas como Exxon Mobil y Chevron obtuvieron ganancias exorbitantes, teniendo récords en ganancias anuales, esto debido al beneficio de la subida de los precios de la mayoría de los combustibles ante el aumento de la demanda por la recuperación económica pospandemia y la invasión rusa de Ucrania que mortificó los precios de los suministros. No obstante, el panorama ha cambiado y las perspectivas posteriores para empresas y grandes productores de petróleo y gas son sombrías para el año 2023 (Dato Crucial 1, 2).

Desde los precios máximos tanto en el petróleo como en el gas se ha desplomado el precio en más de 40%, que principalmente se debe a un invierno inusualmente cálido en gran parte de Europa y Estados Unidos.

Por su parte, el Departamento de Energía de Estados Unidos proyectó que los precios del petróleo crudo Brent, como referencia mundial promedian los 83 dólares por barril a principios de 2023 como nivel máximo, pero 18% por debajo de los niveles de 2022. Con lo anterior, se percibe una reducción en los márgenes de refinación de gasolina en 30%, por lo que se pronostica que el precio promedio nacional para la gasolina sea de 3.30 dólares por galón.
De esta forma, empresas de petróleo y gas esperan un contexto de 2023 rentable, por ello se advierte de los impactos sujetos a cambios abruptos en la oferta y demanda de combustibles fósiles. Por ello, uno de los mecanismos tomados como aprendizaje para las compañías es no perforar tantos espacios ya que el precio se desploma, además de limitar la producción por la atracción hacia combustibles más limpios, reduciendo la capacidad de mercado de los insumos. Por tal motivo, las variables que determinan la rentabilidad de las compañías petroleras están fuera de su control, ya que por ejemplo los conflictos bélicos en Ucrania, o alguna recesión o acontecimiento pueden tener un impacto fuerte o débil.

En ese sentido, ambas empresas se encuentran comprometidas en generar beneficios para los accionistas con más dividendos, de forma que, las empresas Chevron y Exxon lanzaron cada uno un programa de recompra, el primero de 75 mil millones de dólares, y el de la segunda empresa con cerca 50 mil millones de dólares.

Mientras, la Agencia Internacional de Energía proyecta que la demanda de petróleo este 2023 crecerá, produciendo alrededor de 101 millones barriles por día, situación que puede respaldar las ganancias de las compañías petroleras. Asimismo, con la disminución en las medidas restrictivas de la pandemia han aumentado la demanda de combustibles para la mayor parte de actividades comerciales, por lo que los precios se verán distorsionados ante la limitación de la producción.
Por ejemplo, con el levantamiento de bloqueos en China, se busca impulsar más la producción de combustibles para el consumo interno y la exportación, que del aumento de importaciones de combustibles fósiles.

Otro comodín es Rusia

Del mismo modo, con los conflictos bélicos de Rusia en Ucrania, los suministros de petróleo y gas rusos se han visto limitados por una menor producción, esto debido a las sanciones occidentales y la falta de inversión extranjera (Dato Crucial 3).

Entre las opiniones de los ejecutivos se espera que exista mayor demanda, pues se presenta una escasez de oferta y un aumento en la demanda de combustibles, además, demuestran ser preventivos en nuevas inversiones ante indicios de una mayor aversión al riesgo. Por tal motivo, las autoridades han subinvertido en la industria, ya que su mercado potencial refleja condiciones ajustadas para el comercio de combustibles fósiles.

Por otro lado, de acuerdo con los expertos, Exxon puede impulsar en más de 10% su producción de petróleo y gas al tratar de gastar alrededor de 23 mil millones de dólares en exploración y producción, siendo 25% más que el año 2022, de manera que refleja una recuperación de la actividad económica pospandemia. Además, la compañía ha tomado ventaja en el desarrollo de campos con la obtención de espacios en la Cuenca Pérmica que abarca tanto territorio de Texas y Nuevo México, y con los espacios en costa afuera en Guyana y Brasil, generando expectativas óptimas sobre las ganancias del negocio de refinación (Dato Crucial 4).

En ese sentido, ante cuestiones políticas la mayoría de las empresas petroleras estadounidenses centran sus inversiones en el hemisferio occidental, como Chevron que registró récord de producción de petróleo y gas en Estados Unidos. No obstante, como forma de expandir sus reservas tanto Exxon como Chevron anunciaron descubrimientos de campos para la exploración en Egipto, de forma que la situación se vió impulsada para ayudar a Europa a superar la pérdida de suministros rusos. Finalmente, buscan expandirse en otras partes del Mediterráneo oriental.