La tala de la selva tropical ha estado preocupando al gobierno de Brasil, es por eso que han aumentado el número de camionetas militares parar rastrear las minas ilegales ubicadas en las profundidades del Amazonas; sin embargo, los vehículos no son aptos para ciertas áreas profundas de la selva, además cuando el convoy es visto por el área, los mineros son alertados para ocultar todo el equipo antes de que se acerquen.

La agencia de parques nacionales de Brasil, ICMBio, supervisa los bosques protegidos que en su totalidad suman un territorio equivalente al tamaño de Hungría (dato crucial 1).

Las selvas tropicales son de suma importancia para la preservación de la biodiversidad al ayudar a regular el ciclo del agua, es por eso que su destrucción es crucial.

Earth Innovation Institute estima que limpiar y quemar el Amazonas genera toneladas de dióxido de carbono (dato crucial 2).

La deforestación de las selvas tiene únicamente beneficios lucrativos y son destinados a una pequeña cantidad de personas. Aún así las selvas tropicales a lo largo del mundo se han reducido significativamente desde el año 2000 (dato crucial 3).

Just words on paper

En la conferencia climática anual de la ONU, COP27, se presionó a los gobiernos de los países responsables a restaurar las selvas tropicales. Los países con las selvas tropicales más grandes, Brasil, Indonesia y La República Democrática del Congo, firmaron un acuerdo en el que se comprometen a detener la deforestación y buscar que el resto de los países se involucren mediante financiamientos.

Las selvas tropicales se encuentran en países en donde las leyes no son rigurosas, y sobre todo cuando se trata de la cantidad de recursos que poseen, es por eso que es aún más complicado poder protegerlas. Puede que se encuentren resguardadas mediante leyes escritas, pero de eso a su cumplimiento hay una brecha significativa. Además, que la población no contribuye debido a su creencia comunal de que la tala del bosque mejora la economía local.

La economía del país influye demasiado en la capacidad de regulación de la deforestación, Brasil e Indonesia poseen una economía media; sin embargo el Congo está en pobreza.

Gracias al ex presidente Jair Bolsonaro, Brasil es el país con mayor índice de destrucción (dato crucial 4).

El presidente actual, Luiz Inácio Lula da Silva (Lula), se ha encargado de arreglar los errores cometidos por el presidente anterior, presionando la ley para la protección de los parques nacionales, las reservas destinadas a los habitantes indígenas y principalmente las tierras en la Amazonía.

Los problemas principales del correcto cumplimiento de la ley radican en la extensión del Amazonas, pues es el doble del tamaño de la India. Entre 1964 y 1985 se temía que fuese invadido por extranjeros, es por eso que se orilló al pueblo brasileño a mudarse, incluso se les otorgaron títulos de propiedad falsos.

Anteriormente Lula ya había sido presidente, entre 2003 y 2010, periodo durante el cual se enfocó en frenar la deforestación, compró satélites para detectar zonas de deforestación y amplió las áreas protegidas (dato crucial 5).

Generó un fondo de ahorros llamado, Fondo Amazonía, con el cual se redujo el ritmo de la deforestación (dato crucial 6).

Sin embargo, durante el gobierno de Bolsonaro todos esos esfuerzos de reducción se hicieron cenizas, abandonó el plan contra la deforestación que había sido planteado, detuvo la imposición de multas por lata y minería ilegal, recortó el presupuesto del Ministerio del Medio Ambiente, y ató el Fondo Amazonía (dato crucial 7).

Tras el regreso de Lula, aumentó el presupuesto de ICMBio, lanzó operaciones para expulsar más de 20 mil mineros ilegales (dato crucial 8). Sin embargo, considerando la cantidad de personas que trabajan en esta industria, y cayendo en cuenta de que la mayor parte de los trabajadores carecen de estudios que les permitan desarrollarse en otros ámbitos laborales, al menos 30 mil personas perderán su empleo.

Los títulos de propiedad falsos se han convertido en un impedimento en el cumplimiento de la ley sobre estas tierras. La claridad en los derechos de propiedad facilitaría la identificación de personas responsables de pago o acreedores a multa por su mal uso y destrucción.

Rotten timbers

Gracias a la industria del aceite de palma, las selvas de Indonesia han sido víctimas de talas durante años. Indonesia exporta más de la mitad de aceite de palma del mundo. Durante la dictadura de Suharto, entre 1967 y 1998, la deforestación incrementó; sin embargo, con el fin de su gobierno, no se redujo. Desde 2000 Indonesia ha perdido más de un tercio de su selva tropical.

Como se mencionó anteriormente, la deforestación genera grandes emisiones de dióxido de carbono, y en el caso de Indonesia, causa más que las industrias de energía y transporte juntos.

Actualmente Indonesia está reduciendo el ritmo de deforestación que en los últimos 5 años ha sido continuo. Y el año pasado se comprometió a eliminar su huella de carbono para 2030 mediante la conservación de bosques.

Gracias al nivel de pobreza del Congo se ha preservado gran parte de su selva tropical, a diferencia de Brasil e Indonesia, esto se debe a que los agricultores carecen del capital para comprar motosierras, tienen que usar herramientas manuales, ralentizando el proceso (dato crucial 9).

Rotten timbers

Anteriormente varios países se habían comprometido a donar 100 mil millones de dólares para financiar la protección de las selvas tropicales.

De igual manera, las empresas que no estén relacionadas directamente con las selvas tropicales, deben involucrarse mediante los “créditos de carbono”; sin embargo, aunque los créditos ascienden a 2 mil millones de dólares en 2022, se han estancado por la poca claridad de las reglas de los donativos.

Es por eso que se propuso un nuevo financiamiento, “créditos jurisdiccionales”, destinados a los proyectos locales. Se estima que Brasil obtenga miles de millones de dólares para 2030 (dato crucial 10).

Gracias a estos créditos el presidente del Congo, Féliz Tshisekedi, acordó reducir el ritmo de la deforestación a cambio de un financiamiento de 500 millones por 5 años.

Y puede hacerse posible mediante el apoyo de una empresa estadounidense que permite rastrear áreas en las que hubo deforestación.

Se estima que una vez que se destruya un poco más el Amazonas, no hay vuelta de hoja, su sistema de reciclaje de agua se descompensará secando el resto del terreno (dato crucial 11).