Mauricio Lazzarato es sociólogo y filosofo, ha publicado "Guerras y capital" (traficantes de sueños, 2022).

No hay un final para el capitalismo como se dice constantemente, si no una situación límite que es de las más terrible: la Guerra.

La guerra en todas sus variantes son el verdadero régimen del capitalismo; a finales del siglo XIX el capitalismo se ha convertido en imperialismo, pero un imperialismo monetario y financiero, no el territorial que describe V. Lenin o Rosa Luxemburgo. El imperialismo actual es moneda y guerra, traducido como el imperialismo del dólar.

Este ha cambiado en la economía como en la política ya que el capital y el sistema político se complementan como una maquina y funcionan juntos. Además de identificar la diferencia entre el capitalismo y el neoliberalismo que erróneamente se tiende a confundir y que también los dos se complementan, pero son totalmente distintos.

El imperialismo y la triple centralización del poder

Estados Unidos y su déficit comercial inauguraron la hegemonía del dólar, esto es porque la deuda estadounidense asegura la salida de las mercancías chinas y a la vez los chinos reinvierten estos dólares en la financiación de ésta, por lo que a corto plazo mantiene la hegemonía de Estados Unidos, pero a largo plazo fortalece al sur global con la condición de subordinarse al dólar. Los intercambios son políticos y se efectúan entre aliados.

El imperialismo con su triple centralización: económica, política y militar; reducen el concepto de mercado, la competencia y la libre empresa que tienen función en el neoliberalismo. Esta reducción y automatización del mercado que deberían ayudar a equilibrar y evitar la guerra se sustituyó por estrategias de grandes estados que tienen la triple centralización, esto no tiene nada que ver con la economía si no por el poder entre las grandes potencias que no están reguladas por el mercado si no por la fuerza y la guerra.

La jerarquía que precisa el capitalismo es la subordinación de las políticas de acumulación infinita de beneficios y de poder, esto se traduce en privatizaciones, congelación salarial, precarización de la fuerza de trabajo, etcétera, para convertirse en financiación de empresas y ricos con políticas imperialistas.

El neoliberalismo solo administra este tipo de políticas por corto tiempo para que las condiciones favorezcan al dólar a escala mundial. El neoliberalismo gobierna los intereses del imperialismo financiero-monetario estadounidense. El imperialismo neutraliza los conflictos que inhiben el proceso de adaptación a las políticas del imperio. En esta época no existe un enemigo para la maquina capitalista, todos los movimientos de esta época no amenazan al capitalismo.

La guerra es un enfrentamiento de imperialismos por el poder en el mercado mundial que son posiblemente tres: el imperio global, Estados Unidos, el imperio regional, Rusia, y el imperialismo que no tiene todavía una dimensión mundial, China.

Estados Unidos está preparando la guerra

La guerra debilita gradualmente a las economías occidentales, afecta su monopolio tecnológico y científico que de ser absolutos pasan a ser relativos.

El sistema democrático y el estado de derecho están en picada. Liberarse de la dependencia del dólar y sistema financiero controlado por Estados Unidos es de peligro ya que todo tipo de deseo por construir un régimen monetario y financiero es una declaración de guerra porque atenta contra su modo de vida que paga el mundo.

Estados Unidos a través de su sistema financiero mantiene una forma de colonización en dónde se encuentran sometidos Europa, Japón e Inglaterra.

Arreglar cuentas con China tras ocuparse primero de Rusia

Europa se encuentra en guerra contra Rusia a conveniencia de Estados Unidos cuyo fin es reducir la economía europea con la finalidad de mantenerla en un estancamiento permanente como la economía japonesa.

La ministra de Italia Giorgia Meloni argumenta que Estados Unidos prepara una guerra con un país de derecha, reaccionario, sexista, homófobo y familiarista: Polonia. Europa es indiferente ante una guerra que está enfrente de sus ojos, este régimen político del imperialismo del dólar no funciona como democracia si no como una oligarquía.

Las tres oligarquías que funcionan económica y políticamente en Estados Unidos ya son las vencedoras: extractiva, armamentística y financiera. En este contexto no hay ningún tipo de limite si no un desequilibrio total entre el norte y sur que lleva al camino de enfrentamientos militares.

La situación política ha cambiado radicalmente

Hay dos limites reales del capitalismo: la guerra y la revolución. La guerra bloquea el desarrollo y deja una profunda incertidumbre, la revolución limitó al capitalismo durante corto tiempo neutralizando las finanzas, esto con la finalidad de rescatar los derechos sociales, económicos y políticos. Sin revolución disminuyeron salarios, ingresos, conquistas sociales y políticas. En los siglos XIX y XX no había derrotas económicas acompañadas de las políticas, hoy están ligadas una de otra.

El posible fin del mundo para la humanidad con un medioambiente destruido, pero tecnológicamente saturado de novedad

Si se separan las formas en que se ejerce el poder, obtendremos una imagen muy suave del poderío capitalista mientras que la guerra por si sola causa un poder y una fuerza destructiva, el papel del neoliberalismo es hacer de lo negativo una condición positiva y usarlo como un arma dialéctica, disfrazando la explotación, racismo, sexismo y guerras de todo tipo. Con la producción que despliega el neoliberalismo llegamos a la destrucción como pasó en la gran guerra.

El fin del mundo se manifiesta en un medio ambiente destruido, pero con tecnología, avances científicos e innovaciones organizativas. Producción y destrucción hasta el final.

Estaremos inmersos en el imperialismo no con un colapso si no con una situación límite ya planeada, que se resume en la guerra.